NUESTRA APARENTE RENDICION

El fideicomiso solo servirá para comprar ataúdes.

Las protestas de los afectados por el derrame de tóxicos en el Río Sonora no han cesado durante las fiestas de fin de año. El jueves 18 de diciembre la plaza de Ures se encontraba a reventar de afectados molestos dispuestos a tomar el palacio de gobierno municipal. Las protestas ese día comenzaron con bloqueos en la carretera y terminaron con una tarde y noche de protestas frente al palacio municipal.

 

Otras poblaciones afectadas también han bloqueado la carretera y han buscado formas en las cuales expresar sus inconformidades. Mazocahui bloqueo la carretera el 17 de diciembre y un grupo de ciudadanos de Ures, Bacoachi y Baviacora se manifestaron frente al Palacio de Gobierno Estatal para entregarle una carta al gobierno del Estado el 11 de diciembre.

 

En una entrevista que recientemente se le hiso a Antonio Navarrete, líder de los mineros de la Sección 65 del sindicato minero en Cananea para Sin Embargo, este sentenciaba que Germán Larrea se agarro de la tragedia de Ayotzinapa para: “negociar a su favor una salida al “cochinero” que provocó la peor tragedia ambiental en la minería mexicana”.

 

Los mineros y grupos de pobladores afectados por el derrame aseguran que Grupo México apuesta por el olvido y por la muerte lenta de los afectados. Sin embargo, antes de que se levantara la etapa de contingencia, después de 3 meses del peor desastre medioambiental en la historia de la minería nacional, el desinterés de Grupo México ya era percibido por los pobladores. En una encuesta levantada en octubre del 2014, encontramos que un 39% de la población de la zona afectada no cree que la minera está respondiendo de la manera adecuada, sin embargo, el 100% de la población concuerda en percibir a esta como la única responsable de la tragedia ambiental.

 

La percepción de la población en esos días se veía influenciada en gran medida por los titulares que los medios de comunicación sacaron, en los cuales tanto autoridades federales como estatales se peleaban entre sí. El gobernador Guillermo Padrés pasó de cuidar las relaciones con Grupo México a atacarla directamente, y presentar un plan para salvar al río, tomándose fotos con las mangas recogidas y con una pala en medio del río, para promover la imagen de un dirigente que trabaja hombro con hombro con los afectados para rescatar el medioambiente.

 

Después de que el plan “Salvemos al Río” quedara como un intento fallido por simular interés por la región contaminada, el gobernador comienza su ataque contra los delegado federales de CONAGUA y COFEPRIS en la entidad, generando un clima de más inestabilidad en el cual se confundía a la población afectada. Las personas que se habían quedado sin agua en sus casas, aparte de pensar cómo debían conseguir el vital líquido, ahora tenían que ponerse en alerta para distinguir entre quienes realmente los querían ayudar y aquellos que aparecían de manera oportunista con la intención de sacar provecho de su desgracia. Por lo anterior, cuando en la encuesta levantada se les pregunto si creían que las autoridades estaban haciendo algo para que Grupo México remediara el daño, un 63% que aun creían en la propaganda de las fuerzas involucradas pensaba que el gobierno estaba haciendo que la minera les ayudara, incluso estaban esperanzados de que el dinero del fideicomiso les llegaría íntegramente. En estos días las carreteras están bloqueadas en los pueblos afectados porque el dinero del fideicomiso se ha repartido inequitativamente y se lo han llevado personas que ni viven y padecen la contaminación del río.

 

La toma de la carretera por parte de los pobladores de los pueblos afectados responde al abandono en el cual se les dejó. Como bien decía un jornalero en una de las asambleas de los pueblos del río: “nos dejarán de traer tinacos para comenzar a traernos ataúdes”. La desesperación es generalizada, porque desde que comenzó la etapa de contingencia los pobladores de los pueblos del río, consideraban en un 90% que el derrame de tóxicos en los ríos Bacanuchi y Sonora les había hecho un daño, e incluso que les había violentado sus derechos humanos.

 

Para entender como este daño no se limita a un único aspecto de la vida, sino que se diversifica porque como con los derechos humanos, cuando se violenta uno también se violentan otros; es necesario saber cómo es que los afectados perciben el daño que se les ocasión por el derrame y cuáles fueron los derechos violentados. Así pues se puede identificar que los derechos humanos que se violentaron se relacionan con el medio ambiente saludable, la salud, el acceso al agua, el trabajo y la libre determinación de los pueblos. Estos derechos se violentan en la falta de agua, de alimentos, de trabajo, en afectaciones a la salud, a la vivienda, en las tierras, en el desarrollo de la familia, en el modo de vida y en la dignidad personal.

 

 

Afectados que se sienten violentados con el derrame en el Río Sonora

Falta de agua

81%

Falta de alimentos

46%

Falta de trabajo

69%

Afectación a la salud

45%

Afectación a la vivienda

37%

Afectación en las tierras

59%

Afectación en desarrollo de la familia

41%

Afectación en el modo de vida

58%

Afectación en la dignidad de la persona

45%

 

Partiendo de que el 90% de los habitantes de los pueblos rivereños consideran que sus derechos humanos fueron violentados, vemos que esta sensación se diversifica en diferentes modalidades. Obviamente la más importante es la que se relaciona con la falta del vital liquido, sin embargo esto se vincula con otros aspectos de la vida entre los cuales está el trabajo, los alimento, la salud, la tierra y el medio ambiente, así como el desarrollo familiar, el modo de vida e incluso la dignidad personal.

 

Ante este panorama tan desolado, el abandono de las autoridades deja ver que por omisión el gobierno, en sus tres niveles, ha sido cómplice de Grupo México en la violación de los derechos humanos de todos los habitantes de la zona afectada. Producto del abandono de las autoridades es que actualmente los afectados responden tomando carreteras en toda la región.

 

El fideicomiso que prometió la minera nunca llegó al sector de la población que fue más afectado por el derrame, y ahora las personas, en medio de la confusión, la frustración, la desolación y la rabia que da el abandono, es que se están organizando para emprender una lucha contra una de las empresas mineras más grande del mundo y contra los gobiernos estatal y federal.

 

 

 

 

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NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

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