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Juan Villoro: Alfombra roja

Juan Villoro Juan Villoro Juan Villoro

Hemos llegado a una nueva gramática del espanto: enfrentamos una guerra difusa, deslocalizada, sin nociones de “frente” y “retaguardia”, donde ni siquiera podemos definir los bandos. Resulta imposible determinar quién pertenece a la policía y quién es un infiltrado. El trato con el crimen ha derivado en un decisivo desplazamiento simbólico. Si durante décadas nos protegimos de la violencia pensándola como algo ajeno, ahora su influjo es cada vez más próximo.

Desde el arte, la instaladora Rosa María Robles anticipó esta resignificación del miedo. Su exposición Navajas, exhibida en Culiacán en 2007, incluyó la pieza “Alfombra roja” que no se refería a la pasarela donde los ricos y famosos desfilan rumbo a la utopía de Andy Warhol, sino a las mantas de los “encobijados” teñidas con sangre de las víctimas, la “colonia penitenciaria” que entre enero y octubre de 2008 cobró cerca de tres mil víctimas. (...) Robles logró hacerse de ocho mantas en una bodega de la policía. Con ella creó su “Alfombra roja”. Llevadas a una galería, se convirtieron en un dramático ready-made. Duchamp pactaba con James Ellroy: el “objeto hallado” [object trouvé] como prueba del delito. Robles puso en escena la impunidad por partida doble; mostró un crimen no resuelto y comprobó lo fácil que es penetrar en el sistema judicial y apropiarse de objetos que deberían estar vigilados.

Navajas dio lugar a una polémica sobre la pertinencia de reciclar objetos periciales. Sin embargo, el verdadero impacto de la obra fue otro: en la galería, las mantas brindaban una prueba muy superior a la que brindaban en la morgue. Después de algunas discusiones “Alfombra roja” fue retirada. Entonces Rosa María Robles tiñó una cobija con su propia sangre. El gesto define con acucioso dramatismo la hora mexicana. Todos tenemos méritos para pisar esa alfombra. De manera simultánea, el terror se ha vuelto más difuso y más próximo. Antes podíamos pensar que la sangre derramada era de “ellos”. Ahora es nuestra. l

 

EL AUTOR: Juan Villoro es novelista, ensayista y periodista mexicano. Recibió el Premio Herralde por la novela El testigo. El texto adjunto se tomó de La ley del cuerno (varios autores, Punto Cero, 2011). La versión inédita de un cuento suyo se publica en la página 7 de este suplemento.

 

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