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Para nuestra aparente rendicion

Para nuestra aparente rendicion 20 minutos

I.

 

Te escribo en jeroglíficos

cultivo frases en porotos

mis metáforas luchan con las espinas

verdes y a veces amarillas,

duras, se comen los zapallos

sus acciones son bélicas

los vestigios arqueológicos suman fémures y algún dinosaurio

hablan de guerras, puentes y acuerdos

las serpientes con dos cabezas, serpiente-cruz, serpiente-pájaro.

 

Te escribo en jeroglíficos

los hombres son amarrados de pies y manos

escupen verdad que nadie bebe

ay cabeza de reptil.

 

Ay jardín celeste

árbol de códice, color perdido

no vemos la venida del otro lado del mar

esquina nuestra, oscuridad curativa.

Luz, luz.

 

II

 

Hombre de piedra

me arden las manos de cal

se despedaza la epidermis

huyen desesperadas las arañas

las telas hacen sacrificio sobre sí mismas

albergamos dioses, recostados, goteantes

vestigio de recuerdos.

 

Itzamná, multitud de soles y lunas

expulsa con flores y yerbas

el rumbo cósmico equivocado.

 

Ay papel de amate

corteza, Cha' Chack nútrenos

cordón umbilical

cuídanos, dibuja una línea

acércate, para que tenga lugar la muerte

y nacer en el fin del ciclo.

 

III

 

Poner a resguardo el verde/ocre

siento el pasto en las sandalias

y me cae el sol del despido, llanto de hambre

larga, larga fila.

 

Arde la fatiga

en las manos cortadas

en las puertas cerradas

en los dientes que presionan el grito

hombros en un mundo partido

grieta, naranjas para el país

saborean los pies la falda del llanto

jugo de sangre del malolor

refleja normas, decretos.

 

Hace rato que descansa

bastón del mastín

no hay aire, no hay.

 

IV

 

Un bisturí para el azul/sangra el ojo cuarto

en la cabaña del guerrero

                                       mira la azada el pubis

desgarra la tierra virgen donde los labios hormiguean,

milpa del deseo sin formulario.

 

Corre el río presuroso

rompe la corteza, los árboles crucificados

cabeza de un fruto que por olvidado es prohibido

sangre del mensajero, llanto narcótico

y en la mitad de la historia no existe árbol rojo

la madrugada es tormento de la lluvia de cucarachas

se hielan las navajas

la sobrecarga del corte

la desdicha del sueño sin condición de cosmético

maldice la madrugada del nacimiento triste.

Ahora.

Nunca.

 

V

 

Desvistió la puerta, al portero

a la multitud y a la soledad

receló de cada dedo

de uñas sin brillo, mutiladas

despreció cada mirada

por desvanecimiento de los ojos

nuevos y cansados de tanta ausencia

no podía distinguir entre una bebida y otra

interminable alcohol sus venas

pálpito de estertor su sangre

maldijo la bebida de su padre

el engaño precoz materno

recorrió cada esquina/desierto de su vida

y vomitó versos para limar la piedra

que pesaba en su alma.

 

 

VI

 

Si después o antes de tu poema

se rajan los nombres

si los ojos de tus mujeres

buscan un sitio en las cabezas.

 

Si preguntan las pestañas

por el color de la sombra

si el desastre escapa al oráculo

de jornada, búsqueda, página con número

estudio de coyuntura

de verdades mentiras

siempre en desventaja

las manchas descartables

anudan las noticias vecinas

suda lluvia sojera, el narco asesino.

 

VII

 

Me queda el banco con sombras

un cielo fugaz

un recuerdo de piedra

voladura, ráfaga y metralla

la morera y los gusanos verdes.

 

Me queda el banco

los ríos de espinas

el establo en los dedos

aroma de aire perdido

pájaros del pasto monte

sol del trabajo escuálido

tanto vértigo, tanta lengua descuartizada

y entre cardenales aplastados

muere la tarde.

 

VIII

 

Los dedos engarzados en las hojas

la luna chorrea glauca

y caen aliados los nombres

es una lluvia de olvido.

 

Los volantes nadan, perdidos en el agua

de los rostros, sudor, ardor,

Sería tan fácil, vomitar bocanadas de sangre

herir el teléfono del olvido

llamar al vigilante, disparar miedo.

 

Pero no,

ladran los chacales

aúllan, negocian

vuelan buitres, aciertan las balas

en la ruta, camina el olvido

¿ cómo se llama el territorio?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Información adicional

  • Por: : Marisol Cabrera Sosa
  • Medio en el que trabajaba y cargo::

    Es escritora, profesora de enseñanza media, especialidad Historia. Licienciada en Ciencias de la Educación. Docente en el Consejo de Formación en Educación. Nació en Treinta y Tres, Uruguay,

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