A los 43 compañeros desaparecidos por el estado mexicano
Vine a este mundo con ojos
y me voy sin ellos.
Federico García Lorca
A la tierra vuelven y con el pueblo sueñan.
Sus palabras se aniquilan ante el puño llamado méxico:
escopeta de dólares y partidos, uniforme caduco de nefastas batallas.
A la tierra vuelven porque en su inmensidad nos hablan.
Como el alma que se extiende en el llanto de nuestros campos:
vapores poseídos por la rabia de su rebeldía y orgullo.
A la tierra vuelven para estar en casa.
Para detener al odio con su agreste juventud y
con la memoria otorgarnos la compasión que no merecemos los cobardes.
Que no merecemos los ausentes y mudos a un metro o a mil kilómetros.
A la tierra vuelven inundándola con su sangre:
bálsamo de nuestra felicidad de aparador: farsa de progreso y democracia.
Somos el gatillo de este enjambre de votos y suspiros envenenados,
el percutor silencioso de sus lenguas voraces.
A la tierra vuelven a dormir con nuestra culpa.
Porque estamos todos muertos e incinerados.
Porque la esperanza fue desollada con sus rostros.
Porque nos perdimos en la herida del monte.
Porque estamos todos en la fosas, en el lodo puro.
Y en el valle arden las cosechas.
Y los peces se asolan con machetes.
Y nuestra piel se desvanece en gasolina.
Y los cuerpos aparecen cantando una elegía.
Ellos, las hordas de desprecio, nos han tendido esta trampa.
Ellos, el maltrato de los pobres, han bailado con nuestra miseria.
Ellos, el ultraje de la tierra, han enviado sus pesadillas.
Ellos, la diferencia de miradas, nos han sentenciado.
A la tierra vuelven para florecer de este dolor como enredadera de justicia.
Como coyules de venganza, añil de honor y buganvilias de libertad
que darán vida a esta tierra entumecida de tanto devorar cadáveres.
A la tierra vuelven con la hoguera cristalina de la barbarie grabada en el pecho.
En la endecha de la esperanza se hunden abrazados a sus madres:
las nuestras y nunca más solas.
Se besan con nuestras hermanas y sangran con nuestros hijos.
A la tierra vuelven con el destierro salvaje habitado por el miedo.
Y nosotros, y el futuro, y cada uno de nuestros minutos,
quedamos en este abismo para encontrarlos en el infinito.
En la repetición del aquí y el ahora,de la podredumbre y el plomo.
A la tierra vuelven para educar a la historia con desdicha.
En el alba de las montañas su nombre será el viento que delinee el polvo.
Será la lluvia que nos despierte y nos defienda.
Será el cortejo de mariposas que nos lleve con ustedes.
Será la procesión ominosa que nos regrese a todos.
A la tierra vuelven porque las frases arrogantes
los forzaron a recordar nuestro glorioso pasado de sangre.
Un luto eterno e incesante: la marea de los olvidados.
A la tierra vuelven porque es suya y no de las hienas
A la tierra vuelven porque nunca desaparecerán.
A la tierra vuelven.
A la tierra vuelven.
A la tierra vuelven.
