NUESTRA APARENTE RENDICION

Tomar fotos con un escuadrón de la muerte

Un Presidente vestido de verde olivo, rodeado de soldados, posa para los fotógrafos un mes después de tomar posesión en medio del caos. Arranca la guerra del narco. Unos estudiantes de Monterrey abren un blog. Los estudiantes colocan allí noticias interesantes sobre el narco publicadas en periódicos y revistas nacionales. Nombran a su sitio, llanamente, El Blog del Narco.

 

La guerra sigue su curso.

 

 

El Ejército llega a ciertas ciudades. La violencia aumenta allí. Por ende, en los periódicos y revistas hay más noticias, reportajes, entrevistas, crónicas y artículos de opinión sobre la guerra del narco. Más material para poner en El Blog del Narco. Y, entre más muertos en el país, más visitantes hay en El Blog del Narco.

 

Luego, la guerra toma un cariz enfermo. Todavía más enfermizo. Un reportero de, digamos, Apatzingán, que publique la noticia de una ejecución puede amanecer al día siguiente en un tambo de ácido. Un fotógrafo de la ciudad de Reynosa que entregue a su redacción imágenes de un enfrentamiento es posible que desaparezca de la tierra. Una reportera de Veracruz puede ser decapitada.

 

Llegamos a la segunda fase de El Blog del Narco. Ahora, los estudiantes de Monterrey que lo administran reciben notas y fotografías que les envían reporteros anónimos que no pueden publicarlas en sus diarios. Ahora en El Blog del Narco no sólo hay artículos ya publicados que les gustan a los estudiantes de Monterrey: también hay material periodístico que no aparece en ningun medio o publicación debido al miedo —o, mejor dicho, a la sensatez. Pero El Blog del Narco sí lo publica todo. Todo.

 

Por supuesto, ya tiene más de un millón de visitantes.

 

Después vino la tercera etapa, una etapa demencialmente profesional. Las tribus de asesinos incluyen o capacitan en sus “escuadrones de la muerte” a camarógrafos y fotógrafos —unos menos improvisados que otros— para que se encarguen de tomar imágenes de sus crímenes para luego enviarlas a El Blog del Narco. El fotógrafo o el camarógrafo son tan importantes en la dinámica del comando como lo es un sicario. Si no, ¿quién registraría para la inmortalidad los crímenes con diseño de autor que luego se exhibirán en El Blog del Narco (o, cuando menos, algunos minutos en YouTube)? Close up en el momento de la decapitación, Dolly in cuando salga la ráfaga de las metralletas: “Déjame cambio al lente gran angular para que quepan todos los muertos en la foto. Prende la luz para que se vea bien cómo le cortamos la cabeza, porque si no voy a necesitar el flash”.

 

La fotografía narca carece de sentido estético, aunque hay que decir que algunas imágenes tomadas por los fotógrafos de los comandos mafiosos, y mostradas en El Blog del Narco, remiten a ciertas pinturas hiperrealistas de Lucian Freud. Pero lo usual es el absurdo. Los artistas visuales del narco tienen una mirada pornográfica a la hora de cumplir con su trabajo y su visión artística parece una errada interpretación de la consigna de Bertolt Brecht: “El arte no es un espejo para mirar la realidad, sino un martillo con el cual darle forma”.

 

 

twitter.com/diegoeosorno

 

 

 


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NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

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