Hicimos una parada en el Hemiciclo a Juárez, escuchamos son Jarocho, localizamos a los que se quedaron atrás tomando foto para el Face y el Twiter y seguimos. Nos reintegramos detrás de unos señores que venían a caballo. Creo que venían de Guerrrero. Se veían muy gallardos, cuando tomamos 5 de mayo y su silueta campesina tenía de fondo uno de esos espectaculares de foquitos con la imagen de Zapata. Tan bello paisaje se me quedó en el corazón. Ya saben.
El Zócalo estaba fulgurante y uno no puede evitar la lagrimita, cuando hay tanto símbolo, tanta energía, tanta esperanza. Nos quedamos allí, justo en frente de una de esas cruces en la esquina de Catedral para esperar a los amigos y parejas del grupo. Quizá estuvimos una hora, vi pasar a muchos conocidos, amigos todos. Saludé a mi profe de ciencia política de mis tiempos de El Colegio de México. Vencí la tentación del tamal oaxaqueño calientito y, de repente, apareció un carro rojo haciendose espacio entre la multitud. Mientras puteaba por su imprudencia, bajaron dos señoras con mucha determinación. Volví a putear por su actitud temeraria. En eso abrieron la cajuela y sacaron ollas llenas de arroz rojo y frijoles. Lo empezaron a repartir a la multitud de estudiantes hambrientos. Y, pues, uno no puede evitar la lagrimita con esas cosas. Ya saben.
El grupo estaba completo y emprendimos el camino a mi casa. Teníamos ganas de abrazarnos y refrendar la amistad. Ya saben.
De camino fue difícil guarda la calma. De repente la gente empezó a correr. Un chico super nervioso estaba al punto de la histeria frente a nosostros y eso puso nerviosas a un par de amigas, pero caminamos tranquilos. Sabedores de que habíamos hecho bien al estar con los nuestros. Justo antes de llegar a mi casa vimos en la tele de una taquería que los granaderos empezaron a replegar a la gente, tomar presos, mostrar su fuerza. Ya saben.
Cenamos, platicamos, nos dimos besos y prometimos vernos en la siguiente marcha. Y como ya terminé de atender a los amigos, ahora les escribo, para decirles que estamos mejor que nunca. Sé que Jesús Robles Maloof @roblesmaloof (tómalo como mi #FF) está ahora trabajando en la representación de los que tomaron presos. Quizá quieran que nos de miedo o algo así. Ya ven que Peña ya había anunciado que esa era su estrategia. Sé que el trabajo de Robles Maloof no será agradecido por ningún sistema de justicia y que por eso lo debemos acompañar. Esto de la amistad no es pantomima y quiero verlos a todos en la siguiente. Ya saben.
Besos,
el froy