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Ayunos tomaron la plaza, redes tomaron los medios

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El 5 de junio del 2014, a cinco años del incendio de la guardería ABC en donde murieron 49 niños y más de 70 quedaron lesionados, Estela Báez Gill sorprendió a propios y extraños cuando emplazó a una huelga de hambre si Enrique Peña Nieto no les concedía una audiencia a las madres y padres deudos de la tragedia de la guardería. El emplazamiento a huelga lo hizo en el Zócalo de la Ciudad de México en el mitin que anualmente se realiza al finalizar la marcha conmemorativa del mayor infanticidio en la historia de México. 

 

Julio Cesar Márquez, sabía que su esposa estaba dispuesta a llegar a las últimas consecuencias en su exigencia de justicia y de audiencia, sin embargo nunca imaginó que haría el anuncio del emplazamiento en el Zócalo. La noticia conmocionó a activistas, periodistas, intelectuales y en general a cualquier ciudadano que ha dado seguimiento al caso ABC. 

Preocupados por esta decisión, un grupo de ciudadanos auto organizados de Hermosillo  -Rosa María OLeary y Lilly Baldenegro por parte de las ONG no alineadas y el padre Jorge Martínez y Martha Rosalía Rodríguez de la Parroquia Universitaria- anunciaron que a partir del 19 de junio comenzarían con unos ayunos de 24 horas por relevos en la Plaza Zaragoza de Hermosillo, para así hacer presión al ejecutivo federal en el emplazamiento a huelga de hambre hecho por Estela. 

La madre de Yeye escogió el 19 de julio para comenzar su huelga de hambre, si su petición de audiencia no era respondida, porque así se cumplirían dos años y un mes de la promesa de campaña que Peña Nieto les hizo a las madres y padres deudos de la tragedia en Ciudad Obregón.  

Los ayunos ciudadanos de 24 horas por relevos, tendrían el propósito de evitar que Estela Báez Gill se viera en la necesidad de exponer su vida con una huelga de hambre, por la insensibilidad de un gobierno federal que no da señales de interés por el caso del infanticidio. Por eso, cuando estos ayunos finalizaron, después de que el ejecutivo federal dio señales de interés para atender a Estela Báez y que la madre decidiera no ir a la huelga, la Plaza Zaragoza se llenó de una digna alegría. Una alegría que no olvida que se debe de seguir alerta, que apenas es una batalla ganada, que esto únicamente fue la toma de una Bastilla ciudadana y que hacen falta muchas otras luchas. 

 

La llamada

Erick o Danny, como quiera uno llamarlo, venía de <<ráete>> cuando vio por primera vez el letrero de Hermosillo en la entrada de la carretera a Nogales. No tenía planeado detenerse, quería continuar hasta Obregón, pero su pecho le empezó a susurrar al oído, le decía que debía bajarse. Pide que lo tiren en la estación de autobuses y desde allí comienza a caminar en busca del centro de la ciudad. En un OXXO le indican la dirección y a media noche llega a la plaza Zaragoza. Duerme en medio de los palacios del Gobierno Estatal y el del municipal. Al día siguiente se percata de que un padre pone una casa de campaña frente al palacio de Gobierno, ve la manta del conteo regresivo de los ayunos y no le presta más atención, se lanza a recorrer el centro de la ciudad. Esa misma tarde se acercará al campamento de los ayunantes para averiguar los motivos de la protesta. Acto inmediato, Erick pondría su casa de campaña al lado de la del padre, haciendo de ese espacio su domicilio para el próximo mes. 

Cómo Erick muchos ciudadanos atendieron el llamado para ser parte de los ayunos cada vez que pasaban por el campamento instalado el 19 de junio, varios de ellos sin tener en claro qué tanto se iban a poder comprometer. El apoderamiento de la plaza Zaragoza por parte de los ayunantes y aquellos que se acercaban a hacerles compañía se volvería en un pequeño ejercicio ciudadano que marcaría la plaza por todo un mes. Del mismo modo, los convocantes a los ayunos tampoco tenían idea de cómo respondería la ciudadanía. La verdad estaban nerviosos, tal vez un poco inseguros de que la gente no se apuntara para ayunar y no pudieran lograr el cometido. No fue así, siempre hubo alguien y nunca les faltó compañía a los ayunantes.

 

Tomamos la plaza, la red y controlamos a los medios

Cuando el padre Jorge Martínez y Martha Rosalía Rodríguez iniciaron los ayunos el 19 de junio lo hicieron con poca promoción. Apenas unos cuantos medios locales habían anunciado el ejercicio de los ayunos de 24 horas con relevos y otras pocas cuentas de Facebook y Twitter daban a conocer esta actividad. Silvia Núñez se había puesto el propósito de hacer una bitácora de los ayunantes y cada día visitaba el campamento para tomar fotos y subir a la red una nota periodística con el material periodístico recogido. Del mismo modo Cayetano Lucero los visitaba y les tomaba fotos y videos. En poco tiempo los usuarios de Facebook de Hermosillo y otros más de todo el país, comenzaron a compartir el material que generaban Silvia y Cayetano. Lo que sucedía en un campamento en la plaza Zaragoza se volvía viral.

 

El uso estratégico de las redes en esta modesta acampada fue la principal herramienta para hacer que los ayunantes se pudieran auto organizar y cohesionarse para ir creando un discurso colectivo. La plaza y las redes sociales se vincularon para crear un espacio, tanto digital como real, en el cual los hermosillenses se empoderaron. Cuando el miércoles 16 se llamó a una rueda de prensa la relación con los medios había cambiado. Ahora los medios atendían a los ayunantes y buscaban dar a conocer lo que estos daban a conocer. Los ayunantes controlaron los medios mainstream después de haber ocupado la plaza y las redes.  

Dos días más porque no somos perros de Pavlov

El martes 15 de julio Ciro Gómez Leiva da a conocer que la presidencia de la república se reunirá con las madres y padres afectados en el incendio de la Guardería ABC. La información es parcialmente cierta. Julio Cesar Márquez les cuenta a los ayunantes de la Plaza Zaragoza como la presidencia comenzaba a contactar con ellos, las condiciones que les daban a Estela y a él para la realización de la audiencia. En primer lugar esta reunión únicamente se daría con los padres firmantes de la petición de audiencia, los cuales nada más son Estela y Julio. Pese a esas condiciones  la madre de Yeye decidió no irse a huelga de hambre y así no arriesgar su salud.

Los ayunantes por su parte no saben qué decisión tomar. Por una parte se sienten complacidos porque Estela no tendrá que irse a una huelga de hambre, y por tanto, porque el objetivo central de los ayunos había sido concretado; sin embargo, dudan de la palabra del ejecutivo y ya le agarraron gusto a ocupar la plaza en la demanda de justicia. Julio les dice que a él y a su mujer les parece bien que continúen hasta el 18 de julio.

 Se decide terminar los ayunos como lo habían planeado, con un ayuno colectivo de 12 horas el viernes 18. Vieron que era importante reconocerse a sí mismos una victoria, porque por desgracia son pocas en México y por lo tanto cuando se logran es importante reconocerlas y celebrarlas. Pero también vieron que era importante remarcar que la ciudadanía sigue vigilante y que no dejara solos a los padres ABC tan fácilmente. Y es que el gobierno ha acondicionado con los sindicatos una relación en la cual la gente demanda, el gobierno o el patrón da un paliativo, y la sociedad deja de protestar sin resolver los problemas de fondo. 

Los ayunantes decidieron romper con ese condicionamiento pavloviano. Por eso se quedaron dos días más. Para decir que seguían pendientes, que no se tragan los paliativos que quieren soluciones de fondo y están dispuestos a organizarse para lograr sus metas, para alcanzar la justicia en el caso ABC, así como en muchos otros.

 

El primer bordado que se entrega

El último día de ayuno se cerró con un mitin con todos los ayunantes, quienes en algún momento fueron acompañantes o donaron hielo y sueros. Asistieron Julio y Estela para dar las gracias, al mismo tiempo que ellos recibían el agradecimiento por haber inspirado a una ciudadanía que deseaba solidarizarse en la lucha por la justicia ABC y por la ocupación de espacios públicos para la construcción de discursos colectivos que permitan regenerar el tejido social.

 

Aun más que un campamento, en la Plaza Zaragoza el tejido social se activó con el emplazamiento a huelga, sirvió para reunir colectivos en todo el país durante todo el mes. Desde Puebla, el grupo de Bordando por la Paz envío cuarenta y nueve bordados para cada uno de los niños que perdieron la vida. En el Distrito Federal se juntaron firmas de intelectuales, escritores y activistas, así como también se organizaron para acompañar a Estela en caso de que se viera en la necesidad de irse a la huelga de hambre. La acampada que iniciaba en Hermosillo amenazaba con tener sus replicas en todo el país, con unir más colectividades y regenerar más el tejido social. Tal vez por eso el ejecutivo federal decidió detenerlo dándole audiencia a Estela y a Julio. 

A pesar de que aún no hay fecha para la audiencia que prometió el ejecutivo federal, en Hermosillo se celebró el triunfo. Se le dio a Estela el bordado que le hicieron a Yeye en Puebla, como una forma de simbolizar que los lazos hechos en esta acampada entre colectivos de todo México seguirán vivos para reactivarse cada vez que sea necesario. Porque a pesar de que esta vez ganamos únicamente una audiencia, ya aprendimos que unidos somos más fuertes y que ocupando y resistiendo ellos nos temen. 

 

Información adicional

NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010