NUESTRA APARENTE RENDICION

A un año sin justicia para el lado donde caen las balas

Ni una muerte más Ni una muerte más Ni una muerte más

La cita fue en la plaza Hidalgo a las cinco de la tarde el 10 de octubre del 2013. Justamente a un año del trágico día en el cual José Antonio Elena Rodríguez de 16 años perdiera la vida después de recibir 13 balazos proveniente del lado estadounidense.

La plaza donde se concentraron familiares, activistas y ciudadanos sensibilizados de los dos lados de la frontera se encuentra en el centro de Nogales, a un lado de la carretera Imuris-Heroica de Nogales que es la columna vertebral y se topa con la garita para pasar a los Estados Unidos. Esta carretera sigue como línea paralela las vías del tren, que fue el motivo por el cual nació esta población en 1840 en medio de dos grandes cerros, en un territorio sumamente accidentado. 

 

Del lado de la carretera donde están las vías, el opuesto a la plaza, esta la Buenos Aires, barrio popular y famoso por el trasiego de drogas y el cruce de indocumentados. Del lado donde inicio la marcha esta el centro, el palacio municipal y el pedazo de muro desde donde le dispararon a José Antonio hace un año.

Apenas comienza a caer el sol en la tarde y en la plaza Hidalgo hay apenas un centenar de manifestantes. La mayoría de ellos son niños con las caras pintadas de blanco y llevan consigo unas pancartas en forma de una mano abierta pintada de rojo, o con dibujos hechos por ellos en los cuales se hacen alusiones a su derecho a vivir en paz, seguros y libres de fronteras. Como en la marcha del ABC en Hermosillo, los niños encabezaran esta marcha con sus pancartas, con su dignidad y con sus reclamos por una vida en paz, libres de disparos del otro lado del muro.

Las distancias en Nogales no son muy largas y la marcha podría hacerse en quince minutos con un paso normal, pero esta duro dos horas por las paradas que se hicieron a lo largo del camino.  La primera de estas paradas fue por la calle Álvaro Obregón - avenida que se siguió para atravesar el centro y llegar hasta la calle Internacional – frente a un Cinema Gemelos que aún conserva la fachada que esa cadena tenía en los años noventas. En este punto un pick-up que llevaba el sonido de la marcha se puso frente a esta y con este comenzaron a lanzar las consignas de la marcha entre las que estaban la de “no, no, no, nos detendrán” y la de “No más migra” pero también se incitaba a que la sociedad civil o unirse al contingente y a que las autoridades municipales, asi como las nacionales, tomaran un papel más digno en la defensa de la soberanía y del pueblo nogalense.

En el cruce de Álvaro Obregón con Ramón Gonzales un tío de José Antonio toma el micrófono y lee un texto escrito para la ocasión. En este exhorta a la ciudadanía a unirse a “la lucha por la defensa de los derechos humanos, y del libre tránsito en las calles de nuestras ciudades fronterizas, por la igualdad y la equidad de derechos, para que se alcance la justicia para todos aquellos que han encontrado la muerte a manos de agentes de la patrulla fronteriza, que por su odio y su racismo toman en sus manos la vida de nuestros compatriotas y de otras diferentes nacionalidades.”

También le habla directamente a la migra reclamándoles: “Quien les dijo a ustedes que pueden humillarnos, matarnos y hacer con nosotros lo que les venga en gana. Están totalmente equivocados y erróneos al pensar que son intocables. Saben, también existe la justicia para que ustedes paguen sus atrocidades antisociales”. Del mismo modo se dirigió a las autoridades de México para reclamarles por su cobardía, por su falta de apoyo y su abandono.

La marcha continúo unos metros más y se detuvo nuevamente frente al Ayuntamiento de Nogales. Cesar, uno de los organizadores, entretenía a los niños que encabezaban la marcha pidiéndoles que levanten el puño y luego que se agachen para levantarse con el puño levantado y continuar la marcha.

Pasando la calle Porfirio Díaz el sol ya prácticamente había caído por completo y el apenas centenar que había salido de la plaza Hidalgo se triplico. El contingente comenzó a marchar con más rapidez y al llegar  al cruce entre Álvaro Obregón y calle Internacional, teniendo de frente al muro, todos comenzaron a saltar y al unisonó correaron: “El que no brinque es migra, el que no brinque es migra.” Los niños volvieron a alzar el puño de la resistencia y a correar: “no, no, nos moverán”.

La marcha dio vuelta a su izquierda y se dirigió al lugar donde fue asesinado José Antonio. Del lado mexicano las casas de barrio, humildes y algunas abandonadas estaban rayadas con consignas de apoyo a la causa de la marcha y de repudio a las políticas migratorias de Estados Unidos. Del lado del muro los barrotes tienen calcomanías que exigen justicia para José Alberto. Antes de llegar a donde está la cruz con la foto del José Alberto, un gran esténcil de un niño con chaleco jugando a brincar la cuerda decora la pared y ve de frente al muro. En la manifestación se dice varias veces que “los niños tienen derecho a jugar a las piedras”. La marcha se vuelve a detener en el lugar donde fue asesinado José Alberto y se vuelve a contar su historia. Se recuerda porque están marchando. Se habla de que las autoridades norteamericanas no quieren mostrar los videos donde se ve como le disparan al chico. Se mencionan los partes de la autopsia y las pruebas que se hicieron en la cual se demuestra como los disparos se hicieron desde arriba, desde el lado de allá.

La marcha continuo unos metros más hasta llegar a un punto de encuentro, donde del otro lado estaba otro contingente esperando con velas y muestras de apoyo para quienes se encuentran del lado a donde se dirigen las balas de los migras. Del lado de allá un grupo  de bailarines aztecas vestidos con trajes típicos de los grupos indígenas del centro del país bailan como señalando que estas tierras antes de ser gringas o mexicanas eran de los peregrinos de Aztlan. Una eterna zona de rutas de migratorias que no entiende de fronteras violentas, metálicas y artificiales.  Del lado de acá se canta a la esperanza y a la justicia. Del lado de allá comparten el mismo sentir. Entre los manifestantes de acá y los de allá hay poco menos de quinientas personas deseando justicia para José Alberto y todos los que han muerto de la mano de un migra. Deseando que de los dos lados se tome conciencia.

 

Información adicional

  • Por: : Hermes D. Ceniceros
  • Fecha: 25 de octubre de 2013

NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

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