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Los escapularios de Gabino Cué

Los escapularios de Gabino Cué Gabino Cué, Gobernador de Oaxaca

Gabino Cué Monteagudo le dio varias veces la vuelta al inabarcable mundo que es Oaxaca, con sus quince pueblos originarios, sus quince idiomas, sus quince formas propias de ver la vida y sus quince formas propias de ver también la muerte. El actual gobernador recorrió tanto Oaxaca que el pecho se le fue llenando de escapularios campesinos amontonados debajo de sus camisas almidonadas y bien planchadas.

 

Los escapularios llegaban ahí resultado de la enorme fe que había sobre él y luego de los 6 años más largos que han existido en el sur de México, a causa del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz, en el que las opciones eran encierro, destierro o entierro, para quienes no cumplían los deseos del anterior gobernante o de su séquito.

 

Los padres de Brad Will, el camarógrafo de Indymedia asesinado en octubre de 2006 durante un ataque de paramilitares, viajaron a mediados de junio, de Chicago a Oaxaca, para conocer a Gabino Cué. Llegaron con pocas expectativas debido a la burla que han recibido estos casi cinco años de parte de la PGR y las autoridades estatales oaxaqueñas. Platicaron con él y les pareció un político profesional. No le dieron un escapulario, pero sí su confianza. Por ahora.

 

A primera vista, Gabino es un hombre de rostro benigno y rasgos suaves, que incluyen una voz tranquila y a veces bronca, más que ronca. Ese acento le viene de la década vivida en Monterrey, estudiando y trabajando como profesor en el campus principal del Tec. Todavía va para allá, a una de esas viejas casonas de la calle Río Volga, en la colonia Del Valle, adonde llegaron a vivir sus padres en los noventa y de donde no se han movido ni siquiera por la violencia delirante que sacude a la antes industriosa capital de Nuevo León.

 

La casa de Gabino en Oaxaca está en San Felipe del Agua, el mejor barrio de la ciudad, en el cual viven comerciantes, artistas, extranjeros y muchos políticos del PRI, cuyas casas representan para el imaginario popular, un botín de la guerra que en 80 años de priismo ganó la corrupción gubernamental. Un colaborador de Gabino me dijo: “Si la corrupción tuviera museo en México, lo más práctico sería elegir ciertas casas de San Felipe del Agua como sede”.

 

Quizá no por los crímenes cometidos contra opositores, pero sí por la corrupción es por lo que el actual gobernador oaxaqueño se animará a buscar que la justicia local actúe contra funcionarios del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz, por lo menos eso es lo que dicen sus cercanos.

 

Para arrebatarle al PRI la gubernatura oaxaqueña, Gabino Cué no sólo contó con el apoyo del presidente Felipe Calderón, la APPO y de Andrés Manuel López Obrador, sino también con cuestionados operadores como Jorge Franco Vargas y Elba Esther Gordillo. “Gabino va a combatir a los caciques de Oaxaca con los caciques de México”, me dijo un detractor del mandatario, que no espera mayor cosa de su administración.

 

Lo que es seguro es que la fuerza va a fracasar en Oaxaca, pese a que haya muchos alentando a que Gabino Cué la emplee para gobernar, sobre todo contra la sección 22 del SNTE y otros grupos anarquistas. Esa medida no puede prosperar: Ya es demasiada la sangre corriendo.

 

Gabino suele decir que está gobernando y está aprendiendo. Hay un chiste ruso sobre Lenin que cuenta Zizek. El chiste dice que una vez preguntaron a Marx, Engels y Lenin si preferían una esposa o una amante. Marx, más bien conservador en cuestiones privadas, respondió: “¡Una esposa!”, mientras que Engels, más bon vivant, optó por la amante.

Para sorpresa de todos, Lenin respondió:

- ¡Me gustaría tener ambas!

- ¿Por qué? ¿Hay un lado oculto de jouisseu decadente tras su austera imagen revolucionaria?

- No- explicó, así puedo decirle a mi mujer que voy a ver a mi amante, y a mi amante que tengo que estar con mi mujer...

- ¿Y luego, qué hace?

- ¡Voy a un lugar solitario para aprender, aprender y aprender!

 

Gabino no puede darse ahora el lujo de aprender, aprender y aprender... Oaxaca necesita un gran gobernante.

 

Desde el 1 de diciembre de 2010, Gabino Cué se quitó gran parte de los escapularios que le dio el pueblo oaxaqueño durante la campaña electoral.

 

Sigue teniendo la confianza de mucha gente, pero se la está jugando por su cuenta.

 

www.twitter.com/diegoeosorno

 

Columna Gente Así publicada en la edición de julio de la revista Gente de México.

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