Creo que la gran mayoría no tiene nada que ver. Hay el caso de una señora que contó que a su hijo le dispararon porque lo vieron fumando mariguana. Fumar mota no te hace ser un delincuente” dice Jorge contundente y con elocuencia. Rodrigo, al escucharlo, recuerda que vieron a un ‘compa’ al que el ejército le disparó por estar en el lugar equivocado a la hora equivocada, desde entonces lleva diálisis, y como esa hay muchas historias. “Eso es algo que se está planteando en el movimiento, qué los hizo hacerse delincuentes. El campesino que no tiene ya que sembrar y tiene que empezar a cultivar mota o el desempleado que empieza como narcomenudista o simplemente si no ‘le atoras’ te matan y matan a tu familia”, dice enfático Rodrigo.
Yo creo, dice Jorge, “que la gran mayoría no tiene nada que ver. La mayoría son víctimas solamente. Entonces, en el movimiento también se busca reivindicar a las víctimas y a los delincuentes, por qué la gente cayó en eso, qué los hizo ser delincuentes, qué hay detrás, y sobre todo, darles un rostro, una historia. Debe haber gente malvada, mala sin razón, pero yo creo que son los menos.”
Rodrigo y Jorge viven y trabajan en la Ciudad de México. Cuando inició el movimiento de Javier Sicilia, a raíz del asesinato de su hijo, ambos decidieron asistir a las movilizaciones a las que convocó el poeta bajo el grito de “estamos hasta la madre”. Rodrigo de 26 años trabaja como fotógrafo free lance y acaba de terminar una maestría en letras inglesas. Jorge, de 38 años, es veterinario y su hobby es la fotografía.
Rodrigo sin vacilaciones me cuenta que decidió participar en la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad por un impulso, porque ya había asistido a la primer marcha a la que convocó Sicilia. Al ser free lance no tuvo que pedir vacaciones, ni permiso en su trabajo, sólo avisó que se iría a la caravana y que durante esa semana no contaran con él. En cambio, Jorge sí pidió permiso en su trabajo y lo tomó como tiempo de vacaciones. Para Jorge ir a la caravana tuvo un gran significado.
“Con anterioridad había asistido a otras marchas a las que se convocó en nombre de la Paz y contra la inseguridad. Una de ellas, la de Alejandro Martí, a quien le secuestraron a su joven hijo para después asesinarlo. Esas otras marchas eran muy de derecha, tuve mis dudas, me di cuenta de que no eran movimientos auténticos y que la gente que asistía no es la gente con la que te codeas diariamente, era gente que no vive tanto la violencia o la vive diferente”.
Rodrigo lo escucha y asiente. Está de acuerdo con esa observación.
“Nunca había escuchado hablar de Sicilia, nunca había leído nada de él, no lo conocía” dice Jorge; sin embargo, “cuando asistí a la primer marcha y vi que había integrantes del SME (Sindicato Mexicano de Electricistas) y de otras organizaciones y gente de todo tipo, confíe en que era una movilización real, por eso cuando se convocó a la marcha decidí inscribirme e ir. Pero pensé que nos iríamos directo a Ciudad Juárez y que ahí marcharíamos y ya, regresaríamos. No esperaba visitar tantos lugares, antes de llegar a Juárez”.
Rodrigo y Jorge platican que salieron de Cuernavaca. Los lugares que recuerdan haber visitado son Morelia, Ciudad Juárez, Torreón y Nuevo León. Sus relatos me llevan a entender el porqué son los lugares más evocativos.
En Morelia se sentía el enojo de la gente, la indignación y la rabia ante la inoperancia del gobierno, señalan ambos.
-¿Hacia qué o quién se siente ese enojo e indignación?-
-Pues sobre todo se sienten engañados, dice Rodrigo. Con la gente que yo hablé eso me dijeron.-
-En Michoacán han pasado muchas cosas, desde las granadas en el festejo del 15 de septiembre, hasta el hecho de que si eres de Michoacán corrías peligro, como los de Guerrero o Veracruz que desaparecieron. Ahí –dice Jorge- fue donde tuvimos el primer contacto con la gente de Cherán. A mi lo que me molesta de Michoacán –dice enfático y enojado- es que cómo siendo un gobierno de izquierda se muestre así. Al otro día de nuestro paso por la ciudad de Morelia leí en un periódico local las declaraciones de Godoy referentes al encuentro con la Caravana y la gente de Cherán, decía ‘que no se dejaran engañar’-.
“La Plaza de Morelia, llamada Melchor Ocampo, se rebautizó como “Plaza de los Daños Colaterales” y se puso una placa en un árbol. Y todo el tiempo ese ha sido un reclamo a Calderón y se hizo también en Chapultepec ¿parecemos daños colaterales? Con esa pregunta se busca humanizar, dar rostro a las víctimas”, señala Rodrigo.
Ciudad Juárez, la faz más dolorosa de esta guerra. “Todo estaba programado para que la caravana llegara a las siete u ocho de la noche –recuerdan Jorge y Rodrigo- sin embargo, llegamos hasta las doce, casi a la una de la madrugada, y a pesar de ello, y lo peligroso que puede ser, la gente nos estaba esperando en las calles”. A la llegada a Chihuahua “había una loma en la que se divisaba una iglesia no había nada alrededor. Cuando arribó la Caravana, de pronto salió gente de todos lados”, relata Jorge.
Rodrigo coincide, en cada lugar al que llegaban la gente los recibía calurosamente, ello me hace pensar que a pesar de todo el pueblo de México no ha perdido la hospitalidad con el que viene de fuera, con el que llega de lejos.
“En Torreón fue donde el dolor de la gente se veía en sus rostro, pero también se sentía en la atmósfera, en la vibra del lugar. El ambiente denso, pesado, no sólo por el calor que era opresivo, sino por la vibra” relata Rodrigo y lo secunda Jorge “fue difícil estar ahí, en el Jardín principal que es como su alameda, pues un par de días antes habían asesinado a unos jóvenes en un centro de rehabilitación, que se ubica a dos cuadras de la plaza en la que se encontraban reunidos los integrantes de la Caravana. Aquí fue donde vi a la gente con más dolor. Nos dijeron que no había nadie que no tuviera algún familiar o algún conocido que fuera víctima de la guerra contra el narco.” Eso nos llamó la atención, dice Rodrigo, porque es poco conocido lo que ocurre en Torreón, a lo mejor es porque se le da más voz a Ciudad Juárez por lo de las muertas de Juárez. “Pude hablar con varios fotógrafos de Torreón y dicen que era imposible hacer su trabajo sin arriesgar la vida”
“En Nuevo León fue el único lugar donde me sentí en peligro” dice contundente Jorge. “Sucede que cuando llegamos había un grupo de personas, que yo pensé que estaban esperándonos para recibirnos, pero me llamó la atención que vestían pantalón de mezclilla, playeras blancas y tenían corte militar, eran uniformados, descarado el asunto, ni siquiera eran infiltrados, se notaba que no pertenecían a la Caravana”. –¿Estaban infiltrados?- pregunto insistente, -no, la verdad es que se distinguían demasiado, eran muy obvios-· responden al unísono Jorge y Rodrigo.
“Yo llegué a pensar que era gente del CISEN o de la misma policía, pero no. Después nos enteramos que eran mirones de la misma delincuencia organizada, que eran gente del narcotráfico, los enviaron a ver qué veían en la Caravana. En realidad esa fue la única vez que sentí miedo. En general, siempre tuvimos seguridad. Pero, a pesar de lo peligrosísimo que es Monterrey, nos llamó la atención de que la gente estuviera esperándonos a altas horas de la noche”, dice Jorge.
-¿Y quién les dijo que eran gente del crimen organizado?
Yo lo leí en Proceso –responde Jorge-. El Proceso donde está Hank Rhon con Enrique Peña Nieto.*
Fuera de Monterrey no se vio nada peligroso para la Caravana, ni en Juárez. Había mucha cobertura policíaca y militar alrededor de la Caravana.
“Aunque, -dice Rodrigo- sí se sentía miedo, pero siempre estuvimos muy cobijados por la gente. En el mitin de Ciudad Juárez, en la Plaza, sí sentí un poco de miedo, por la concentración de la gente, pero en general siempre nos tuvieron bastante cuidados.” “La gente que asistió no se veía con miedo, pero sí con dolor en el rostro y hubo quienes fueron para solidarizarse, pues también les dolía lo que estaba pasando en su ciudad”, comenta Jorge.
-Quizá la percepción, desde lejos es distinta de lo que realmente ocurre en esos lugares de México- comento, a lo que Jorge apunta que él se dio la oportunidad de caminar por las calles de Ciudad Juárez y se percató de que es como un pueblo abandonado.
“La avenida principal que es la que llega a la frontera, tengo entendido, es la única calle que tenía actividad. Pero en general está todo vacío. Vas por la calle y los locales comerciales están todos cerrados, había dos que tres que estaban abiertos. En algunas calles abandonadas –enfatiza- había retenes de la PFP (Policía Federal Preventiva), era un día normal, de vacaciones porque los chavos ya estaban saliendo de vaciones”.
-¿Cuál fue la historia o anécdota que hayan escuchado que más los impactó, de todas las que se conocieron en el recorrido de la Caravana?-
Jorge, sin pensarlo demasiado, dice que más que una historia, le impacto un señor que estaba parado en una esquina en Durango. El señor estaba llorando, no podía ni hablar y quería hablar con Sicilia y no podía por el llanto. Estaba con un cartel que decía ‘mi padre fue asesinado el sábado, pero si él estuviera vivo, estaría aquí apoyándolos’. A mi eso me conmovió mucho. Pasó Sicilia y se abrazaron a la mitad de la calle y de inmediato los medios los rodearon. No sé qué le dijo Sicilia al señor, estuvo con él un momento y después el señor se separó y siguió un rato ahí parado y después alcanzó el mitin más adelante. No supe cuál fue la historia, pero verlo ahí… me conmovió mucho.
Rodrigo interviene “el señor no quiso hablar mucho, cuando le preguntaron no quiso hablar. Los medios se acercaron a él, por la cartulina que traía llamaba la atención, pero no quiso contestar, nadamás le contó a Sicilia”.
Para Rodrigo la historia más impactante es la de la señora Herrera que tiene cuatro hijos desaparecidos. “Una historia en la que hay todos los indicios de que la policía está involucrada en su desaparición, pero además por la valentía de la señora de estar de pie, la fuerza de exponer su caso. Si a mi me pasara algo así, no sé si tendría la fuerza para hacer lo que ella. También la vimos en Cherán, donde estaba esperando la Caravana. En realidad es una historia muy impresionante porque le quitaron cuatro hijos”.
¿Cuál fue el papel de los medios impresos, radiofónicos y televisivos, pudieron percibirlo?
No estuvimos pendientes, pero a mi lo que me han dicho –interviene Rodrigo- es que casi no se le dio cobertura, que fue ignorada por los medios. Es posible que le den más cobertura a los resultados de la selección, etc., pero como que estas cosas nunca las vamos a ver porque también les afecta a ellos.
Jorge dice que no tiene la menor idea, porque no ve ni Televisa ni Tv Azteca, vivo aislado de estos medios y no sé cómo lo habrán cubierto. He leído La Jornada, Proceso y otros periódicos y te das cuenta de que hubo cobertura, pero en los medios electrónicos no tengo idea.
Rodrigo recuerda que sí vio cámaras de Televisa y Tv Azteca, pero quizá sólo estaban documentando, me contaron que no salía información de la Caravana en los noticieros.
Jorge vuelve a intervenir y recuerda que cuando iniciaron las mesas de discusión Milenio Tv empezó a cubrir. Obviamente –dice con ironía- muchos de los resultados de las discusiones terminaron siendo una carta a los Reyes Magos, peticiones contradictorias, nada aterrizado, nada concreto de queremos esto y se va a hacer esto. Yo vi a Sicilia molesto en varias lecturas, porque no salió nada prácticamente.
“El discurso de Sicilia era el de ‘con las acciones, tocar el corazón de la gente que está en el gobierno y de intentar hacerlos cambiar’ y si no, pues lanzarse a un movimiento de resistencia, ir escalando. Pero la gente más radical estaba en contra de eso, querían sacar a las organizaciones eclesiásticas que eran miembros de la organización. Siento que Milenio le dio mucha importancia a esa parte de la disidencia, cuando en realidad creo que era inevitable, esa fue la impresión que a mi me dio, que era inevitable la disidencia de los radicales dentro del movimiento”.
Rodrigo interviene y muestra su acuerdo al decir que la cobertura de Milenio fue muy ‘chafa’. “al final de la Caravana le hicieron una entrevista –a Sicilia- y la titularon ‘atroz sacar al ejército del país: Sicilia’, aislada del contexto, sin explicar a qué se refería. Dando a entender que Sicilia está en contra de la desmilitarización. Y eso no es así, el movimiento está a favor de que salga el ejército, pero siempre se han hecho precisiones de que si se saca el ejército nos van a chingar a todos, no se puede hacer una desmilitarización instantánea. Ya metiste al ejército, no lo puedes sacar luego, luego, eso era lo que se mencionaba; pero Milenio lo mencionó así. A mi me parece entonces que Milenio siempre tuvo una postura bien golpista, y eso generó problemas al interior de la Caravana al grado de que Sicilia tuvo que enviar una carta para explicarnos de qué se trataba, porque había molestia sobre todo en los grupos más radicales como la COMECOM, Comisión Metropolitana Contra la Militarización”.
LA CARAVANA A CHERÁN
“Cherán bien podría ser nombrado como uno de los Pueblos Mágicos de México. Es de una gran belleza, su arquitectura es similar a la de Pátzcuaro, hay mucho verde alrededor, bosques; pero sobre todo, que la gente es muy, muy hospitalaria. Tiene mucha belleza natural, pero sobre todo es la hospitalidad de la gente, es más que la de gente de otros pueblos mágicos”, dice Jorge elocuente.
“Sólo fuimos por un par de horas a Cherán. Fuimos en Caravana a llevar víveres y nos recibieron con comida y en cada lugar que nos parábamos nos ofrecían de comer, nos decían coman, coman, coman. La gente estaba encantada, son muy hospitalarios, el recibimiento fue increíble.”
Rodrigo secunda “donde te pararas en Cherán, te ofrecían de comer, todos querían que probaras de su comida. La comida se organizó por fogatas, ahí en cada esquina tienen fogatas y en cada una se les encargó hacer la comida para los que venían de la Caravana. Tu llegabas a la fogata 8 y te daban un taco, llegabas a la 12 y te ofrecían lentejas, te preguntaban si ya las habías probado. Y con qué cara les decías que no, porque te lo daban con todas las ganas del mundo”.
-¿Las fogatas son barricadas, están en las entradas del pueblo?
En cada esquina hay una –apunta Jorge- Pero cada media calle hay una fogata y se rolan. El problema de Cherán es que no pueden hacer otra cosa, más que cuidar al pueblo, entonces por estar cuidando al pueblo, la gente no va a trabajar. Por ejemplo, había un maestro que da clases fuera de Cherán, entonces van con miedo fuera del pueblo porque los pueden levantar.
Aquí el conflicto es que los talamontes pagan cuota para que los proteja el narco, entonces están protegidos por los narcos y por la policía.
Y el problema –dice Rodrigo- es que el presidente municipal no quiso hacer nada. Y cuando hubo balaceras, los policías no ayudaron a la gente. En Cherán la gente quiere que entre el Ejército, por eso nos llamó la atención que estuviera en esa Caravana la COMECOM.
En Cherán una señora me contó –recuerda Rodrigo- que cuando expusieron el caso a la autoridad platicaron de un ‘compa’ que lo habían levantado y quemado vivo y después lo habían tirado. Godoy les dijo que ‘ustedes los indios son muy mentirosos, ustedes inventan cosas, ustedes lo quemaron y ustedes lo tiraron y no les vamos a dar apoyo’. Entonces, estás hablando con personas que están totalmente cegados, tienes que hacer algo para abrirles los ojos –refiriéndose al gobierno de Michoacán-.
Continúa Rodrigo su relato “nos contaba Salvador, uno de los ‘compas’ que dirige en Cherán que la defensa del pueblo la empezaron a hacer las mujeres. Una vez que llegaron los camiones armados, agarraron palos y piedras y empezaron a correr. Entonces –sigue relatando Rodrigo- tuvieron que salir detrás de ellas los hombres ya armados con las carabinas y ahí fue que empezaron a poner las barricadas. Y eso se me hace muy interesante, que hayan sido las mujeres las que dieron el primer paso en la defensa del pueblo”.
-¿Cómo vieron en general, en las dos Caravanas, y en los lugares que visitaron, la participación de las mujeres?-
-Sí ha habido esa participación, pero que no se notó el predominio de un género. En el caso de las familias de víctimas se reparten las actividades, pero no se ve una participación más activa, es igual-.
-¿Qué sigue?
“En Ciudad Juárez no se acordó algún plan de acción y ahora hay que estar a la espera de lo que Sicilia organice, lo que viene es la Caravana del Silencio y la Caravana al Sur. En Gobernación hay una comisión de seguimiento.”-dice Jorge-
Por su parte, Rodrigo menciona que “después de tres meses del diálogo en Chapultepec, ahora van a hablar con la CONAGO, con los gobernadores y se va a hacer la Caravana del Sur en agosto”. -¿Van a ir a esa caravana?- Los dos al unísono dicen que sí, que van a llegar hasta Guatemala.
Ambos concuerdan que las críticas a Sicilia han sido infundadas y más bien descontextualizadas. Consideran que “Sicilia tiene fuerza moral, congruencia y credibilidad porque lo vivió en carne propia. Él puede ser el líder que necesita este movimiento por la paz”.
* “Al día siguiente, al llegar a Monterrey, la caravana fue recibida no sólo por las policías municipal y federal, sino también por varios grupos de civiles en autos, taxis y motocicletas que incluso abordaron a algunos reporteros preguntando sobre el lugar donde se quedarían a dormir los caravaneros. Eran los halcones que vigilan las calles de la ciudad y reportan todo lo que sucede a diferentes grupos del narcotráfico”. Ver Gil Olmos, José “A vencer el miedo” Revista Proceso 2011 [en línea]. Disponible en <http://www.proceso.com.mx/?p=272346> [Consulta: Julio 2011]