A Don Nepo lo mataron hace dos años un 28 de noviembre en la calle Pesqueira, esquina con avenida Reforma, en Hermosillo. A plena luz del día, en el centro de la ciudad, en una de las colonias con mejores ingresos y muy cerca de la procuraduría del Estado; allí acabaron con la vida de un padre que lo único que buscaba era justicia para su hijo. Don Nepo fue uno de los familiares de víctimas más representativos del MPJD durante la caravana por la paz que encabezo el poeta Javier Sicilia, también un padre en búsqueda de justicia y dignidad para su hijo.
Durante esa caravana entrevistan a Don Nepo que cuenta la historia de su hijo, así como también describe la indolencia y complicidades del sistema de repartición de justicia del Estado de Sonora. “En Sonora estoy sólo” repite varias veces. Cuenta que los periodistas de los medios locales nunca se interesaron por su noticia y que no es hasta que se une al MPJD que su caso comienza a ser conocido.
De acuerdo con el artículo de Shaila, la familia de Don Nepo se fue al exilio porque teme por su seguridad en México, en especial en Sonora. Los familiares que aun sobreviven siguen pendientes de las investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) con un perfil bajo. Mantienen el contacto con los miembros del MPJD, cambiando constantemente de domicilio fuera del país porque tienen miedo de regresar y volver sufrir una agresión por parte del ex Procurador de Justicia del Estado, Abel Murrieta Gutiérrez. Quien ahora es Diputado local por un distrito de Ciudad Obregón.
Los familiares de Don Nepo comenzaron a desconfiar de este personaje de la política sonorense, cuando el activista fue a las oficinas de la procuraduría a encarar a Murrieta como procurador. Al no encontrar respuesta en las autoridades, Nepomunceno, acudió a los medios para dar a conocer el caso de su hijo. Días después, tres hombres armados lo amenazaron en su casa diciendo: “Mire, vine a decirle de parte del jefe que lo de su hijo fue un error, pero ya no se puede hacer nada. Estamos en guerra y en todas las guerras hay muertos, ni modo le tocó a él. Nomás le digo que le baje de huevos porque si sigue haciendo ruido, se lo va cargar la chingada.” Murrieta como procurador estaba enterado de esa amenaza y no hizo nada.
El 28 de noviembre sus compañeros de MPJD le hacen un homenaje en la Estela de Luz, donde hay una placa en su nombre; mientras que en Hermosillo es casi olvidado. Quizás por miedo a Murrieta, quizás porque los medios locales mantiene un sesgo informativo que lleva a los hermosillenses a creer que viven en una burbuja, o porque en Sonora tienen miedo a recordar que son parte de un México herido por la guerra contra el crimen organizado. Aun con todo, algunos lo recuerdan casi en silencio por las redes sociales y por los medios alternativos y ciudadanos como la radio de Política y Rock &Roll. Lo recuerdan y en un delicado gesto de resistencia aparecen dos pompones blancos en la esquina donde a Don Nepo, hace dos años, le arrebataron la vida. Acompañando a las flores viene una hoja impresa que dice: “Don Nepo, aquí seguimos con perfil bajo. Aparentemente rendidos, pero aquí, en pie de paz, de justicia y dignidad.”