NUESTRA APARENTE RENDICION

El Slimtour Casa propiedad de Carlos Slim Helú en Nueva York.

Vino un amigo del Distrito Federal, y antes de ir a la Estatua de la Libertad o cruzar a pie el puente de Brooklyn, lo llevé a conocer lugares de Nueva York que tienen la marca de Carlos Slim Helú, el hombre más rico del mundo, orgullosamente mexicano.

Caminamos por Park Avenue dejando atrás un olor a marihuana que, hay que decirlo, es típico de las calles de Manhattan. De ahí nos fuimos hasta la Quinta Avenida. Justo en el cruce con la calle 38 hay un edificio con 11 pisos en cuya entrada principal hay dos deslavadas banderas de Estados Unidos. La construcción no es nada especial. Resultará anticlimático para cualquier admirador del derroche que la primera compra de Slim aquí sea un edificio tan aburrido. En cambio, el portero es de lo más ameno que hay en toda la isla: un hombre risueño que nos platicó de las habituales visitas del dueño de Telmex al lugar.

Slim compró el edificio en poco más de 200 millones de dólares, y aunque lo único que ha hecho desde entonces es cobrarle a los inquilinos las mismas rentas del anterior dueño, existe el rumor de que los dos locales desocupados de la parte principal se convertirán en un Sanborns. Vimos su fachada grisácea-rosada y mi amigo dijo muy seguro que ahí se pondría un Sanborns. A mí se me antojaron unas enchiladas verdes.

El siguiente punto del tour fue el edificio 141 que está sobre Broadway y la calle 39. Según fuentes de Venture Capital, la empresa de bienes raíces que asesora a Slim en sus compras inmobiliarias en la ciudad, este lugar le interesa al empresario mexicano. A diferencia del anterior, se encuentra en una zona con mucha onda, por donde pasan todo el tiempo y a toda velocidad hombres de traje y corbata —o de plano con ropa como para gimnasio— que en cualquier caso llevan audífonos, imprescin- dibles más que cualquier otra cosa en el look neoyorquino.

De ahí fuimos a la Octava Avenida, entre las calles 40 y 41, a ver un rascacielos de quién sabe cuántos pisos (unos 50, cuando menos), donde están las nuevas instalaciones delNew York Times, periódico del cual Slim posee un porcentaje accionario. Frente al edificio está la terminal de autobuses, así es que hay allí una atmósfera peculiar, con olor a comida árabe y gente pasando a toda prisa con hot dogs en la mano.

Regresamos luego a la Quinta Avenida, pero ahora a la altura de la calle 54, para ver otro de los espacios que se especula Slim podría comprar en cualquier momento: está en el número 693 y por ahora es una tienda. No es despampanante, pero se trata de la construcción más original de la zona, quizá algo extravagante para alguien que procura guardar una imagen de austeridad como Slim.

Unos metros más adelante está el famoso Hotel Plaza, el quinto punto del Slimtour: en el Gran Salón el empresario mexicano agasajó en público la noche del nueve de junio de 2004 a Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, quien casó al empresario mexicano allá por los años sesenta.

El tour acabó en el 1009 de la Quinta Avenida y la calle 82, frente al Museo Metropolitano de Nueva York, donde está una casa que acaba de comprar Slim. No está habitada. Un letrero informa que si hay una emergencia puede llamarse a Roxana Girand. Si se tiene suerte, como la tuvimos nosotros, uno puede encontrar frente a esa casa en Manhattan, perteneciente al hombre más rico del mundo, un camioncito de motor donde se vende yogur dietético a buen precio.

A la tienda Saks ya de plano no fuimos. Aparte de no tener dinero ni para comprar una bufanda de allí, aún hay quienes todavía tenemos cierta moral.

 

twitter.com/diegoeosorno

Columna Esquirla publicada en M Semanal el 3 de julio de 2011.

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NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

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