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Cuando balean a un comandante

En la cama de un hospital en Phoenix, o tal vez en Yuma, las dos ciudades de Arizona en USA, se encuentra el ex jefe de la Policía Municipal de San Luis Río Colorado, Francisco Vázquez Bustamante. Se desconoce con precisión la ubicación del hospital donde se encuentra porque claramente fue baleado por el crimen organizado, y es fácil suponer que se quiere mantener oculta esa información para evitar que un sicario llegue para terminar el trabajo incompleto que dejaron 7 impactos de balas de una R-15.

 

El ataque fue el lunes 14 de septiembre y se dio en las calles de San Luis Río Colorado alrededor de las ocho de la noche, a unas escasas horas de que terminara su cargo como jefe de la Policía Municipal. Fue interceptado en el cruce de las calles Sinaloa y 22 por un sujeto solitario que lo acribillo desde un Jetta color azul que se perdió entre las calles sin dejar rastro.

 

Si Francisco fuera el personaje de una película regida por la lógica de los buenos contra los malos, así como muchas veces nos cuentan las noticias en este país, a este hombre lo podríamos considerar un héroe en recuperación; pero México no se rige por esta lógica y aquí los uniformados muchas veces pueden ser los malos durante el turno que estén de jefes. Así que si se compadecieron del ex jefe de la policía sanluisina, los invito a que lo piensen dos veces o mejor aún, que analicemos la dimensión de sus heridas, las cuales reflejan el nivel de inseguridad de este aislado municipio donde impera la impunidad y las autoridades son llegan a actuar como criminales uniformados del Estado que intentan mantener el monopolio de la violencia para ellos mismos.

 

La violencia soy yo

Cuando Luis XIV afirmo que él personificaba al Estado con la mítica frase “L’Etat et moi” nunca se imagino que aun en el siglo XXI tendría toda una serie de pequeños personajes bizarros que sin saber de él, emularían la naturaleza de su frase con una serie de variaciones que dependen de su entorno socio económico, cultural e incluso político. Uno de estos personajes bizarros que retomó la naturaleza de la frase del monarca francés y la adapto a su particular entorno, fue el ex jefe de la Policía Municipal de San Luis Río Colorado, Francisco Vázquez Bustamante, decidiendo personificar la violencia del aislado municipio. Este monopolizador de la violencia durante una parte de la administración Padrecista, nunca escatimo en daños cuando persiguió y amedrentó a defensores de derechos humanos, o cuando fabricó pruebas contra ciudadanos inocentes, menos cuando protegió a miembros del crimen organizado, o peor aún, cuando actuaba como el crimen organizado allanando domicilios sin ninguna orden de cateo. Si, en San Luis Río Colorado la violencia se personifica en el jefe de la Policía Municipal y esto  únicamente nos da una pequeña muestra del vínculo existente entre crimen organizado y gobierno.

 

Entre las tantas atrocidades cometidas por Francisco, la representación humana de la violencia en San Luis, esta atentar contra la vida de defensores de derechos humanos, protegidos bajo el mecanismo de protección de periodistas y defensores de derechos humanos de la Secretaría de Gobernación, solapar la actividad delictiva del Municipio y fabricar pruebas en contra de ciudadanos inocentes vinculados a defensores de derechos humanos, o ciudadanos que se atrevan a levantar la voz por la indignación que genera la impunidad en la región.

 

La activista y defensora de derechos humanos sanluisina más perseguida por el reinado de terror del ex jefe de la Policía Municipal fue Martha Solórzano. Esta mujer, que preocupada por el terror imperante en su municipio, decidió denunciar los abusos de la autoridad, así como sus conexiones con el crimen organizado, ha sufrida campañas de difamación y desprestigio, amenazas, allanamientos y la detención arbitraria de su hijo Jorge Arturo Zavala Solórzano, quien fue acusado por la policía municipal que previamente habían sido denunciados por la defensora. Su hijo Jorge fue liberado el 14 de febrero del 2015, mediante dos sentencias que confirmaron la creación de delitos por parte de la policía, después de más de un año en el que Martha lucho por su liberación con el apoyo de instancias nacionales e internacionales de defensa de derechos Humanos como: la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras) y la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México (RNDDHM)

 

Muerta la violencia, viva la violencia

El pasado 27 de agosto, antes de que Vázquez Bustamante  fuera baleado, Martha fue detenida arbitrariamente por policías municipales, quienes la agredieron física y verbalmente luego de que la defensora grabara evidencia de policías que esculcaban un carro. Uno de estos agresores fue Rafael Vázquez, quien en una ocasión intentó estrangular a Martha, pero fue solapado por Francisco Vázquez y que ahora, tras el cambio de gobierno municipal, se ha convertido el nuevo jefe de la Policía Municipal sanluisina. Martha ahora teme por su vida, porque según le cuentan, el nuevo rey de la violencia en San Luís es aun más salvaje y capaz de cualquier cosa con tal de mantener su reinado de terror.

 

Martha asegura que la situación de San Luis es tan alarmante que en los últimos años, con Francisco Vázquez ya van tres comandantes muertos y que incluso la ciudadanía los festeja. Desafortunadamente estos festejos no auguran que las condiciones cambien porque siempre llega otro comandante igual o más corrupto que el anterior, así como también igual o más violento. Por esto cada vez que balean a un comandante es un renacer de la violencia, un ciclo de terror que muere para volver a engendrar los mismos demonios de las cenizas del anterior.

 

Ahora San Luis Río Colorado reinicia un nuevo siclo de violencia, algunos gritan “muera el rey” con resentimiento aun guardado por la impunidad del monarca que agoniza, mientras que otros gritan “viva el rey” esperando que este los proteja o deseando darse un banquete de sangre; pero en medio están personas como Martha, preocupados por la vida, anhelando el inexistente Estado de Derecho y el fin de la impunidad. 

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