NUESTRA APARENTE RENDICION

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I.

En febrero de este año se confirmó una de las mayores masacres ocurridas en el noreste de México durante la llamada guerra del narco. En Allende fueron secuestrados, torturados, asesinados e incinerados clandestinamente cerca de 300 familiares, amigos, trabajadores y vecinos de un par de miembros de los Zetas que traicionaron a su banda y se fueron a Estados Unidos para colaborar con la DEA.

 

Por esos días caminé por las casas y los ranchos allanados, saqueados y destruidos; hablé con familiares de las víctimas, que por miedo ni siquiera habían puesto una denuncia en ninguna instancia oficial y hasta ese momento seguían sin poder darle una despedida fúnebre digna a sus seres queridos, debido a que las máquinas de guerra también desaparecieron sus cuerpos. Todo esto sucedió en 2011 con el conocimiento y la criminal omisión de autoridades a diversos niveles, en un pueblo que forma parte de la región de los Cinco Manantiales ubicada al norte de Coahuila, frontera con Texas.
Entre los diversos mensajes y llamadas con nuevos datos y más pistas que recibí después de publicar esta crónica hace cinco meses en Vice.com, estuvo la del gobernador de Coahuila, Rubén Moreira. Nos vimos en la ciudad de México, donde yo estaba trabajando por esos días, y al parecer él también. Me citó en el restaurante Meridiem, muy cerca de Los Pinos, donde despacha su amigo el Presidente Enrique Peña Nieto. Llegué un poco antes y me sorprendí de que la vista principal del sitio fuera el espejo de agua del lago de Chapultepec. El título de mi texto era: “El manantial masacrado”.
Rubén Moreira llegó puntual. Nos presentamos rápidamente. Le platiqué que como reportero me sentía más cómodo recolectando información en los lugares donde sucedían las cosas que en las cafeterías del poder, pero que esperaba que esa reunión fuera interesante para seguir documentando lo sucedido en Allende. Moreira contestó esa y todas las ocasiones con una extremada cortesía. Luego le hice alguna referencia de su hermano Humberto, quien después de ser el político más popular del noreste pasó a ser defenestrado públicamente por actos de corrupción y finalmente padeció el trágico asesinato de uno de sus hijos. Ahora vive “exiliado” en Barcelona.

El gobernador me contó a detalle sobre el crimen de su sobrino, las amenazas que él había recibido, la supuesta muerte y desaparición del cuerpo de Heriberto Lazcano, el grupo policiaco que había creado para combatir a los Zetas y finalmente de lo sucedido en Allende.


Le pregunté sobre el por qué los Zetas habían podido arrasar con un pueblo a lo largo de casi un mes, sin que ninguna autoridad local, estatal, federal, ni militar les hubiera puesto un alto. Un mes, resalté. Moreira justificó al en ese entonces alcalde de Allende (del PAN), diciendo que no podía hacer nada. “Si no podía hacer nada, ¿por qué mejor no renunció y se fue de ahí?, ¿cómo quedarte a ver la forma en que tu pueblo es destruido?” El gobernador asintió a mis preguntas. Después exculpó a su hermano Humberto, quien al momento de la masacre había dejado su cargo para irse a dirigir el PRI a nivel nacional. También a Jorge Torres López, el gobernador en funciones en 2011. “Difícil creer que un político como su hermano Humberto Moreira, aunque estuviera metido en el PRI nacional, no hubiera estado enterado de lo que sucedía en Allende. Cuesta creerlo, sobre todo de un acto de estas dimensiones. Pareciera que además de ser permitida, la masacre fue encubierta después por cuestiones electorales”, le dije.

El Gobernador Rubén Moreira descartó esto y dijo que muy cerca de ahí había un batallón y una aduana federal, las cuales también habrían podido dar parte de lo sucedido al Presidente Felipe Calderón. Luego resaltó que él mismo había anunciado y ordenado que se investigara lo sucedido en Allende desde que llegó al cargo y que eso mismo había hecho en febrero de este año la Subprocuraduría especializada que él había creado.

La conversación continuó sobre forenses, desaparecidos, Raúl Vera, derechos humanos, gas, demagogia e impunidad.



II.

Durante una reunión en el Restaurante Meridiem del Distrito Federal para hablar de la masacre de Allende en la que cerca de 300 personas fueron asesinadas y sus cuerpos desaparecidos con diesel en unos ranchos, el Gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, empezó a repasar la forma en que gobiernos de otros países y otras épocas han encarado la búsqueda e identificación de víctimas de atrocidades como las padecidas hoy en México, en especial en el noreste. Era interesante la manera tan detallada en la que Moreira explicaba por qué el modelo institucional a seguir era el que se empleó en Chile.

En los setenta, la dictadura de Pinochet persiguió a miles de ciudadanos que eran llevados a campos de concentración en el desierto de Atacama, donde después de algún tiempo eran asesinados y sus restos enterrados en los alrededores. A la fecha hay mujeres escarbando la tierra de Atacama buscando algún rastro de sus hijos. “Después de que revisé las experiencias de búsqueda de Argentina, Uruguay y Chile, nos dimos cuenta que el modelo a seguir era el de Chile, en especial por el trabajo forense que se ha hecho allá en regiones desérticas y el trabajo que se tiene que hacer en Coahuila, con una orografía un poco mas parecida”, me explicó Moreira.

Sin embargo, el Gobernador alegaba que el trabajo de investigación era mucho más complicado en Coahuila, ya que a diferencia de lo que sucedió en Chile, en el noreste de México, los grupos criminales -los ligados al Estado y los no ligados- no llevaron ningún registro mínimo de sus desapariciones. “En Chile los militares tenían un registro de las personas desaparecidas. Aunque no lo ponían abiertamente, sino a través de nombres claves.

Anotaban: “Salieron 400 televisores hoy para Atacama” y los televisores eran personas desaparecidas. Eso no ha pasado en México y por eso la búsqueda ha sido más complicada”.
Moreira asegura que no esta haciendo demagogia con el tema de las desapariciones, como sospechan muchos de sus críticos, quienes ven en el interés del mandatario en tema de derechos humanos, una forma de ocultar las crisis administrativa y de seguridad que inició en el gobierno anterior de su hermano Humberto.

El actual mandatario asegura que lo ha sensibilizado y ayudado en el tema, el combativo Obispo de Saltillo, Raúl Vera, con quien asegura tiene una gran relación. De hecho, con el apoyo de Vera y de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUNDEC), una organización donde se agrupan familiares de personas desaparecidas, el gobierno estatal busca cambiar la actitud de los agentes del Ministerio Público, en quienes prevalece la mala lógica de que si la persona fue desaparecida es porque andaba en algo malo. Tal prejuicio impide que estos funcionarios actúen como deberían en la localización de las miles de personas desaparecidas.

FUNDEC esta ayudando a esto en Coahuila. Algo parecido hace en Nuevo León Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (CADHAC), una organización que dirige la religiosa Consuelo Morales.
Moreira me habló también sobre los negocios que gracias a la Reforma Energética se avecinan en el norte de Coahuila, justo la zona mas arrasada por la Guerra del narco. “Hay muchísimos proyectos en puerta, con los cuales esperamos revitalizar económicamente la zona”.

Días después, conocí la historia de una mujer que cree que en cierto rancho del noreste fueron enterrados los restos de su hijo y ha intentado en vano que haya una inspección forense en la zona. Ahora ese mismo rancho está siendo explorado y en caso de que encuentren gas podría ser explotado energéticamente en el futuro cercano.
Seria una vergüenza que mientras se escarba en la tierra del noreste de México para sacar su riqueza natural, aparecieran los restos de las miles de víctimas de la guerra.
De hecho, no debería iniciarse la explotación de los recursos energéticos hasta que sean encontrados todos los desaparecidos de la zona.

Qué siniestro seria hacer una industrialización entre las tinieblas.
Primero busquemos los desaparecidos y después el gas.

 

Información adicional

  • Por: : Diego Enrique Osorno
  • Publicado originalmente en:: Máspormás
  • Biografía: La Masacre de Allende I: http://www.maspormas.com/opinion/columnas/la-masacre-de-allende-i-por-diegoeosorno La Masacre de Allende II: http://www.maspormas.com/opinion/columnas/la-masacre-de-allende-ii-por-diegoeosorno
  • Fecha: 17 de juliode 2014

NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

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