NUESTRA APARENTE RENDICION

Los vivos de Juárez Destacado

Fotografía de Gael González. Reuters Fotografía de Gael González. Reuters Fotografía de Gael González. Reuters

 

Vine a Juárez para ver si me dolía. El silencio se perpetúa en el paisaje como una foto fija. Hace calor y hacia la ciudad se asoman dos columnas de humo sobre sus extensos deshuesaderos. Dicen que dos de tres negocios han desaparecido. Los mensajes anónimos en las bardas piden resistencia y que el miedo no se los lleve.

Por la radio se escucha a un joven recitar su poesía como un instructivo, pide que tomen el periódico del día y lo dejen a una distancia suficiente para recordarles: “Estás vivo, estás vivo”. A los muertos de Ciudad Juárez les sobreviven todos esos jóvenes que han aprendido a respirar con resignación, pero ellos lo tienen claro: no se van a rendir.

 

 

 

NO LES VOY A DEJAR MI CIUDAD

Luis tiene 21 años, es actor y bailarín. Desde hace siete años se involucró con organizaciones civiles y grupos que trabajan por el bienestar de su ciudad. Como todos sus amigos, creció en un ambiente acostumbrado al crimen organizado: acudía a la misma escuela privada a la que asistían los hijos de capos como Amado Carrillo Fuentes, con quienes compartía la banca, las fiestas y los espacios.

Era socialmente aceptado ser hijo o familiar de algún narcotraficante. “Lo que está pasando ahorita es una consecuencia, lo empezamos a ver muy mal cuando se empezaron a matar entre ellos y destruyeron la ciudad. Si desde el inicio hubiera sido en Juárez ‘Narcos no’, ahorita tendríamos algo distinto”, argumenta al tocar la aceptación del narcotráfico en el tejido social.

 

Cuando llegó el Ejército a Ciudad Juárez, Luis pensó que su presencia serviría de algo. No pasó mucho tiempo antes de que notara la total desorganización entre el Ejército, la Policía Federal y la Policía Municipal. Un día una de sus tías, a la que considera como su segunda madre, se dirigía a casa de sus padres para llevarles medicinas. En la camioneta la acompañaba una hermana suya, su hijo y su sobrino, ambos de 16 años. En el trayecto, un retén militar los detuvo cerca del Puente Internacional Zaragoza-Ysleta para revisar el vehículo. Bajaron a la mujer, la alejaron del vehículo y le quitaron su radio. La interrogaron y le advirtieron que “alguien le había puesto dedo y que ya sabían que ella cruzaba droga a El Paso”. Ella trató de explicarles que llevaba medicina a casa de sus padres y que ni visa tenía. “¡Ya te pusieron dedo, vas a valer!”, le dijeron, y no escucharon más explicaciones.

La amagaron, la llevaron a un cuartel y la torturaron. Más tarde la llevaron a un terreno baldío; sintió la tierra bajo sus pies desnudos. La aventaron y cortaron cartucho un par de veces. “¡Aquí vas a valer madres!”, le gritaron, mientras ponían una canción a todo volumen. Ella sólo pensó: “Por favor, Dios mío, que me dejen donde mi familia me encuentre”. Pero la volvieron a subir al vehículo y le advirtieron que la llevarían a la Procuraduría General de la República. Al arribar allí llegaron también, desde el otro lado de la ciudad, dos hombres detenidos por transportar droga en una grúa. Ambos negaron conocer a la mujer con la que intentaron vincularlos. Los acusaron de encubrimiento. Los testimonios de los dos menores de edad que iban en la camioneta los tacharon de “testigos entrenados”. “Prueba que poníamos que estaba a nuestro alcance, prueba que desechaban; éramos ciudadanos peleando con el Ejército”, recuerda Luis.

El proceso duró un año y medio, durante el cual la tía de Luis permaneció privada de la libertad. Desde el Centro de Readaptación Social armó una asociación civil, e impartió clases a sus compañeras que buscaban terminar la primaria. Le propusieron declararse culpable por delitos contra la salud, pero toda la familia se negó a que se aceptara una culpa que terminaría con su vida al recuperar su libertad. Accedieron a pagar importantes montos de dinero en mordidas disfrazadas de pago de honorarios; nada cambió. Quien sí salió libre, después de solicitar y pagar un costoso amparo, fue el narcotraficante, mientras que el chofer de la grúa que remolcó un auto con los neumáticos cargados de droga y la tía de Luis permanecían presos.

La tía de Luis vio pasar al juez y le gritó que la sacara de ahí. Al reconocer el caso, el juez decidió retomar el asunto y asesorarla. Luego de un par de meses salió libre, después del trámite de un amparo.

Luis pensó: “Yo no les voy a dejar mi ciudad”. El proyecto del que participa forma parte de El Pacto por Juárez, un proyecto del Plan Estratégico por Juárez que plantea el desarrollo del Pacto TeVe, una agencia de noticias donde un grupo de reporteros ciudadanos comunica tres cosas: 1) Las noticias buenas que suceden en Ciudad Juárez; 2) ¿Qué está haciendo tu gobierno para que la calidad de vida mejore?, y 3) La vigilancia de funcionarios.

Actualmente el mayor medio de difusión de El Pacto por Juárez (www.pactoporjuarez.org) se centra en el uso de redes sociales como Facebook y Twitter (@pactoporjuarez).

 

“Y SI NO TE MATAN, ¿QUÉ?”

Marisela Escobedo trataba de ponerse una pancarta con una foto de su hija Rubí antes de la vista de Felipe Calderón. Los paseantes le gritaban: “¡No estás sola, no estás sola!”. Marisela volteó y les dijo: “Yo sí estoy sola, mi lucha la he llevado sola”.

Escuchándola estaba Elisa. Antes, en 1998, conoció a una chica empleada de una maquiladora que se convertiría en una de las tantas muertas de Juárez; casi al mismo tiempo se integró como voluntaria a Casa Amiga, una institución que trabajaba con situaciones de violencia doméstica. Elisa comenzó a empaparse de temas de género y violencia, descubriendo que todo estaba ligado a la pobreza y a la falta de oportunidades.

En 2007 se agudizó la situación de violencia en Juárez. Aparecieron delitos como la extorsión, los secuestros y el carjacking. Por aquella época inició su servicio social, como parte de su licenciatura en Psicología en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), y se integró a la Oficina de Orientación y Bienestar Estudiantil. Ahí conoció las historias de estudiantes que no tenían para comer o que sólo poseían el dinero necesario para la ruta; algunos trabajaban toda la noche en la maquila y llegaban por la mañana directo a la universidad.

Sus prácticas profesionales las llevó a cabo en un centro estatal de atención a mujeres y víctimas de la violencia por parte de la UACJ, e impartía talleres para padres. En 2008 obtuvo una beca para especializarse en violencia sexual en la Ciudad de México, pero nunca perdió contacto con la situación de Juárez; tenía claro que era necesaria la capacitación formal para sensibilizar en cuanto a temas de género y violencia sexual. A finales de ese año, la comunidad universitaria recibió un golpe duro: el asesinato del profesor Gerardo González, atribuido a una equivocación. A esa muerte siguió el homicidio de un estudiante de Derecho que fue sacado por soldados de su casa, y cuyo cadáver apareció posteriormente. En mayo del 2009 otro maestro, Manuel Arroyo Galván, fue asesinado a plena luz del día. Los universitarios comenzaron a movilizarse, pintando las siluetas de los caídos en el lugar de los asesinatos; a veces una silueta quedaba justo encima de otra. En octubre de 2009, el sobrino de Elisa, de 19 años, fue asesinado cuando estaba en casa de un amigo.

El 30 de enero de 2010 sucedió la masacre de los jóvenes estudiantes de Villas de Salvárcar y, días después, la reunión con Felipe Calderón.

Elisa ahora desarrolla un proyecto con 19 secundarias, algunas de las más conflictivas. Desde ahí han nacido proyectos para mejorar la calidad del agua, talleres de artesanía urbana, arte, radio, pintura, muralismo, grafiti y música. Un grupo optó por la creación de un Centro de difusión de investigación de la salud, otros echaron a andar un proyecto de activación física, los demás han propuesto la creación de bibliotecas o desarrollar un vivero en plena zona industrial.

Elisa cuestiona a los que han perdido la esperanza de un buen futuro diciéndoles: “Bueno, y si no te matan, ¿qué?”.

HISTORIAS DEL MICTLÁN

El camino al Mictlán no tiene retorno. Allá van los muertos, al norte, a lo árido, a los desiertos que se comen las carreteras, como en Ciudad Juárez. Para Vekors, Ciudad Juárez se ha convertido en un Mictlán; lo canta cuando dispara con la métrica y metáfora que exige el rap.

Empezó a escribir después de la pérdida de su madre, víctima del cáncer, a los 15 años. En el barrio siempre escuchaba rap con su hermano. Puso atención y después de un tiempo comenzó a cantar. Se reunió con amigos que tenían computadora y programas para grabar, y comenzó a ponerle música a sus creaciones. Sus temas son el barrio, en donde él es el universitario, aunque en la universidad es el malandro. La teoría la obtiene de la escuela y la práctica del barrio. Su primer material discográfico lleva nombre y fecha:Historias del Mictlán, 2007-2011.

Las letras de sus canciones son la crónica de un día común para cualquier joven juarense, que mira tendido en el suelo a quien no la libró de un atraco con una 9 mm; al que las patrullas federales lo detienen para esculcarle las bolsas y de pasada perder sus cosas: “Donde conectas mota, cocaína y heroína” denuncia el ausentismo en las escuelas y el exceso de población en los panteones.

Cambia de rola, rapea: “Trato de entender el medio ambiente en el que estoy; aquí nací, crecí, por eso sé que no me voy. Busco la esperanza para saber que el día de hoy, aprecio como soy y le doy gracias a la vida de tomar la decisión, para que mi fe no esté perdida, yo sigo pensando aquí en mi cuarto que algún día, la tristeza y la agonía que sentí en mis noches frías desaparecerá, no sé cómo ni cuándo, pero sé que pasará. Recuerdo a los amigos que han caído en esta guerra, mis sueños siguen firmes y mis pies sobre la tierra; tengo unas ideas que se aferran por salir, de esta mente enferma que quiere sobrevivir, explorar y volar lejos de esta realidad”.

Las canciones no paran de narrar. La número siete está dedicada a su hermano, y escrita entre mayo y junio del 2009 cuando, después de una discusión familiar con su padre, el hermano salió de la casa. No lo volvieron a ver con vida; lo encontraron con dos tiros en la cara, después de días envuelto en una lona. Desconocen el motivo del asesinato, pero el rapero tenía la esperanza de tomar de muleta el proyecto musical para alejarlo de la heroína.

Historias del Mictlán es la crónica cantada de la situación en Ciudad Juárez. Usa en sus interludios fragmentos de la película El infierno, y el discurso de Felipe Calderón donde éste emite una disculpa por la masacre de los jóvenes estudiantes de Villas de Salvárcar. También, la declaración del padre del adolescente Sergio Adrián Hernández, asesinado por una patrulla fronteriza o, de igual modo, un tango de Carlos Gardel.

“Mi interés es sacar todo lo que veo, mi interés es no quedarme callado; aquí está mi respuesta, a mí no me van a hacer pendejo con sus mamadas en la televisión y en los medios, yo estoy viendo aquí qué pasa”.

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  • Publicado originalmente en:: Alejandra del Castillo
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Nuestra Aparente Rendición

Gestión del Portal Nuestra Aparente Rendición.

Nació en Barcelona en 1970, pero ha vivido en Albons (Baix Empordà), Estados Unidos, la India y durante diez años en Ciudad de México. Es licenciada en filosofía por la Universidad de Barcelona, tiene un diplomado en escritura creativa de la Sociedad General de Escritores Mexicanos (SOGEM) y un posgrado en letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Escribe, a la vez, en catalán y castellano. Y su obra ha sido traducida al polaco, al alemán, al inglés, al gallego, al valenciano y al euskera. También ha publicado literatura infantil y juvenil, géneros con los que ha cosechado diferentes premios.

En 2004 ganó el Òmnium Cultural de Experimentación Literaria, en 2006 fue elegida Nuevo Talento FNAC y en 2009 fue finalista del Premi Salambó, el Amat-Piniella y el Premio Fundación Lara de Novela. En 2007, además, recibió el reconocimiento de los lectores y la crítica con los premios de literatura juvenil Protagonista Jove y Serra d’Or. Y en 2010 Edicions 62 le concedió el Premi Octavi Pallissa de creación para terminar una novela sobre la historia del narcotráfico mexicano en la que lleva seis años trabajando: Camps de caputxins abans de tot això / Campos de amapola antes de esto.

En 2007 dirigió en Barcelona el festival literario Fet a Mèxic. Y tras crear el Colectivo Fu de Literatura, dirigió un nuevo festival: Fet a Amèrica – Festival internacional de novela contemporánea en lengua castellana / Barcelona, otoño 2010. Además coordina, en colaboración con otros miembros del colectivo, otros proyectos literarios como la biblioteca para los presos de la prisión de Valledupar (Colombia) que apadrina Juan Marsé, o la biblioteca infantil para la Fundación Lydia Cacho.

En 2010 la adaptación de su novela Elisa Kiseljak ganó el Premio Especial del Jurado del 58 Festival de Cine de San Sebastián y fue seleccionada para el Festival de Londres BFI, el Festival de Estocolmo, el Festival de Toulouse, el Festival de Montreal Nouveau Cinema, el Festival de Marsella y el Festival de las Bahamas, entre otros.

Anteriormente, en el año 2000, había fundado con el escritor peruano-mexicano Mario Bellatin la Escuela Dinámica de Escritores en la Casa Refugio Citlaltépetl de la Ciudad de México, y antes fue maestra de literatura y filosofía de la Universidad del Claustro de Sor Juana, también en la Ciudad de México, y dio clases en la UNAM y en el Orfeó Català de Mèxic. Hoy da, en distintos lugares, cursos de pensamiento y creación de novela contemporánea con un método propio.

Colabora o ha colaborado en diversos medios de comunicación, como los suplementos Babelia o Cultura/s; los periódicos El País, La Vanguàrdia o El Periódico y Público; o los medios mexicanos Letras Libres y El Universal. También ha participado en programas culturales para la televisión como Saló de lectura, l’Hora del lector y Ànima, donde ha hecho crítica de literatura y teatro; y para la radio, como Els Matins de Catalunya Ràdio o El Secret, donde en la actualidad hace crítica teatral. Actualmente, además, escribe columnas de opinión en Públic y crítica literaria para algunos medios catalanes y mexicanos.

En los últimos años ha publicado: Això que veus és un rostre (CCG Edicions, 2005 / Sexto Piso, 2009), Elisa Kiseljak, (La Campana, 2005), Tres historias europeas (Caballo de Troya, Debolsillo, 2006 / LaButxaca, 2010), La persona que fuimos (Mondadori, 2006 / Empúries, 2006), su antología personal de literatura mexicana Hecho en México (Mondadori, 2007), Insólita ilusión, insólita certeza (Mondadori, 2007 / Empúries, 2007), Una: la historia de Piiter y Py (Almadía, 2008), La familia de mi padre (Mondadori, 2008 / Empúries, 2008), Japón escrito (autoedición, Barcelona, 2009) y una antología personal de literatura catalana contemporánea (Voces de la literatura catalana - Empúries / Anagrama, 2010.) Próximamente aparecerá su primer ensayo narrativo sobre la escritura (Ahora, escribo, - Empúries / Periférica, 2010.) Publica su obra literaria en catalán en Empúries y en castellano en Literatura Mondadori, pero edita también en otras editoriales independientes como las españolas Anagrama y Periférica, las mexicanas Almadía y Sexto Piso, o la peruana Borrador Editores.

Gestiona el blog Nuestra Aparente Rendición sobre la violencia en México. E incursiona, además y siempre, en el teatro y la fotografía: géneros que le son íntimos, necesarios y cercanos para pensar la escritura.

Sitio Web: www.lolitabosch.com

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