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Garzón en México

Garzón en México El Mundo

¿Han sido positivas las frecuentes visitas de Baltasar Garzón a México? ¿servirá que la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR) ya tenga sede en nuestro país?

En abril de 2013 Garzón entregó al gobernador Graco Ramírez una propuesta de estructura de ley para víctimas. Según La Jornada “Garzón aclaró a los familiares de víctimas de la violencia que su fundación no cobró por ayudar a crear esta ley” (23 de abril de 2013). En caso de que lo hubiera dicho falseó la realidad. De acuerdo con documentos oficiales obtenidos vía Infomex, FIBGAR recibió, en marzo de 2013 cinco millones de pesos (más IVA) del gobierno de Morelos (404 mil dólares a la tasa de ese mes) sin informar sobre ello.

Fue el pago adelantado por un proyecto de 14 meses (octubre de 2012-enero de 2014) para que FIBGAR presentara la estructura de ley entre otras actividades. Como su  informe final es raquítico (siete cuartillas) envié preguntas a FIGBAR que respondió con huecos y omisiones (véanse, detallados junto con los otros materiales de este caso, en: www.sergioaguayo.org). En las Memorias de FIBGAR es notable la opacidad de los reportes financieros sobre México frente a los que describen su trabajo en Colombia y Argentina.

El único resultado tangible de los 404 mil dólares es el proyecto de estructura de ley que FIBGAR entregó al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad días antes de difundirlo (abril de 2013). Javier Sicilia me comentó que entregó el documento para revisión a los abogados Eliana García y Julio Hernández Barros (actual comisionado de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas).

Para Eliana, el principal problema de la propuesta de FIBGAR era que concedía al gobernador el poder de nombrar a los integrantes de la Comisión Ejecutiva. Julio Hernández añade que el proyecto fue “innecesario y desconocía la realidad mexicana. Tuvimos que ajustarlo al contenido de la Ley General de Víctimas” (promulgada tres meses antes por Enrique Peña Nieto). Sicilia es más severo: la “Fundación Garzón, me parece un puro negocio”; fue “decepcionante lo que hicieron. Esa gente es parte del problema”.

La presencia de Garzón en México adquirió relevancia por la detención de Humberto Moreira en España. El antiguo gobernador de Coahuila solicitó inicialmente que lo defendiera Garzón. El exjuez sugirió a Manuel Ollé (jurista asociado con Garzón en varias causas célebres) quien logró que el juez Santiago Pedraz archivara provisionalmente la causa y liberara al político priista.

Alejandro Gutiérrez de Proceso y Daniel Montero de El Español (diario digital) han documentado que Garzón, Ollé y Pedraz participaron juntos en varios foros organizados por FIBGAR para políticos y gobernadores: César Duarte en Chihuahua, René Bejarano en Michoacán, Jaime Rodríguez, El Bronco en Nuevo León, etcétera. ¿Tráfico de influencias y conflicto de intereses de los tres juristas españoles?

¿Qué buscan los políticos mexicanos placeándose con Baltazar Garzón? Graco Ramírez lo explicó en un discurso el día que se firmó el convenio (octubre de 2012) con FIBGAR: “[el] aval que nos da, moral, ético, jurídico… queremos que se escuche en el Zócalo de la Ciudad de México y […] en todo el país”. Estaba tan contento el gobernador que ese día declaró a Garzón “morelense, parte de nosotros”.

Un buen número de políticos mexicanos buscan en el exterior la legitimidad de la cual carecen dentro. Por ejemplo, en 2011, Elba Esther Gordillo era muy poderosa y se trajo al prestigiado Fernando Savater para que conversara sobre ética con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Se desconoce si hubo honorarios y, de ser el caso, el monto. Ahora bien, por lo general, son visitas breves que sirven para lanzar un inocuo rocío de celebridad.

La Fundación Garzón es diferente porque al tener sede en México debería informar cómo se gastaron los 404 mil dólares que les dio Morelos y cuánto han recibido de otros gobiernos y donantes privados. Sería también útil que Baltasar Garzón explique el papel que jugó en la liberación del impresentable Humberto Moreira.

Es saludable que organizaciones de derechos humanos extranjeras se instalen en México; es tan inmensa nuestra tragedia humanitaria y es tan profunda su corrupción y nuestra desigualdad, que requerimos de la solidaridad internacional. Sobran los simuladores que vienen a legitimar gobernantes insensibles e inservibles. Nos distraen de lo prioritario: taponar la sangría y atender a las víctimas.

 

 

 

Información adicional

  • Por: : Sergio Aguayo
  • Fecha: 29 de marzo de 2016
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