NUESTRA APARENTE RENDICION

Flavio Meléndez: PSICOANÁLISIS

PSICOANÁLISIS: LA VIDA SUBJETIVA EN TIEMPOS DE GUERRA

¿Cómo se puede realizar un duelo cuando las vidas que se pierden quedan ocultas por las estadísticas y no parecen dignas de ser lloradas? ¿Cómo llevar a cabo nuestras actividades sin que el miedo se apodere de nosotros? ¿Qué hemos perdido al perder la tranquilidad de la vida cotidiana? ¿Qué implica transitar por los caminos, carreteras y calles del país cuando se corre el riesgo de ser un "daño colateral"? ¿Cómo hacer una vida que no solo sea soportable sino que además sea vivible en tanto esté habitada por un deseo?

Coordina: FLAVIO MELÉNDEZ ZERMEÑO. Psicoanalista. Miembro de la École Lacanienne de Psychanalyse y del comité editorial de su revista Artefactos.

Por Alberto Sladogna y Flavio Meléndez[1]   Juan Uriel Sandoval Díaz perdió un ojo en las protestas en contra de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto el pasado primero de diciembre en la ciudad de México. Un proyectil, al parecer una bala de goma disparada por la Policía Federal, lo hirió en el ojo derecho, provocándole además fracturas en pómulo y nariz. Las palabras del joven estudiante al salir del hospital en que fue atendido son algo más que una lección de dignidad.  
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Por Alberto Sladogna[i] Para salir del pozo hay que dejar de cavar. Proverbio en chino   Paco Ignacio Taibo II dio a conocer un sueño (La Jornada, 4 de diciembre: "Las señales del futuro invierno"). Paco escribió: "En la noche sueño con que he perdido mis zapatos negros. Alguien me los quitó y tengo que caminar descalzo por las calles. Es un sueño absurdo, obsesivo. Supongo que tendrá que ver con las fotos de los zapatos abandonados después de la matanza de Tlatelolco o con aquella manifestación del 26 de julio de 1968 cuando los granaderos nos cercaron en la calle de Palma y durante un cuarto de hora estuvieron macaneando al grupo de estudiantes que éramos. Se alejaban, volvían,…
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Por María Gutiérrez Zúñiga[1] Hace unas semanas […], llegó una niña delgada, de cabello largo y oscuro. Tenía unos 11 años. La niña se bajó de su bicicleta color rosa para leer los bordados. Se acercó y me dijo que ahí estaba el pañuelo dedicado a su papá. Me preguntó si le podía dar un pañuelo, porque ella quería escribirle algo. La niña se lo llevó. Aún no sabemos qué bordó. Yo creo que un domingo de estos regresará para enseñarnos lo que le escribió a su papá. El padre de esa niña fue una de las 26 personas asesinadas en noviembre de 2011, y cuyos cuerpos fueron abandonados en la Glorieta Arcos del Milenio, en Guadalajara, Jalisco. Fragmento de…
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NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

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