El pasado 15 de diciembre la Tribu Yaqui viajo a Hermosillo para manifestarse frente al Palacio de Gobierno y al Poder Judicial. El motivo de su protesta era pedir por la liberación de Mario Luna y Fernando Jiménez, los dos voceros de la tribu que son presos políticos del gobierno del Estado de Sonora. En estas protestas la Tribu Yaqui leyó dos comunicados que aquí publicamos íntegramente. En los comunicados, las autoridades yoremes hacen un análisis de lo que es el México actual y de cómo los sufrimientos se abrazan a lo largo y ancho del territorio nacional. La discriminación de los indígenas, de los jóvenes, de los campesinos y en si la violencia del Estado tienen un mismo origen que ellos como pueblo en resistencia por más de dos siglos entiende bastante bien. Aquí los comunicados de la Tribu Yaqui:
A la tropa yoemia
Al pueblo de Sonora
Al pueblo de México
A todas las naciones del mundo
Nosotros, el pueblo yaqui, tenemos 500 años combatiendo. Es INACEPTABLE que el gobierno nos señale como intransigentes cuando usa elementos de terrorismo e intenta someternos a toda clase de vejaciones. Aún así, nuestra lucha por la defensa de los recursos naturales y el territorio no es un capricho surgido por traumas de guerra, sino el fundamento de nuestra existencia.
Vivir nuestra cultura yaqui en paz y en nuestro territorio es nuestra utopía, pero creemos firmemente que la nuestra es una utopía factible, pues la hemos reivindicado por siglos con valentía y tenacidad. Nosotros somos la prueba de que los gobiernos de Sonora y de México NUNCA conducirán a los pueblos originarios a ese bienestar que por derecho fundamental les corresponde porque lo que hemos logrado, ha sido por nuestro propio esfuerzo.
En el tiempo de las armas, contra los yaquis el ejército mexicano nunca respetó -si es que existe- eso que llaman ética de guerra. Siempre se atacó indistintamente a guerreros como a civiles indefensos. Sí, hace menos de cien años aún masacraban a nuestros ancianos, mujeres y niños, y ni siquiera se tomaron la molestia de hablar de "efectos colaterales", pues consideraban que exterminar a todos los yaquis era una causa justa. Ejemplos sobran en nuestra memoria yaqui y en la historia yori; la primera cargada de dolor e indignación y la segunda, de orgullo y soberbia.
No se han querido dar cuenta de lo mucho que podemos aportar... Nosotros los yaquis mantenemos con vida la simiente más primigenia de nuestros antepasados y conservamos acumulada su sabiduría secular, la cual nos permite trazar un futuro extraordinario, donde mantendremos firme nuestro proyecto de nación. Los yaquis somos muchos y somos uno, herederos de la sangre y la cultura de los habitantes originarios de nuestro territorio; el vínculo con las raíces, voceros de la palabra ancestral.
El gobierno de Sonora cuando no nos ataca, finge no vernos. A pesar de que somos "los que hablan fuerte", simula no escuchar nuestros clamores y exigencias de respeto. El gobernador Guillermo Padrés no se atreve a mirarnos de frente, ni siquiera puede levantar la cara ante nosotros. Entre más hostiles le resultamos, más epítetos nos pone. Así ha sido siempre. Antes fuimos los "bárbaros" y los "salvajes" y ellos, claro, se autodenominaban "gente de razón", ignorando alevosamente que nuestro nombre, yo'eme, también significa lo mismo. Estamos sobre la segunda década del siglo XXI y nos siguen viendo como un estorbo, una rémora, un atraso al progreso. Piensan que somos muertos en vida, o que nuestra Nación está condenada a la extinción y que nosotros quedaremos como los perros de sus ciudades, abandonados a su suerte.
Amparados por el dios dinero, hace un siglo el gobierno hizo "remesas" con los yaquis enviándolos a los trabajos forzados en campos agrícolas del sur del país. Se equivocaron si creían que habían hecho de los yaquis en el exilio individuos desaculturados, clandestinos, sin futuro... Del fondo del dolor brotamos y resolvimos reconquistar nuestro territorio y recuperar nuestros recursos naturales. Y a pie, y de pie, marchamos de cara al sol de la esperanza.
Pasan los años y sus gobiernos no se han percatado de que lo YAQUI siempre se nos sube a la cabeza y que hemos sabido irrumpir en su historia nacional, en sus guerras civiles y defensivas y en sus escenarios políticos tal cual somos: YAQUIS con rostro, manos y corazón propios, YAQUIS con memoria milenaria, YAQUIS con palabra sagrada.
La Nación Yaqui no es el patio trasero de México ni de Sonora y en consecuencia, nada justifica las intervenciones e intromisiones que los gobiernos hacen sobre nuestro pueblo y la intención de despojarnos de nuestra agua y territorio. No necesitamos establecer nuevas reglas jurídicas que garanticen el respeto a nuestro gobierno tradicional, a nuestros recursos naturales, a nuestra cultura, porque las leyes nos favorecen. Es el gobierno el que no ha querido verlo.
Y mientras en este país llamado México el gobierno exacerba la represión, descuida a lo más sagrado de su población que son los niños, discrimina a los migrantes, mata a los estudiantes y persigue a los activistas, los políticos siguen volviéndose locos en su cápsula de autodestrucción. Nosotros, en cambio seguimos luchando responsablemente por el reconocimiento a nuestros derechos étnicos, y al pelear por la integridad de nuestro territorio, en donde está incluido nuestro Río Yaqui, estamos viendo por el equilibrio de la Naturaleza que redundará en el bienestar de toda la humanidad.
No estamos dispuestos a tolerar más desolación: Genocidio, sometimiento, usurpación, invasión, etnocidio, exterminio, destrucción, aniquilamiento, guerra, destierro... Ahora mismo intentan encadenarnos a sus designios apresando, con cargos fabricados y con testigos y jueces comprados, a Mario Luna y Fernando Jiménez, dos de nuestros hombres más preclaros y valientes.
No es poco lo que hemos sufrido pero seguimos en pie de lucha por la vigencia de nuestra identidad yaqui, pésele a quien le pese. Los yaquis sabemos de lo que estamos hechos y hacia donde queremos ir. Nuestros derechos como NACION YAQUI están por encima de todo intento infame, sea del gobierno o de sus mezquinos representantes, de promover la violencia en nuestros pueblos y despojarnos del agua que por decreto presidencial, por derecho de antigüedad y por mandato divino nos pertenece. No nos asustan, no nos van a callar.
Kaita Baam Neenky Waame!
NAMAKASIA!!!
NÁMAKASIA!!!
NÁMAKASIA!!!
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A LOS PUEBLOS INDIGENAS DEL MUNDO
A LOS PUEBLOS INDIGENAS DE MEXICO
A LOS PUEBLOS DE MEXICO
A LA SOCIEDAD CIVIL DE MEXICO
A LA OPINION PÚBLICA MUNDIAL
En base a las facultades que nuestras leyes internas y usos normativos nos mandatan. Nos dirigimos a ustedes para manifestarle lo siguiente: es conocido el clima de inconformidad y descontento social existente en el país, como referente principal es el acto de ignominioso perpetrado, en el sureste mexicano en la ciudad de iguala del estado de guerrero. Donde la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre del año en curso. Con el asesinato de 3 habitantes del lugar y 3 estudiantes y 43 estudiantes desaparecidos, todos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, estado de Guerrero, donde tuvieron participación activa elementos policíacos, además los hechos ocurrieron cerca de una base militar de ese lugar; en ese contexto del clima político imperante en el país, el tratamiento a todas las luchas y movimientos, por los gobiernos es de un solo calado, en ese sentido la lucha que ha emprendido nuestra nación yaqui, por la defensa del territorio y las aguas, no ha estado al margen de la óptica política del tratamiento antes mencionado, los mecanismos y medios de defensa de nuestro pueblo, sostienen la conciencia con el pasado: el derecho a la libre determinación , respeto a la integridad territorial, el reconocimiento irrestricto ancestral en instituciones propias, formas de organización y gobierno tradicional y el respeto a nuestros derechos y derechos humanos, bajo esos principios, la lucha por la defensa del agua y la lucha contra la imposición del Acueducto Independencia se han mantenido bajo un carácter pacífico como son elementos y medios informativos , denuncias, movilizaciones sociales, resistencia civil pacífica y actos de desobediencia civil con ese carácter; hemos emprendido la lucha legal contra el despojo y la operación ilegal del Acueducto Independencia (cuenca del rio yaqui-cuenca del rio sonora, ciudad de Hermosillo) ante las instancias, mecanismos y medios que el propio Estado mexicano a creado, para dirimir las controversias, pero este hecho ha sido violatorio a nuestros derechos y garantías, por el estado mexicano al alejarse del debido proceso, en principio consintiendo, apoyando los actos ilegales y violatorios al estado de derecho y ordenamientos judiciales y además aunado a esto se ha torcido la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a no dar cabal cumplimiento de la sentencia de ser consultado nuestro pueblo y así otorgar o no el consentimiento de esa obra que opera ilegalmente, al no contar con el manifiesto de impacto ambiental, además los derechos de agua adquiridos ilegalmente por el gobierno del estado de Sonora están en cuestión, por estar vencidos (caducos) al momento de ser adquiridos, al respecto la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó a CONAGUA definir el estatus legal de esos títulos, asignados por el gobierno de Felipe Calderón, CONAGUA a solicitado tres prórrogas, para tal efecto el término ha concluido y se han girado notificaciones por parte de juzgado, para que cumpla con el ordenamiento de la Corte. CONAGUA ha respondido como un vulgar delincuente particular, al cerrar sus oficinas administrativas para no ser notificados oficialmente y no cumplir con la Ley Nacional de Agua y el ordenamiento de la Suprema Corte de Justica de la Nación.
El proceso y situación que vive la tribu yaqui en el contexto de la lucha por la defensa de nuestro patrimonio ancestral, el agua, nuestro derecho histórico, nuestro derecho legal; esta situación es sintomática del país, el trato que recibe nuestro pueblo y todos los pueblos originarios. Esta condición no se puede sustraer del contexto neoliberal de la política económica de México, es a partir de ahí donde se da, un relanzamiento de las políticas extractivas, en forma por demás agresivas, donde el ojo de esa tormenta se encuentra el agua y la energía, precisamente es en los territorios y zonas indígenas donde aún se mantienen intactos grades extensiones de recursos naturales, tanto en el suelo como en subsuelo, en ese sentido el gran capital a ordenado a los gobiernos, que por todos los medios se allanen los caminos y las formas de apropiación de esos recursos, en ese diseño, han encontrado la resistencia de los pueblos originarios y sus organizaciones. Para ello la política y el plan de despojo, acciona la puesta en marcha, de acciones focalizadas, de acallar las voces mediante: la persecución política, criminalizar las luchas, aprisionar las voces más visibles, la desaparición y el asesinato. Este diseño no opera, si no existe la colusión de intereses, y en esto juegan un papel muy importante los tres niveles de gobierno, quienes se han hecho expertos en violar la ley por todos los medios, un gobernante de nuestro país cursa una experiencia y se capacita en esquivar la ley y no cumplir con su obligación primaria de cumplir y hacer cumplir la ley, en ese mismo sentido criminaliza el descontento social, fabrica delitos e incorpora a los sujetos de la lucha en la ruta judicial torciendo la ley. Los argumentos de la clase política (muy desgastada y falta de credibilidad por cierto) la ubica en el tejido social más las evidencias desnudan la crisis del Estado mexicano y es precisamente en el estado de derecho que se manifiesta la alta vulnerabilidad, al no cumplir con el principio de igualdad, garante de la constitución política, se le ha sobrepuesto el actuar por consigna, la discrecionalidad, la corrupción y lo que genera es impunidad y una total desconfianza de la ciudadanía, en la administración, procuración e impartición de justicia, el ejemplo más claro lo encontramos en la proceso legal de la tribu yaqui en la defensa de nuestras aguas, en ese contexto no están ajenos el papel de acordonamiento de los intereses fácticos, por parte de las dependencias estatales, federales y sus funcionarios, que en algunos casos han sido invadidas prácticamente, por empresas privadas y extranjeras que los obligan a cumplir con los compromisos, actuando como criminales evadiendo sus responsabilidades institucionales y la ley. En ese tenor ejemplifica la situación de los dos presos políticos con los que contamos, el señor Mario luna y el señor Fernando Jiménez a quienes se les ha aplicado el diseño institucional de las políticas y planes de despojo y la criminalización de la lucha y la fabricación de delitos, donde el único delito que han cometido nuestros hermanos es luchar por el patrimonio de nuestra nación yaqui, el futuro de nuestra generaciones, ser indígenas y ser pobres. Por lo anterior manifestamos nuestro mas enérgico rechazo a las políticas extractivas, los planes de despojo y criminalización de la lucha social y decimos y no nos cansaremos de decir, lo que hagan con los jóvenes de Ayotzinapa, lo van a querer hacer con todos los jóvenes mexicanos, y lo que hagan con la tribu yaqui, lo van a querer hacer con todos los pueblos, tribus y naciones indígenas de México.
¡¡¡CANCELACION INMEDIATA DEL ACUEDUCTO INDEPENDENCIA Y DESMANTELAMIENTO DE LA OBRA!!!
¡¡¡PRESOS POLITICOS, LIBERTAD!!!
¡¡¡LIBERTAD A MARIO LUNA ROMERO Y A FERNANDO JIMENEZ GUTIERREZ!!!
¡¡¡CANCELACION DE LAS ORDENES DE APREHENSION CONTRA LOS MIEMBROS DE LA TRIBU YAQUI!!!
¡¡¡DESAPARECIDOS, PRESENTACION!!!
¡¡¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!!!
¡¡¡NOS ESTAMOS TODOS, NOS FALTAN 43!!!
FRATERNALMENTE
AUTORIDADES TRADICIONALES DE LA TRIBU YAQUI