NUESTRA APARENTE RENDICION

María Villarreal: SUEÑOS ANÓNIMOS

SUEÑOS ANÓNIMOS

Los sueños, producciones psíquicas de carácter enigmático, son fruto de nuestro inconsciente y manifestación clara de nuestra vulnerabilidad. Y la violencia en México ha alcanzado niveles tan altos que determina incluso nuestra manera de soñar. La llamada "guerra contra el narco" nos perjudica a todos. Y la impotencia, el miedo, la tristeza, la (des)esperanza se cuelan para entrar en nuestros sueños, ese espacio tan íntimo donde estamos a salvo, donde podemos hablar sin consecuencias externas. En SUEÑOS ANÓNIMOS proponemos un espacio colectivo donde se unan nuestros inconscientes.

Coordina: MARÍA VILLARREAL. / Contacto: suenosanonimos@gmail.com

Sé que vienen por mí. Me están esperando. No sé por qué, pero sí sé que no existe una razón específica. Hace tiempo que las razones dejaron de existir.   Me están esperando. No puedo llegar a mi casa porque las camionetas están allí. Esperándome. Si me acerco aparece una nueva y la calle se inclina un poco más. La subida es cada vez más pronunciada y el espacio para transitar por ella es cada vez más estrecho.  
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Sucedió en Barcelona, en un barrio en la montaña igual a Ciudad Juárez. Era Ciudad Juárez. Salí con unas amigas a un bar. Justo afuera de éste, estaban los protagonistas de la película “Sin Nombre”. El lugar era parecido al panteón de la película, cuando los hombres matan a una mujer al intentar violarla. Y ellos estaban allí, jugando fútbol. Yo podía verlos desde la ventana del bar. Pero éste ya iba a cerrar y yo debía salir. Yo sabía que para llegar a Barcelona sólo debía caminar cinco minutos, sólo tenía que pasar cinco minutos en Ciudad Juárez para estar a salvo. Pero no podía moverme.
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Estamos en mi casa de Cuautitlán Izcalli, mi padre, mi madre, mi hermano, mis perros y yo. Me veo (o me siento) como cuando era adolescente. Estoy en la azotea con mi madre, recogiendo las cacas de los perros que hacen de guardianes. Mi madre dice algo que me hace enojar y comienzo a pelear con ella, intentando tirarla de la azotea. Forcejeamos y de pronto escucho a mi hermano gritar.  
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NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

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