El Alex es un contador de historias nato. Es uno de esos cronistas de rancho que se encuentran en cada pueblo de Sinaloa, pero con el problemita de que no es ni sinaloense ni ranchero, sino compa banda y chilango. Fue quizá porque no baila que se volvió narcointelectual y decidió adoptarse sinaloense por convicción y por amor y aunque le duela.
Hace unos meses, le presenté a un par de mis tíos sinaloenses. Nos pusimos un pedota en mi casa. El Alex fue un verdadero carnal. Abrazó a mis tíos como si fueran de su propia familia. Escuchó aguzadísimo sus anécdotas, desvarió con sus locuras y sus frases arrancheradas. No sé por qué cuando amanecía me dijo que los personajes de su novela debían hablar como ellos. Se me ocurrió que tenía que hacerle muchas preguntas e invitar a mis carnales a comprar el libro y leerlo.
Dicen que escribiste la historia del Chapo como novela ¿Qué tanto de verdad hay en esta ficción?
Soy reportero, antes de ser dizque escritor, y lo que hice (bien me lo ha enseñado el periodismo) fue ir a preguntar donde debía ir a preguntar. Es decir: fui con gente que ha mirado a los ojos al personaje. Fuentes fidedignas que, en estos años que tengo de reportear, nunca me han mentido. ¿El más buscado es verdad? Sólo sé que reporteé y que una novela te da la oportunidad a inventar. El lector correrá el riesgo de descubrir dónde se desdibuja la realidad.
¿Por qué escribirlo así, si también eres conocido por escribir reportajes muy buenos?
He leído algunos textos sobre el Chapo y todos me han parecido una exageración. La verdad, no he encontrado uno que diga: ¡Bravo! ¡Este debe ganar un premio!!! Los que he encontrado son textos que recopilan lo que se ha dicho del personaje, que consiguen un par de documentos con los que se quiere hacer la gran investigación, y que abarrotan las páginas de puñetas mentales. Cosa que es grave, porque el periodismo (al menos eso me enseñaron) significa honestidad. Y eso, creo yo, se traduce en no publicar rumores, en no suponer, en no validar dichos de quién sabe quién. Ante este panorama, lo que he pretendido es decirle al lector, de antemano, que esto es una novela, que es ficción. No quiero mentirle al lector y decirle: aquí está la neta sobre el Chapo. No. Eso sería irresponsable, como irresponsable hubiera sido hacer un perfil del Chapo porque muchos de los pasajes de su vida son leyendas, mitos o mentiras y el periodismo no puede trabajar así. Por eso, prefiero el pacto de la ficción con el lector.
¿Cómo se ocurrió escribir esta novela?
La idea, para ser honestos, vino de Andrés Ramírez. Hace como un año me propuso: ¿te gustaría hacer una novela sobre el más buscado? Mis sentidos se dispararon, pero le dije que no. No por miedo, sino por falta de tiempo. Yo preparaba un viaje a Medio Oriente y un libro sobre la situación en Palestina. Fue por julio, antes de viajar, que Andrés me convenció. No fue plata. Fue la idea de sumergirme en una vida paralela del Chapo.
¿Es cierto que los narco son los nuevos héroes del pueblo?
Hay narcos que han tomado el papel del Estado y se han convertido en una especia de Secretaría de Desarrollo Social. Y eso, la filantropía o lo que para ellos sea, ha llevado a que la gente los quiera y los defienda. Si vives en la sierra y un narco te presta su avioneta para llevar a tu hijo al hospital, porque éste se muere, ¿no crees que el tipo se va a instalar en tu corazón? ¡Por supuesto!!! El diablo siempre es seductor.
¿Eres del pueblo?
Sí. Crecí en un barrio donde se mataba para sobrevivir, en uno donde creces a fuerza de azúcares y grasas, en uno donde lo único que no pueden arrebatarte son los sueños. Ese, creo yo, es el pueblo.
¿Qué le envidias al Chapo Guzmán?
Nada. Soy feliz siendo quien soy.
¿Qué aborreces del Chapo Guzmán?
Nada. No suelo odiar a la gente, menos a quien nunca he tratado.
¿Qué diferencias y similitudes ves entre el Chapo y Slim?
Son hombres que el gobierno les ha dado galletitas, que los protege y que, de una u otra manera, retribuyen esos favores. Los dos tienen imperios que a los mexicanos benefician en poco.
¿Qué es lo primero que harías si reencarnaras en Genaro García Luna?
Primero, insultaría a Dios. Después me entregaría a las autoridades, si es que antes no me di un balazo.
¿Qué harías si reencarnaras en el Chapo?
Seguramente también echaría maldiciones y luego me entregaría. Pero antes, le haría caso a Kate del Castillo y usaría el poder para hacer cosas buenas; dejaría de matar o dar órdenes para asesinar. La verdad, no me gustaría encarnar en él.
¿Por qué debemos leer tu novela?
El Chalo Gaitán es la historia del narco en México: la corrupción, el plomo, la sangre y la desesperanza. Creo que si alguien quiere entender por qué hemos llegado a tantas muertes, El más buscado tiene ciertas claves. Sé que la mal llamada narcoliteratura no es bien recibida en ciertos círculos (sobre todo por escritores y otros intelectuales). Y también sé que esta literatura suele regodearse de la muerte. En El más buscado, sin embargo, la sangre apenas y corre, y habla de lo que en estos tiempos aqueja a mi país, a mi gente. Y, ante ello, no puedo ignorarlo. Me encantaría, un día, teclear una historia de amor. Lo haré. Pero en este momento la violencia es la que me preocupa. El más buscado, supongo, es una especie de apuntes sueltos que como periodista decidí llevarlos a la ficción. Porque, al final de cuentas, ¿quién tiene la verdad?
(En la colonia Roma, 2012)
Froylán Enciso. POSTALES FANTÁSTICAS
