NUESTRA APARENTE RENDICION

Nuestra Aparente Rendición

Nuestra Aparente Rendición

Gestión del Portal Nuestra Aparente Rendición.

Nació en Barcelona en 1970, pero ha vivido en Albons (Baix Empordà), Estados Unidos, la India y durante diez años en Ciudad de México. Es licenciada en filosofía por la Universidad de Barcelona, tiene un diplomado en escritura creativa de la Sociedad General de Escritores Mexicanos (SOGEM) y un posgrado en letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Escribe, a la vez, en catalán y castellano. Y su obra ha sido traducida al polaco, al alemán, al inglés, al gallego, al valenciano y al euskera. También ha publicado literatura infantil y juvenil, géneros con los que ha cosechado diferentes premios.

En 2004 ganó el Òmnium Cultural de Experimentación Literaria, en 2006 fue elegida Nuevo Talento FNAC y en 2009 fue finalista del Premi Salambó, el Amat-Piniella y el Premio Fundación Lara de Novela. En 2007, además, recibió el reconocimiento de los lectores y la crítica con los premios de literatura juvenil Protagonista Jove y Serra d’Or. Y en 2010 Edicions 62 le concedió el Premi Octavi Pallissa de creación para terminar una novela sobre la historia del narcotráfico mexicano en la que lleva seis años trabajando: Camps de caputxins abans de tot això / Campos de amapola antes de esto.

En 2007 dirigió en Barcelona el festival literario Fet a Mèxic. Y tras crear el Colectivo Fu de Literatura, dirigió un nuevo festival: Fet a Amèrica – Festival internacional de novela contemporánea en lengua castellana / Barcelona, otoño 2010. Además coordina, en colaboración con otros miembros del colectivo, otros proyectos literarios como la biblioteca para los presos de la prisión de Valledupar (Colombia) que apadrina Juan Marsé, o la biblioteca infantil para la Fundación Lydia Cacho.

En 2010 la adaptación de su novela Elisa Kiseljak ganó el Premio Especial del Jurado del 58 Festival de Cine de San Sebastián y fue seleccionada para el Festival de Londres BFI, el Festival de Estocolmo, el Festival de Toulouse, el Festival de Montreal Nouveau Cinema, el Festival de Marsella y el Festival de las Bahamas, entre otros.

Anteriormente, en el año 2000, había fundado con el escritor peruano-mexicano Mario Bellatin la Escuela Dinámica de Escritores en la Casa Refugio Citlaltépetl de la Ciudad de México, y antes fue maestra de literatura y filosofía de la Universidad del Claustro de Sor Juana, también en la Ciudad de México, y dio clases en la UNAM y en el Orfeó Català de Mèxic. Hoy da, en distintos lugares, cursos de pensamiento y creación de novela contemporánea con un método propio.

Colabora o ha colaborado en diversos medios de comunicación, como los suplementos Babelia o Cultura/s; los periódicos El País, La Vanguàrdia o El Periódico y Público; o los medios mexicanos Letras Libres y El Universal. También ha participado en programas culturales para la televisión como Saló de lectura, l’Hora del lector y Ànima, donde ha hecho crítica de literatura y teatro; y para la radio, como Els Matins de Catalunya Ràdio o El Secret, donde en la actualidad hace crítica teatral. Actualmente, además, escribe columnas de opinión en Públic y crítica literaria para algunos medios catalanes y mexicanos.

En los últimos años ha publicado: Això que veus és un rostre (CCG Edicions, 2005 / Sexto Piso, 2009), Elisa Kiseljak, (La Campana, 2005), Tres historias europeas (Caballo de Troya, Debolsillo, 2006 / LaButxaca, 2010), La persona que fuimos (Mondadori, 2006 / Empúries, 2006), su antología personal de literatura mexicana Hecho en México (Mondadori, 2007), Insólita ilusión, insólita certeza (Mondadori, 2007 / Empúries, 2007), Una: la historia de Piiter y Py (Almadía, 2008), La familia de mi padre (Mondadori, 2008 / Empúries, 2008), Japón escrito (autoedición, Barcelona, 2009) y una antología personal de literatura catalana contemporánea (Voces de la literatura catalana - Empúries / Anagrama, 2010.) Próximamente aparecerá su primer ensayo narrativo sobre la escritura (Ahora, escribo, - Empúries / Periférica, 2010.) Publica su obra literaria en catalán en Empúries y en castellano en Literatura Mondadori, pero edita también en otras editoriales independientes como las españolas Anagrama y Periférica, las mexicanas Almadía y Sexto Piso, o la peruana Borrador Editores.

Gestiona el blog Nuestra Aparente Rendición sobre la violencia en México. E incursiona, además y siempre, en el teatro y la fotografía: géneros que le son íntimos, necesarios y cercanos para pensar la escritura.

URL del sitio web: http://www.lolitabosch.com

Después de que se diera a conocer la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y las diferentes manifestaciones sociales que se comenzaron a dar en todo el país para que la autoridad esclareciera los hechos, en Querétaro un grupo de familiares de desaparecidos en la entidad también se unieron al reclamo, pero sobre todo, para que la Procuraduría General de Justicia de Querétaro (PGJEQ) diera información sobre los casos de sus familiares, encabezados por Brenda Rangel Ortiz, hermana de Héctor, desaparecido en Cohauila en 2009. Y es que de acuerdo a la gente que se congregó en la rectoría de la Universidad Autónoma de Querétaro para partir desde ese punto hacía Palacio de Gobierno, ubicado en el corazón de la ciudad, en la entidad hay por lo menos 200 casos de personas desaparecidas y que requieren ser localizadas o al menos, avances en las investigaciones. Contingentes que fueron apoyados por organizaciones como Amnistía Internacional.

 

En días pasados, el propio secretario de Gobierno del estado, Jorge López Portillo Tostado, había confirmado que se habían reunido con algunas de las familias que exigían mayor información de los casos de sus familiares, información que dijo, se les proporcionó a través del titular de la Procuraduría General de Justicia, Arsenio Durán Becerra, quien afirmó que los casos están abiertos. Sin embargo, la organización Amnistía Internacional en su capítulo Querétaro, afirmó en este mes que en los últimos cuatro años existen al menos mil 270 mujeres desaparecidas en la entidad, situación que es alarmante, aseguraron. Y es que de acuerdo a Maricela Robles, activista de Amnistía Internacional, gracias a la solicitud de información que se le giró a la Procuraduría General de la República, se les informó de dicha cifra desde 2009 a la fecha. Y es que a decir de dicha organización, las cifras no cuadran con las que maneja la PGJEQ pues en declaraciones, dijeron, el procurador Arsenio Durán ha manifestado que del 2010 a la fecha, tienen reportados solo 230 casos de esta naturaleza.

 

Durante noviembre, elementos de Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) realizaron un par de cateos a una vivienda en el Fraccionamiento El Mirador, en el municipio de El Marqués, y aunque durante el primer evento la situación permaneció hermética respecto a la información de lo que sucedía, incluso, cuestionado al respecto, el presidente municipal de aquella demarcación, Enrique Vega Carriles, dijo que a ellos no se les había informado nada tampoco, lo cual en ocasiones es parte de la secrecía de los sistemas de inteligencia que tienen los cuerpos castrenses.

 

Después, ya casi para concluir el mes, se dio cuenta por parte de la Procuraduría General del Estado de México, que el 13 de noviembre, elementos uno de los detenidos en El Mirador fue Emilio Rodríguez Suárez o Drew Jaime Vences, líder de una banda dedicada al secuestro en Valle de Bravo, Estado de México. En dicho operativo participaron miembros de la Secretaría de Marina quienes aprendieron al supuesto líder de una de las células de la Familia Michoacana en la región. De acuerdo con el procurador mexiquense, Alejandro Gómez Sánchez, al ser alertado sobre la presencia de la autoridad, el delincuente trató de huir, por lo que hubo una breve balacera, pero al resultar herido Rodríguez Suárez, fue trasladado al hospital.

 

Desde el 28 de noviembre, las autoridades estatales arrancaron el operativo denominado “Navidad Segura” en el que se anticipó, participarán más de 800 elementos de las diferentes corporaciones federales, estatales y municipales en Querétaro. De acuerdo con el titular de la Secretaría de Gobierno, Jorge López Portillo Tostado, se contempla que dicho operativo finalice el 7 de enero del 2015 y tiene como principal objetivo, mantener  a los diversos órdenes de gobierno alerta en esta temporada navideña y de fin de año.  En este esfuerzo, además de resguardar las zonas comerciales y bancarias, ante el aumento de flujo de dinero en efectivo por el pago de los aguinaldos y demás bonos, se mantendrá vigilancia en las carreteras de la entidad y la llegada de queretanos que provienen de los Estados Unidos para pasar estas fiestas.

 

En otros casos, una persona fue encontrada muerta y envuelta en bolsas de plástico, según reportaron algunos medios locales. El descubrimiento lo hicieron un par de personas que pasaban en las cercanías del dren El Arenal, en la colonia Jardines de Querétaro. Se estima que la edad de la persona oscila entre los 35 y 40 años de edad. De acuerdo con primeras versiones de los hechos, la persona se encontraba boca abajo y se trató de ocultar con algunas rocas que había en el lugar.

 

Un joven de alrededor de 23 años de edad, murió al ser asesinado de al menos cuatro disparos al interior de su camioneta en la Colonia Las Rosas, en la delegación Santa Rosa Jáuregui.

 

La Policía de Investigación del Delito, mejor conocida como PID realizó a finales de noviembre un operativo en la Colonia Candiles, en donde al parecer se registró la detención de al menos cinco personas, de acuerdo con los primeros reportes. También dos viviendas fueron cateadas en la zona de Valle Real, tras lo cual también se aseguró un par de vehículos. De acuerdo con el periódico Plaza de Armas, quien estuvo en el lugar, las personas aseguradas tienen que ver con delitos contra la salud y se sospecha que la gente detenida pudiera provenir de otra entidad.

Alma Rosa busca a su hermano desaparecido hace cinco años. Antes lo quería vivo. Ahora, resignada pero no vencida, solo espera dar con unos cuántos huesitos.

Miguel Ángel Rojo Medina es ese hombre que desapareció el 4 de julio de 2009, en Oso Viejo, una comunidad cercana a Culiacán. Andaba echándose unas cervezas, salió a reabastecerse y ya no regresó. Versiones extraoficiales indican que fue sometido y privado de la libertad por un comando, pero esto no ha sido confirmado.

El Centro de Investigación y Capacitación Propuesta Cívica informó que Sinaloa, con 4 mil 434 casos, es uno de los 10 estados con mayor incidencia de desapariciones forzadas, junto con Durango, Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz. Son casos, en su mayoría, ligados al narcotráfico.

Alma Rosa no se deja. Toca puertas, entrega solicitudes de audiencia y hasta pagó a delincuentes al servicio del narcotráfico para que le dieran informes y la acompañaran en el monte, en su búsqueda. Por esos caminos le hablaron de otros ejecutados y otros desaparecidos, pero no de su hermano. Y por esos caminos corrió también peligro.

Buscó y buscó. Empezó la dolorosa travesía de averiguar con la esperanza de que localizarlo vivo. Que alguien lo tuviera en sus manos y poder recuperarlo entero. Años después, con los pies a rastras pero sin dejar de caminar y mantener sus exigencias y pesquisas, se conformaría con los despojos: sus huesitos, como dice ella, para tener dónde rezarle, llevarle flores y veladoras cada noviembre, cada Día de Muertos.

Este es solo un caso. En Sinaloa suman cerca de mil desapariciones en años recientes y son muchos los casos que involucran a las fuerzas de seguridad: ejército y Marina, y corporaciones policiales locales y federales.

 

Dos exhumaciones 

Sus muchas averiguaciones y unos cuantos pasos de sonámbulo y de mala gana dados por los investigadores de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) permitieron dar con cinco cadáveres en la fosa común del panteón ubicado en la colonia 21 de Marzo. A raíz de esto, se hizo una primera exhumación en agosto de 2011 y de ahí sacaron muestras para obtener el ADN que permitiera ubicar si entre los cadáveres estaba el de Miguel Ángel.

Inexplicablemente, la procuraduría dijo que hacía falta otra exhumación y así se hizo a mediados de 2012. De esa, todavía los últimos días de septiembre y primeros de octubre de este año esperaba los resultados enviados desde la Ciudad de México, por la Procuraduría General de la República (PGR), pero solo llegaron dos pruebas y ambas dictaminaban que no estaba entre ellos su hermano.

“Me informaron que la PGR había decidido que se exhumaran los cuerpos porque las pruebas habían llegado deterioradas y que se iba a hacer esa misma semana los movimientos para los permisos para una tercera exhumación”, señaló Alma Rosa.

Le anunciaron que la exhumación se realizaría el 23 de septiembre. Recordó que José Luis Leyva Rochín, fiscal especial para casos de desaparecidos, le dijo que todo iba bien, que los trámites estaban avanzados y que ese día, a las 7 de la mañana, se verían en el panteón de la 21 de Marzo, para sacar los cinco cadáveres de la fosa común.

Un día antes llamó de nuevo para confirmar y todo parecía estar listo, así se lo dijo el mismo Leyva. Pero horas después, a través de un mensaje de texto, le dijo que siempre no.

“Me mandó luego un mensaje que me dice que según él marcó y no escuché, no contesté, para decirme que se suspendió la exhumación porque el personal de la PGR no pudo para mañana, y que se iba a hacer lo más pronto posible… A mí me dio mucho coraje. Era extraño que se suspendiera la exhumación con todos los preparativos, de última hora”

 

- ¿Qué argumento le dieron?

- Nada más eso, que no pudieron venir. No me han dado una explicación ni por qué no hemos tenido otra reunión con el procurador.

 

Alma Rosa recordó que habían acordado con el gobernador que el procurador los recibiría cada mes, junto a los activistas de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (CDDHS), para informar sobre los avances en las investigaciones de personas desaparecidas. El acuerdo fue antes de que asesinaran a Sandra Luz Hernández, aquella madre que fue ultimada a balazos en mayo de 2012 cuando buscaba a su hijo, Édgar Guadalupe.

Pero Marco Antonio Higuera Gómez, procurador de justicia, no los ha vuelto a recibir. Por eso ella acudió por su cuenta a buscar una audiencia los primeros días de octubre. En el edificio de la fiscalía la atendió la secretaria de Higuera, ingresó con el papel de la solicitud a una de las oficinas y luego de diez minutos salió para decirle que gracias, que le iban a llamar.

Ella insistió. Pidió además que le firmara de recibida la solicitud, a lo que la empleada se negó. Respondió que no tenía autorización para eso. Entonces ella, molesta, le solicitó con firmeza que le regresara el documento. Y se fue.

 

Muchos muertos, poca justicia

Las hijas de Alma Rosa se lo piden. Otros familiares y amigos también: que se retire, que ya mataron a Sandra Luz y también a Atilano Román, líder de los comuneros de la presa Picachos… que ahora sigue ella. Por eso, en ocasiones flaquea y dice hasta aquí. Se cansa, quiere plantar sus pies y no moverse más. Pero luego se levanta, se inyecta ánimos con el amor de hermana y vuelve a empujar, aunque sabe que solo va a encontrar restos de aquel hombre con quien tanto convivió.

 

- Son más de cinco años y no hay pruebas, no lo han buscado ni investigado las autoridades, y usted ha tenido que empujar y empujar, aunque no haya justicia.

- Lo que pienso es que el gobierno está bien corrompido, la verdad. Con todo esto, si ellos quisieran desde cuando hubieran sacado todo, pero no trabajan, nos quieren traer con engaños, con mentiras.

Les dije a Martín (Robles, subprocurador General de Justicia) ‘díganme si no van a hacer nada, díganme, porque si no me voy por mi cuenta a México a hablar con los de la PGR’ y me ofreció darme de su dinero si no hacían las pruebas. Cuando mataron a Atilano (Román), dije ‘otro que matan’. Pero yo tengo la esperanza de encontrar a mi hermano.

Va a llegar otro día de muertos y sin poder decir ahí está él… tengo esperanza, de encontrarlo aunque sean sus huesitos, porque vivo la verdad no creo.

 

- Parece que no les importa.

- Actúan así, como si no les importara. No hay avances, ellos lo ven y según les duele pero no veo interés de ellos, la verdad… ya es mucho, puras mentiras y mentiras.

 

- ¿Por qué cree que se suspendió la exhumación?

- Creo que me jugaron el dedo en la boca. ¿Sabe por qué? porque si quedaron de llamarme, que eran rápido las cosas, creo que no hicieron nada, inventaron cualquier mentira y sobre mentira y de repente que no se va a hacer. Es un pretexto. Le voy a exigir al procurador que me enseñe los oficios sobre la exhumación, las solicitudes, los resultados. Todo.

 

- ¿Le apuestan al olvido, a que usted de canse?

- Pienso que sí, que quieren que no haga nada, que me canse. Incluso a veces digo ‘ya la voy a dejar ahí, me voy a dedicar a mis hijos, mi familia’. Ya, ya, ya. Tengo muchos años en esta lucha y no encuentro nada. A lo mejor me pasa lo que a Sandra o a las demás compañeras… pero cómo es posible que ni los huesitos, que el gobierno no pueda hacer algo.

Jalisco, donde aparentemente no pasa nada, fue incluido entre los cuatro estados que recibirán atención especial en materia de seguridad como parte de las “10 medidas para mejorar la Seguridad, la Justicia y el Estado de Derecho en México” que anunció el Gobierno Federal, el pasado 27 de noviembre.

 

De manera inmediata, el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval dijo que no hay porque preocuparse ya que aquí, a diferencia de Guerrero, Michoacán y Tamaulipas, las medidas serían “preventivas no correctivas”, pues desde su percepción vivimos en un estado de gracia y paz. Sin embargo, el mandatario olvidó (quizá lo ignora) que Jalisco es el segundo estado con más desaparecidos en México y que en lo que van de su mandato (del 01/03/13 al 30/11/14) han sido asesinadas dos mil 155 personas, de las cuales mil 318 murieron a causa de un arma de fuego. También dejó de mencionar que en noviembre del 2013 fueron localizados 74 cuerpos en 37 fosas clandestinas ubicadas en el municipio de La Barca y de las cuales su administración ha mantenido un absoluto silencio.

 

Quienes no olvidaron esto fueron los ciudadanos de Jalisco quienes, nuevamente, tomaron las calles para recordarle al mandatario la crisis de inseguridad que vivimos y para exigirle asuma con seriedad tanto el tema de las desapariciones como las agresiones e intimidaciones que la Fuerza Única Jalisco, su policía de elite, ha cometido en contra de quienes supuestamente deben que proteger. Así fue noviembre del 2014 en Jalisco.

 

Fosas clandestinas de La Barca: Un año de silencio e impunidad

Los reflectores están colocados en Iguala, en sus fosas y en los 43 normalistas que nos faltan a todos, pero aquí en Jalisco desde hace un año no tenemos noticia alguna de la identidad de los 74 cuerpos que fueron exhumados en 37 fosas clandestinas localizadas en el municipio de La Barca entre noviembre del 2013 y enero del 2014.

Sí, leyó Usted bien: 74 cuerpos. Cuerpos que fueron enterrados en las orillas del río Lerma y detrás de los sembradíos de maíz que hacen difusos los límites entre Jalisco y Michoacán. El municipio de La Barca, ubicada en la región de la ciénega, es conocido por ser líder en la producción de maíz en México, pero también por el silencio de sus fosas.

Nadie sabía de la existencia de estas fosas aunque sí se sabía que siguiendo la calle de Los Leones podría ingresarse al mismo infierno, pues ahí entre los maizales, en el predio conocido como El Rincón, se veían ingresar a camionetas con hombres armados seguidos de patrullas municipales que llevaban a varios hombres en su parte trasera y, al cabo de unas horas, se les veía salir sin ellos: ¿Quiénes eran? ¿Por qué los enterraron ahí?

Todo inició el 7 de noviembre de 2013 cuando se montó un operativo para localizar a los agentes de la Procuraduría General de la República (PGR), René Rojas Márquez y Gabriel Quijadas Santiago. Estos agentes se reportaron como desaparecidos en la frontera entre Jalisco y Michoacán, desde el 3 de noviembre. Buscándolos a ellos, encontraron a 74.

El operativo de búsqueda se incrementó cuando en el kilómetro 4 de carretera Sahuayo-Vista Hermosa, en la comunidad de Briseñas, se encontró calcinada la camioneta de los agentes. A partir de esto, se detuvo a 25 personas, entre ellos 22 policías del municipio de Vista Hermosa (Michoacán). De las indagatorias y confesiones, se supo que en los límites entre Jalisco y Michoacán existían diversas fosas clandestinas usadas, presuntamente, por integrantes del Cártel Jalisco NuevaGeneración o miembros de Los Caballeros Templarios.

Estos datos no han sido corroborados ni por la PGR ni por la Fiscalía de Jalisco, pues ésta última institución aún insiste en que en Jalisco no los mataron: sólo los enterraron.

Semanas después, el 21 de noviembre, personal de la Policía Federal Ministerial, la milicia, policías municipales de ambos estados y peritos forenses de Jalisco montaron un operativo en un terreno amplio ubicado en la carretera que une a La Barca con Briseñas, sitio donde comenzó el horror que derivó en la exhumación de 67 cuerpos. 67 vidas.

Al conocerse las dimensiones de la tragedia y al irse multiplicando el número de fosas, la PGR (instancia que atrajo el caso y tiene a su cargo las pesquisas) decidió suspender el operativo a principios de diciembre. Sin embargo, éste se reinició de manera sorpresiva el 16 de enero exhumando siete cuerpos más. Dejando la tragedia en 74 cuerpos.

Las pesquisas sostienen que las víctimas posiblemente podrían pertenecer o ser bajas colaterales de la disputa que mantiene por la plaza el Cártel Jalisco Nueva Generación y Los Caballeros Templarios. No obstante, no se han presentado las pruebas que corroboren el dicho de la autoridad.

De estas 74 personas, a la fecha, no sabemos nada, salvo que ninguno de sus cuerpos pertenece a los elementos desaparecidos de la PGR, También nos ha informado, vía solicitudes de transparencia (Oficio: SJAI/DGAJ/09227/2014), que sólo se ha confirmado la identidad de 10 cuerpos e, incluso, seis de éstos ya fueron entregados a sus familiares.

Al resto de los cuerpos (64), que aún permanecen en las instalaciones de la PGR en el Distrito Federal, ya se les practicó un perfil genético que arrojó que 58 de ellos son de hombres y seis de mujeres. Sin embargo, se desconoce quiénes son estas 64 personas.

Las autoridades han sido muy sigilosas y han optado por dar a cuenta gotas la información sobre las fosas localizadas en La Barca, tan precavidas han sido que se negaron a informar la identidad de los diez cuerpos identificados.

El operativo de búsqueda terminó desde enero de este año. Se sospecha que en el lugar podrían localizarse más fosas; sin embargo, todo trabajo ha sido suspendido. Hoy es fecha que no se tienen a personas detenidas o consignadas por la muerte de estas 74 personas.

 

FUJ: Represión y tortura policial

En tan sólo un mes, 18 elementos de diversas corporaciones policiacas del estado han sido consignados por abuso de autoridad, extorsión, robo calificado, lesiones, intimidación y tortura. Entre estos elementos destaca la aprehensión de 10 integrantes de la Fuerza Única Jalisco (FUJ), cuerpo de elite integrado por los mejores policías del estado.

 

Desde su cuestionada creación tanto el gobernador del estado, Jorge Aristóteles Sandoval, como el Fiscal General, Luis Carlos Nájera, han defendido a su plan maestro de seguridad estatal; sin embargo, esta verdad ha comenzado a derrumbarse por la manera arbitraria en que los integrantes de la FUJ practican sus funciones de seguridad.

 

En algunos casos que, ya fueron documentados y que derivaron en la detención de los agentes, se supo que sin mayores motivos integrantes de la FUJ detuvieron a un menor de edad que bajó de un vehículo para realizar unas compras. Quien lo acompañaba al ver la detención arbitraria siguió a las patrullas y sufrió el mismo destino: golpes, tortura e intimidación. A ambos los trasladaron a otro lugar (no a una comandancia) para extorsionarlos, pues si no daban dinero serían asesinados o se les fincarían cargos para permanecer presos mucho tiempo (El Informador, 22/11/14).

 

Otra agresión sucedió dentro de una casa particular que comparte espacio con un negocio de llantas. A este lugar llegaron los integrantes de la FUJ exigiendo se confesara una supuesta posesión de drogas y armas. En ese lugar no había nada; sin embargo, los policías amagaron, golpearon y torturaron a tres hombres. También los despojaron de pertenencias y dinero, y sin comprobarse ningún delito los trasladaron al penal de Puente Grande donde estuvieron presos 72 horas (Reporte Índigo, 06/11/14).

 

Desde la creación de la FUJ, la Comisión Estatal de Derechos Humanos ha recibido 54 quejas en contra de este organismo de seguridad al cual se le acusa, principalmente, de agresión, detenciones arbitrarias e intimidación. El comandante en jefe de la FUJ, Alejandro Solorio Aréchiga, incluso, ha asegurado que esas denuncias son ficticias y que es el crimen organizado el que, al ver el poderío del mando único, paga a la gente para que éstas presenten quejas en la Comisión. “Se sienten intimidados”, aseguró.

 

Los que sí se sintieron intimidados fueron los estudiantes de la Escuela Normal Rural “Miguel Hidalgo” de Atequiza quienes el 26 de noviembre en la carretera La Barca-Santa Rosa fueran retenidos por diversas patrullas de la FUJ. Los elementos de seguridad pública buscaron intimidarlos por el apoyo que los estudiantes brindaron a campesinos que bloquearon una caseta para protestan por los bajos precios del maíz. Los estudiantes de Atequiza, vía comunicado de prensa, denunciaron el constante acoso que han recibido por la policía al ser ellos quienes encabezan las protestas en Jalisco a favor de Ayotzinapa.

 

Las calles y su revolución son nuestras

¿Cómo se escucha la voz de diez mil personas cuando deciden contar juntas del 1 hasta el 43?: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39,40, 41, 42, 43: ¡JUSTICIA, JUSTICIA!

Este conteo de dignidad se escuchó una y otra vez en los diversos colectivos que integraron una multitudinaria marcha (de las más grandes en la historia de Guadalajara) en apoyo a los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, los cuales nos fueron arrebatos la noche del 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, cuando policías de ese municipio y del vecino, Cocula, los entregaron a integrantes del Cártel de Guerreros Unidos. Las autoridades, aunque cansadas, insistieron en que posiblemente éstos ya fueron asesinados.

Eso, sin embargo, no es lo que piensan los más de diez mil jaliscienses que tomaron las calles el 20 de noviembre al grito unísono de: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

La marcha que realizó un recorrido por las avenidas Juárez y Alcalde estuvo integrada por diversos colectivos estudiantiles y ciudadanos que unieron sus voces para denunciar que aquí en Jalisco también hay miles de desaparecidos (2 mil 300 según la cifras oficiales); por ello, Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco distribuyó 140 fotos con sus rostros para que no se olvide que somos el segundo estado con más desaparecidos.

Pero también somos uno de los estados con mayor número de feminicidios en el país, así lo recordaron en la marcha las integrantes del Comité de América Latina y del Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres, quienes levantaron la voz para precisar que: Los crímenes contra mujeres también son crímenes de estado. En lo que va de la actual administración, han sido asesinadas 225 mujeres. 104 de ellas con arma de fuego.

Quienes comandaban la marcha eran los normalistas de Atequiza. Ellos, durante los 2.9 kilómetros que duró la marcha cargaron tres ataúdes que representaban el duelo que tienen por la muerte de Daniel Solís Gallardo, Julio César Mondragón Fuentes y Julio César Ramírez Nava, la cual sucedió el mismo día en que desaparecieron sus 43 compañeros.

En el mitin uno de los oradores de Atequiza tomó el micrófono ofreció uno de los momentos más significativos de la marcha: “Nos duele lo que está pasando porque muchos de los desaparecidos eran nuestros amigos… nos duele saber que sus padres y hermanos lloran por encontrarlos (…) compañeros me duele México por la porquería en que se está convirtiendo y los gobernadores que están haciendo…”, sin concluir la idea y de manera coincidente (no por coincidencia) los miles que tomaron la avenida Alcalde comenzaron a gritar: ¡Revolución, revolución, revolución! Al tiempo que las campanas del Santuario (templo ubicado frente al Palacio Federal donde acabó el mitin) comenzaron a sonar como replicando el grito revolucionario que, por un momento, erizó la piel de todos.

 

 

El miedo al silencio y al olvido.

Camisetas blancas. Retratos en blanco y negro sobre el pecho. Miradas presentes, pero singularmente ausentes. Así se presentaron los familiares de los estudiantes normalistas en su paso por Guadalajara y como parte de la Caravana que recorrió el país para desmentir los dichos oficiales y para exigir justicia para los tres estudiantes asesinados y los 43 desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.

 

Una de las primeras en hablar frente a la prensa fue Bertha, madre de Julio César Ramírez Nava, quien muriera a causa de los disparos de la policía municipal de Iguala. Ella era la única que portaba a color la foto de su hijo sobre su pecho, ella terriblemente ya lo tenía, sin embargo, eso no calma su indignación ni la búsqueda de vida y justicia que emprendió con el resto de los padres: “Nuestra prioridad es encontrar a los muchachos con vida… yo mamá de Julio César puedo decir que ya tuve a mi muchacho, pero ellos (mirando al resto) no los tienen y por eso no vamos a descansar hasta que los entreguen”, mencionó.

 

En rueda de prensa celebrada en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, los padres insistieron en que no tomarán como ciertas las explicaciones dadas a conocer por la Procuraduría General de la República porque no aceptan la supuesta muerte de sus hijos y, menos aún, cuando no existen las pruebas científicas que así lo testifiquen. Su tarea, aseguran, es evidenciar a este “gobierno que solo sabe darnos muerte”, como precisó Felipe de la Cruz, padre de uno de los estudiantes sobrevivientes y hombre valiente que encaró a Peña Nieto. Felipe, quien también es el vocero del Comité de Padres los desaparecidos, aseguró que su mayor temor no está en el gobierno sino: “en el silencio de la gente, su silencio nos aterra”.

 

Luego de la conferencia de prensa, los padres tuvieron un emotivo encuentro con la comunidad estudiantil y los familiares de los desaparecidos de Jalisco. Al terminar esto marcharon hacia el centro de la ciudad donde dieron un mitin y prendieron fuego a 43 antorchas que iluminaron el centro de Guadalajara bajo el lema de: ¡No están solos!

 

Colofón

En la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el 29 de noviembre, la protesta por la desaparición de los 43 normalistas fue de corbata y de discursos armados pero no sentidos. Muchos de los presentes, montados en el vacío #TodosSomosAyotzinapa pronunciado por Peña Nieto, encontraron su excusa política.

 

Al menos la comunidad político-intelectual que pasea por la FIL ahora no hizo mutis como cuando poco antes de inaugurar la Feria se encontraron los cuerpos de 26 personas debajo de los Arcos del Milenio (2011), como cuando fuera del mismo recinto la policía golpeó de manera violenta a jóvenes que se manifestaban por la toma de posesión de Peña Nieto (2012) o como cuando la Caravana de Madres Centroamericanas acudieron a la explanada de la FIL para mostrar la foto de sus hijos pero fueron rápidamente acordonadas por elementos de seguridad (2013). En 2014, escritores como Paco Ignacio Taibo, Juan Villoro, Armando Vega Gil y Benito Taibo rompieron el silencio y la distancia mostrada Ferias atrás y acompañaron la marcha a favor de Ayotzinapa que salió de la FIL, el 1 de diciembre. La crítica de las letras se cruzó, al menos por un momento, con la indignación de las calles.

 

 

 

 

O: cuando nos callamos, somos cómplices de la violencia.

Benjamín Franklin LeBarón, líder mormón de Galeana, un municipio a casi 300 kilómetros de la ciudad de Chihuahua y a 300 del paso fronterizo de Ciudad Juárez, encabezó un llamado contra los secuestros en su comunidad tras el rapto de su hermano menor, Eric, de 17 años, por quien se pedía un millón de dólares. La familia LeBarón no sólo se mantuvo firme en que no pagarían ningún rescate porque eso supondría participar con el crimen organizado, sino que denunció a una banda de secuestradores de la región. Eric está convencido de que fue liberado sin previo pago porque, en un suceso inédito en este marasmo de violencia que sacude al país, logró convencer a sus secuestradores de que lo soltaran, aunque hay quien piensa que la presión al gobierno logró su liberación, e inclusive hay quienes creen que hubo complicidad de los secuestradores con el gobierno del estado. No obstante, y como represalia a la denuncia hecha por sus familiares, veinte hombres armados y vestidos con uniforme militar entraron a Galeana y torturaron a Benjamín frente a su esposa y sus hijos. Y cuando su cuñado Luis Whitman acudió a socorrerlo tras escuchar los gritos de auxilio, los secuestraron a los dos: a Benjamín Franklin y a Luis. Sus cuerpos fueron encontrados sin vida pocas horas después, a 50 kilómetros de su casa. El hermano de Eric y de Benjamín, Julián LeBarón, alzó entonces su voz por sus víctimas y todas las víctimas de México.

 

¿Cómo y por qué decidiste trabajar en contra de la guerra haciéndote portavoz de las víctimas?

Me di cuenta después de la muerte de algunos de mis familiares y amigos de que cuando nos quedamos callados somos cómplices de toda la violencia.

 

Y cuando te preguntan qué está ocurriendo en México, ¿qué cuentas? ¿Dices que hay una guerra, una crisis de seguridad, un conflicto? ¿Qué crees que está pasando?

Yo creo que lo que hay en México es mucho miedo. La violencia surge siempre del miedo y nosotros no estamos atendiendo lo que genera miedo, sino que lo estamos empeorando.

 

¿De qué modo?

Militarizando el país.

 

Y en lugar de eso ¿qué opinas tú que deberíamos hacer?

Se tiene que empezar por respetar la libertad y la presunción de inocencia de las personas. Y no permitir que se criminalice a toda la sociedad.

 

¿Crees que se está criminalizando a toda la sociedad?

Absolutamente. Cuando se ponen retenes militares y las autoridades no respetan a las personas individualmente, se criminaliza a toda la sociedad. Esto genera temor, miedo y mucho coraje en la población.

 

¿Y qué pueden hacer los ciudadanos y ciudadanas más allá de protegerse? Hay gente que se está yendo, gente que optó por quedarse callada, gente que se ha unido a la tragedia de los demás y los acompaña…

Yo creo que el problema más grande es que la gran mayoría de las soluciones que se proponen tienen que ver con la autoridad, pero la autoridad no es la herramienta correcta para resolver el problema del miedo. El gobierno no puede crear amor y no puede crear compasión. El gobierno es el uso de la fuerza y creo que es imposible construir una civilización con esos medios.

 

¿Qué alternativa ves?

La alternativa tiene que ser estrictamente ciudadana. El problema que tenemos en nuestro país es que en cuanto se consigue un liderazgo ciudadano, casi inmediatamente se aspira al poder político y a utilizar ese poder político para diversos fines. Y eso destruye el espíritu con que esa autoridad se construyó.

 

¿Dirías que la sociedad mexicana ha respondido proporcionalmente a la tragedia? ¿O crees que hay algo que nos impide reaccionar en masa?

Cuando uno presencia un acto de violencia, la idea de involucrarse tiene muchos riesgos y causa muchos problemas. Y lo cierto es que nosotros lo hemos permitido: no resolvimos el conflicto cuando hubo uno por ciento de impunidad, y ahora que tenemos noventa y ocho por ciento de impunidad para el asesinato, el costo de involucrarse es demasiado elevado. Es mucho más fácil escondernos y recurrir a la apatía como una forma de evitar el riesgo y la confrontación.

 

Pero es una apatía muy dolorosa, ¿no? ¿No crees que el pueblo de México, apático o no, la está pasando realmente mal?

Claro, porque la apatía no le permite a uno vivir plenamente. Pero de cierta forma, es más fácil que dar la cara. Hemos visto que a las personas que dan la cara las matan y desaparecen, como Nepomuceno Moreno2 y mi hermano.

 

¿Hacia dónde vamos? ¿Qué crees que vaya a ocurrir?

Yo creo que, tal vez, esto pueda ser lo mejor que le ha pasado a México. Y lo digo porque creo que para los mexicanos dejar las cosas como están ya no es lo más fácil. Tal vez si no nos la pusieran tan difícil nunca haríamos un cambio. Y creo que hay cambios muy importantes en nuestro futuro.

 

¿Cómo cuáles?

Pues los servidores públicos en México nunca han sido servidores públicos y nosotros siempre hemos asumido que somos sus feudos. Creo que hoy ya no queda un solo mexicano que crea en sus instituciones. Y que éste es el primer paso para lograr que todo cambie.

 

¿Y que se conforme una sociedad más controlada por su ciudadanía?

Sí, claro.

 

¿Crees que es posible?

Yo creo que si México lograra que así fuera, el resto del mundo le sigue el ejemplo.

 

Eso sería maravilloso.

Pues sí. Uno tiene este tipo de esperanzas. Pero está por verse.

 

¿Crees que esto ya está comenzando a pasar de algún modo, que se están gestando nuevas formas de convivencia social como respuesta a la violencia?

Sí. Lo estamos viendo.

 

¿Qué te ha enseñado esta guerra? ¿Qué podemos aprender?

Que uno también es responsable de las acciones de los violentos. Si vivimos en una sociedad donde un chavo cree que la única forma de prosperar en el mundo es secuestrar a otro ser humano, y nosotros como ciudadanos colaboramos con ese tipo de odio y con ese tipo de miedo, nomás por el hecho de vivir en el mismo país y ser vecinos, de cierta forma estamos participando. Todos estamos participando. Y es importante hacer consciencia de eso, porque de otro modo estaremos siempre atendiendo los efectos del problema y nunca llegaremos a la causa. La solución tiene que venir de los ciudadanos. Es ingenuo pensar que con legislación y con policías esto se va a resolver.

 

¿No confías en que el gobierno pueda poner fin a esta crisis?

La única forma en que el gobierno le puede dar fin a la violencia es poniendo un soldado en cada esquina. Pero para aplastar ese impulso violento, ahí se tienen que quedar esos soldados. Y el problema es que los soldados no producen nada y que lo único que provoca un ejército es destrucción. Pura destrucción. El hecho de que no sea visible esta violencia no significa que se haya atendido el miedo que causa, porque entre más aplastas con el temor la inclinación hacia la violencia, más violencia vas a tener eventualmente.

 

¿Crees que saldremos de esto? ¿México sabrá solucionarlo?

Yo creo que no solamente México, sino que el mundo lo debe resolver. Porque la tecnología encaminada a destruir ya es de destrucción absoluta. Y creo que es tarea de todos. Todos tenemos que poner de nuestra parte, y ojalá podamos seguir adelante. Creo que la única forma de superar la violencia es con principios compasivos. No lo va a poder solucionar la legislación: el gobierno es lo contrario del amor, porque cuando existe una ley significa que si te resistes vas a enfrentar una fuerza armada, y si te resistes a la fuerza armada te matan.

 

No sólo te matan, sino que dejan abandonados a los familiares, que son también víctimas de esa matanza. Porque los familiares de las víctimas están pasando este momento muy solos, ¿no crees?

Sí, totalmente. Y el gobierno no es el que los dejó solos. Los que los dejamos solos hemos sido los ciudadanos, y tenemos que hacernos conscientes de eso.

 

Vivimos una crisis civilizatoria, en ella están en cuestionamiento valores que todos hoy hemos o habíamos aceptado como válidos: La cultura Eurocéntrica, la Democracia Representativa, la cultura patriarcal o el enfoque adultocéntrico entre los más importantes. Quienes detentan el poder económico y político en el llamado mundo Occidental hoy son: Los blancos, los elegidos electoralmente, los hombres por encima de las mujeres y los adultos por encima de niños, niñas y adolescentes. Pero este sistema está siendo cuestionado fuertemente hoy y hay quienes pensamos que vamos en medio de un proceso donde terminara cayendo y que comenzó hace 50 años al menos.

Todos los países del planeta poseen delincuencia organizada y el narcotráfico es sólo uno de los 23 tipos de delitos que comete. Otro son las desapariciones forzadas con motivaciones político-económicas.

El 26 de septiembre desaparecieron 43 estudiantes de una escuela rural de Ayotzinapa (que desde hace años denuncia la corrupción política) en Iguala (estado de Guerrero) por órdenes del alcalde del municipio (preseleccionado por su partido para ser diputado federal) y de su esposa, a quienes se vincula con redes criminales transnacionales. Este patrón político mafioso es muy frecuente en México dentro de todos los partidos y el presunto crimen de Estado contra los 43 estudiantes es la trágica consecuencia de que grupos sociales reaccionen a la simbiosis de políticos y criminales. En este caso se sospecha, además, que estén implicados militaresporque se ha denunciado que un inmenso terreno del Ejército fue donado a la Alcaldía para construir un centro comercial con dinero que no puede explicarse lícitamente. Para evitar otros Ayotzinapas hay que entender cómo funciona la delincuencia organizada.

Mi experiencia capacitando a unidades de investigación patrimonial en 67 países indica que una organización criminal opera como una empresa transnacional: su objetivo es ganar dinero. Pero traficando ilegalmente cientos de bienes y servicios. Tienen directorios ejecutivos (políticos y empresarios legalmente constituidos); grupos armados (los que son más conocidos por el público) que brindan protección a las estructuras económicas; operadores de lavado de dinero, a través de un mínimo de siete países; y, los que están más abajo, franquicias económicas que pagan tributo a los de arriba y son minoristas de bienes y servicios ilegales. Aquí situaríamos a los Guerreros Unidos, quienes supuestamente trabajaron junto al alcalde de Iguala en la desaparición de los 43.

El crecimiento de la delincuencia organizada extremadamente violenta y transnacional se alimenta siempre de vacíos y fallas del Estado, por lo que para desmantelar un cártel es necesario coordinación internacional de políticas criminales, sociales, fiscales y regulatorias. Las medidas cosméticas anunciadas por el presidente Peña Nieto no abordan ninguna de estas cuestiones.Tampoco anunció medidas que toquen la infraestructura económica de esas redes para financiar campañas políticas, como parece ser el caso de Iguala.

Fijarse sólo en las estadísticas de homicidios no es combatir a la delincuencia organizada, porque pueden disminuir casi a cero cuando los criminales se fortalecen y se reparten los territorios, consolidándose así una pax mafiosa con un Estado débil que negocia o tolera.

El tamaño del monstruo que enfrenta México es enorme. Según informes de actividades sospechosas emitidos por 59 países desde el año 1998 a la fecha, los cárteles mexicanos están vinculados aredes criminales desde Colombia y China, a la 'Ndrangheta calabresa o a la Yakuza japonesa, entre otras.

Para conseguir una democracia real con estado de derecho, y por tanto un crimen organizado menos violento, se deben combatir los delitos patrimoniales-electorales pero las élites político-empresariales sólo lo hacen cuando sus riquezas ilegales se vuelven contra ellos en forma de violencia.

Hoy, México viola mas del 70% de las cláusulas de la Convención de la ONU contra la Corrupción y más del 50% de la Convención contra la Delincuencia Organizada, ambas ratificadas por el Estado.

Si se quieren prevenir más Ayotzinapas hay que reducir todos y cada uno de los 23 tipos de delitos económicos organizados(tráfico de drogas, armas, personas, lavado de dinero...) y optar por el camino seguido por la Unión Europea desde 1995: 1) Fortalecer la capacidad punitiva de jueces y fiscales. 2) Atacar los bienes de las empresas criminales ligadas a políticos. 3) Imponer más sentencias y penas para la corrupción política. 4) Mejores políticas públicas de prevención social del delito. Sólo así la delincuencia operará en México con menor coste social, como en Alemania y Japón.

 

 

Hoy empiezo este texto con el corazón muy triste, como sé que están los corazones de millones de mexicanos. Triste por la impotencia de no poder devolver a su casa a los jóvenes secuestrados de Ayotzinapa, ni a los miles de desaparecidos de México. Triste por la miopía, la frivolidad, la mediocridad y el desprecio a la ciudadanía de los funcionarios de gobierno y de los partidos políticos. Triste de ver cómo el crimen organizado gana una nueva batalla gracias a la estupidez gubernamental. Triste y preocupada de pensar que este enojo se puede desbordar en un caos imparable.

Podemos pretender que la violencia y la impunidad que imperan en México son algo ajeno a nosotros. Que de hecho, poco o nada podemos hacer al respecto. Pero, ¿alguna vez hemos hecho el recuento de todo a lo que hemos ido renunciando desde que esta guerra empezó, sobre todo la gente que vive fuera del Distrito Federal? Existen zonas en nuestras ciudades o poblados a las que simplemente ya no podemos ir. Las noches se volvieron toque de queda. Nos volvimos paranoicos. Se volvió inimaginable que nuestros hijos jueguen en espacios abiertos y públicos. Dejamos de denunciar asaltos, robos en casa, secuestros y hasta familiares desaparecidos porque estamos convencidos de que las autoridades están coludidas con el crimen organizado y puede haber represalias. Asumimos que hay que pagar una “cuota” para que nuestros negocios o nuestra persona no sufran un ataque. Aún atemorizados nos acostumbramos a tener cerca a los delincuentes, porque han ido comprando amigos o conocidos; porque han metido a sus hijos en las escuelas a donde llevamos a nuestros propios hijos; porque han llegado a nuestro entorno a decirnos “mírame bien, porque yo a ti sí te estoy viendo”. Se instaló en nuestra cabeza la voz que nos dice “no estás a salvo”. Hemos llegado al punto en que cuando tenemos un conocido secuestrado o asesinado, en el fondo damos gracias a Dios o a la vida por no haber sido uno de nosotros… y nos sentimos culpables por ello.

Y en este ir renunciando a nuestros derechos y a nuestras libertades, cada espacio que cedimos ha sido tomado por un crimen organizado que se adueñó de espacios públicos, de los temas de conversación, de nuestras mentes, sueños, vidas. Somos hoy una sociedad anestesiada por la violencia, la impunidad y el terror, incapaz de reaccionar, incapaz de enmendar.

Así que vale la pena hacernos las preguntas siguientes: ¿Y ahora qué hacemos? ¿Cómo revertimos esta tendencia? ¿Cómo transformamos esta ira en algo constructivo? ¿Cómo reconstruimos una sociedad partida por tanto sufrimiento? ¿Con qué cara miraremos a las siguientes generaciones si no hacemos algo hoy?

Ayotzinapa es un parteaguas en nuestra historia. Así como la guerra de Felipe Calderón hizo saber al crimen organizado que el Estado Mexicano no tenía la capacidad de contenerlo, la decisión de Enrique Peña Nieto de eliminar la guerra de su discurso y poner sus prioridades en reformas estructurales se tradujo en una espiral de violencia que culmina en la tragedia de Ayotzinapa. La desaparición y ahora la “confirmación oficial” del asesinato los jóvenes estudiantes han puesto al descubierto que las estructuras gubernamentales y los partidos políticos están infiltrados y/o completamente rebasados por el crimen organizado. El tácito pacto que había entre el narco y las autoridades en la época del partido hegemónico ya no existe. Como dice Javier Sicilia, autoridades y partidos creyeron que podrían administrar el infierno de Dante. Lo cierto es que hoy el crimen organizado se ha convertido en el dios Cronos y está devorando a todos, incluyendo a quienes lo han dejado obrar con total impunidad. Así que o nos ponemos a trabajar en el freno a este monstruo, o no habrá nación de la cuál hablar.

A pesar del cielo negro que tenemos encima no todo son malas noticias. Hoy como nunca en la historia de México, la sociedad civil tiene claro que quiere un cambio de rumbo. Así lo muestran las manifestaciones masivas de jóvenes estudiantes y ciudadanos comprometidos que sin temor salen a la calle para decir “ya basta”. Así se lee en los millones de comentarios en las redes sociales que repiten un día y el otro también que es el momento del cambio. ¡El hashtag “ya me cansé” contra el gobierno, se convirtió en la segunda tendencia mundial en tan solo unas horas! Una marea incontenible de energía y convicción grita que merecemos un México mejor. La tragedia de Ayotzinapa ha creado un puente entre mexicanos que ni siquiera nos conocíamos y que hoy sabemos que compartimos el sueño de un México en el que quepamos todos.

Fuera de México se han hecho manifestaciones o expresiones de solidaridad con los jóvenes de Ayotzinapa y los miles de desaparecidos de México en Alemania, Argelia, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Corea del Sur, Costa Rica, Dinamarca, Ecuador, El Salvador, Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Guatemala, Honduras, India, Italia, Japón, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Perú, Puerto Rico, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rusia, Suiza, Túnez, Turquía, Ucrania, Uruguay, Venezuela, entre otros. Además se han enviado cartas al Parlamento Europeo, a la Comisión Europea, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y a autoridades nacionales en algunos de los países antes mencionados, informando sobre lo acontecido en México y pidiéndoles su apoyo.

Fue el Estado” es la denuncia que aparece en cada manifestación, convencidos de que este discurso se vuelve indefendible para un gobierno sin capacidad de respuestas pero preocupado por la opinión internacional. Aún sin proponérselo, la sociedad civil ha homogeneizado sus discursos.

Todos estos esfuerzos son importantes, valiosos y necesarios, pero no son suficientes. Hoy es el momento de la sociedad civil, de la imaginación y el empoderamiento de la ciudadanía. Diseñemos juntos el país que nos gustaría tener. Trabajemos desde la sociedad civil para la sociedad civil.

De entre todas las iniciativas ciudadanas que pretenden ayudar en la construcción de un país en paz, un país más justo, más respetuoso y solidario, quisiera compartirles una que es impulsada por un colectivo de mexicanos que vivimos dentro y fuera del país y a la que hemos denominado “SEMILLAS“. Las primeras dos propuestas concretas en las que estamos trabajando son dos caras de una misma moneda:

 

  1. La creación de un mapa y registro ciudadano de víctimas de desaparición forzada. El objetivo de dicho proyecto es construir una base de datos de la sociedad civil que sirva como testimonio legal en el futuro, y que el día de mañana facilite el regreso a casa de la gente que nos falta. Necesitamos ayuda de mexicanos viviendo dentro y fuera de México para su construcción. Si tienes algún familiar desaparecido al que quisieras registrar, o si quieres colaborar o conocer más acerca de esta iniciativa por favor visita esta página.

     

  2. La creación de un mapa y registro ciudadano que aglutine las iniciativas de la sociedad civil. El objetivo de dicho proyecto será vincular, impulsar y difundir proyectos ciudadanos en todo el territorio nacional. En él queremos incorporar los proyectos relacionados con la búsqueda de la paz como pueden ser aquellos que promueven los derechos humanos o las policías comunitarias, pero también los que trabajan en la mejora de las condiciones de vida y formación de la población como pueden los que impulsan economías solidarias, proyectos educativos y culturales, asistencia médica o alimentaria en dispensarios, iniciativas sociales de las cámaras de comercio o empresas, cooperativas productivas, formas de auto construcción sustentable, etc. Si conoces o promueves iniciativas de interés, llena este formulario

    Consideramos que ambos proyectos son piedras angulares en la reconstrucción de nuestro país. Mientras no se busque y encuentre a los desaparecidos, mientras no se pida perdón por los asesinados, mientras no se castigue a los culpables, no habrá paz en México. De igual manera, mientras no comencemos a trabajar y convivir con nuestro hermano o nuestro vecino con actitud solidaria no recuperaremos la confianza en el otro.

  1. Si tienes interés de vincularte o apoyarnos, o si tienes otras iniciativas concretas que te gustaría impulsar, por favor escríbenos a: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Y en esta convocatoria abierta a sacar lo mejor de cada uno de nosotros para reconstruir nuestro México, recupero las palabras de Marcela Turati, periodista de la revista Proceso, esperando que sean fuente de inspiración como lo son para mí: “que la indignación y el dolor y la rabia y la tristeza tomen forma, tomen aire, tomen picos y palas, tomen pinzas, tomen taladros, tomen alas para construirnos otro país. Que la energía no se quede en una caja sellada; que prenda brasas, que incendie, que arrase con lo podrido, la raíz agusanada, desde el ombligo de la tierra, para que cuando se despeje el humo denso y espeso encontremos un cielo nuevo donde quepamos todos”.

 

En solidaridad con los padres de los jóvenes que han sido víctimas de desaparición forzada.



México está en boca del mundo. Se habla de México y se piensa en México. Pero no en ese país glorioso y lleno de virtudes, sino en el otro: en el tristemente célebre por las peores razones. Se le llora adentro, se le llora afuera y la gota que derramó el vaso, para muchos, es la desaparición de los 43 normalistas. Y todo el caso: policías que sirven a criminales, un Alcalde de sangre fría –de acuerdo con la evidencia– que ordena matar y mata por su propia mano. La indolencia oficial. La corrupción generalizada que devoró a los partidos. El dolor de los padres. Y como marco, la injusticia social, la pobreza extrema, la ausencia de oportunidades y la impunidad.

Pocos como Juan Villoro para hablar de estos temas.

La periodista Mónica Maristain va conduciendo una conversación larga en la que el reconocido escritor y periodista dice que “a la impunidad en México le podemos añadir el cinismo…”, y desde donde lanza una convocatoria: “La alternativa es un frente cívico y tiene que ser uno que en su misma forma de lucha prefigure la sociedad que desea”. Villoro también habla de la mansión de más de 80 millones que, de acuerdo con una investigación de Aristegui Noticias, llegó a la pareja presidencial como donación; otra donación. “La casa del Presidente Peña Nieto –dice–, expuesta en este momento, es realmente una afrenta para todos los mexicanos…” Juan Villoro concedió una entrevista para hablar exclusivamente de México y su situación política.

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Polonia antes de Solidaridad. La India antes de Gandhi. Sudáfrica antes de Nelson Mandela y el fin del Apartheid por él logrado tras muchos años de lucha incesante y gran sufrimiento. Eso es el México actual para el escritor Juan Villoro (Ciudad de México, 1956) en momentos en que su país natal, a su juicio, clama por un frente cívico que construya una alternativa posible con vistas a las próximas elecciones. Con pasión gramsciana, Juan, el entrañable “Juanito” de Dios es redondo, Safari accidental, El disparo de Argón, La casa pierde, entre tantos libros de variados géneros, predica el pesimismo en la inteligencia y el optimismo en la voluntad, tal como lo ordenaba el filósofo y marxista italiano fallecido en Roma en 1937. Antes de oficiar como anfitrión en el homenaje al poeta Bonifaz Nuño (1923-2013) en el Colegio Nacional, Juan concedió una entrevista exclusiva a SinEmbargo cuya única premisa era hablar de política, de México y no de literatura, la pasión a la que le ha dedicado su vida. Entre otras cosas, a la hora de especular sobre qué pasaría por la cabeza de Enrique Peña Nieto en estos momentos de crisis nacional, puso en duda la existencia de cerebro en el Primer Mandatario mexicano; ironizó sobre su voz de robot al tiempo que desestimó la capacidad de Andrés Manuel López Obrador para encarrilar los destinos de la Patria. Le sobra mitin y le faltan dotes de estadistas, fue el juicio lapidario de Villoro aplicado al líder de Morena. Del súbito amor profesado por la comunidad internacional a un país que no encuentra a los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, cree el escritor que se trata de un interés ganado por un pueblo harto que, al fin, dijo basta.

 

Ya no quedan lágrimas en México para llorar por los 43 estudiantes desaparecidos…

Sí, se trata de una situación límite de mucho dolor para todos los mexicanos. Un dolor que ya había aflorado puntualmente para muchas familias durante los seis nefastos años de gobierno de Felipe Calderón y también se había catalizado mucho este descontento con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad encabezado por el poeta Javier Sicilia a partir del 2011. Creo que ahora ya llegó a un nivel de condensación en el que la gente no puede más. Del “Estamos hasta la madre” de Javier Sicilia, que era un grito de indignación, hemos pasado a un “Basta ya” rotundo y sí creo que es un momento límite, lo que hay que ver es hacia dónde seguimos. Para el autor de “El testigo”, México necesita un Frente Cívico de notables que abra el camino hacia una democracia verdadera.

 

Hay, como contrapartida, un fervor por los mexicanos y hasta que les pongan mole a la pizza se les perdona en estos momentos.

[Risas] Creo que la reacción de la comunidad internacional tiene que ver con una respuesta propia. En México nunca antes habíamos dado una respuesta tan unitaria. El sexenio de Felipe Calderón terminó con 130 mil muertos, más o menos, según cifras oficiales o no oficiales, y eso bastaría para que hubiera una indignación masiva. Además, hubo una pésima gestión política en todos los órdenes y desde luego esto tiene castigo en las elecciones, en donde el PAN pasa al tercer lugar de las opciones políticas, pero claramente no hubo una indignación que articule a la gente como ha sucedido con lo de Ayotzinapa. Creo que hay diversos factores que explican esto. Uno es el cansancio acumulado de todo lo que ha estado pasando y la sensación progresiva de que la violencia nos toca de manera directa y la sangre puede ser nuestra. Ya no hay esta figuración defensiva y muy explicable de que siempre si alguien muere es porque estaba metido en algún ilícito. Esta tesis que tantas veces se manejó de que los que caían eran pandilleros que combatían entre sí. Incluso el Presidente Calderón lo dijo con aquellos muchachos que murieron en Ciudad Juárez mientras tomaban refrescos en una fiesta y los sacaron para acribillarlos. El Presidente se encontraba en Japón y dijo: – Eran pandilleros. Sin conocer el caso desacreditó la posibilidad de que fueran inocentes y los criminalizó siendo que en realidad eran víctimas. De esa sensación de que el mal siempre le ocurre a los otros ha habido un posible acercamiento a la idea de que la violencia es nuestra. El caso de Ayotzinapa, además, tiene que ver con 43 muchachos inocentes, que estudiaban para ser maestros, que son los formadores del futuro. Eran maestros pobres que iban a tratar de capacitar a gente más pobre que ellos. Si no podemos tener esperanzas en ese tipo de personas no las podemos tener en nadie. Entonces, fue la aniquilación de un futuro de México. Esos 43 muchachos tenían familias perfectamente reconocibles y no fueron estadísticas anónimas. Fue un caso muy concreto en un momento en que se tocó fondo y en donde se aniquiló a personas que deberían haber sido protegidas, respaldadas y apoyadas por el Estado. Creo que la respuesta inicial en México ha sido esta vez diferente y nos hacía falta para articular el descontento y generar una empatía muy grande, creando –por así decirlo- una “República Emocional”. No sabemos muy bien hacia dónde va a conducir esto, pero al nivel del sentimiento hay una unanimidad de la respuesta y ha conmovido a la comunidad internacional. Nosotros nos hemos tenido que movilizar más y vemos gestos de personas que no se implican normalmente en política, que pueden ir del Chicharito Hernández a actrices de telenovelas, clamando por justicia y pronunciándose al respecto y prácticamente no ha habido foro, no ha habido frente, donde no se haya hablado de Ayotzinapa. Esta primera respuesta que veo en clave emocional más que en clave política era necesaria para que la comunidad internacional también despertara y Peña Nieto que había sido declarado por la revista Time el gran transformador de México se ha puesto en cuestión, no tanto por su responsabilidad directísima en los sucesos, sino por lo que él representa: un Estado que ha fallado.

 

El “Mexican Moment” fue una cosa para afuera… Acá se sabía que no había ninguna cosa parecida a un “Mexican Moment”.

Enrique Peña Nieto llegó para restaurar el orden. Cerca de mi casa había un grafiti que decía: “Que se vayan los ineptos y que vuelvan los corruptos”. Se consideraba que el PRI era tan sucio como el PAN, pero sabía gobernar o incluso como se dice en México, sabía robar. Robaba pero salpicaba donde había que salpicar. Esta sensación de regreso de quienes hacían política sí se vio reforzada por el Pacto por México -algo único que ocurría después de 12 años de inactividad política-, por las iniciativas de hacer algo en el plano social, por el discurso que consideró que el narcotráfico no era un problema de seguridad nacional sino de salud pública, por declarar cosas como que la verdadera guerra no debía ser contra el narcotráfico sino contra el hambre. Hay una serie de propuestas retóricas y luego las famosas reformas que implicaron 54 cambios en la Constitución, lo cual no es poco. Para mucha gente, todo esto generó la sensación de que se estaba haciendo política otra vez. Ahora, estudiadas las reformas, el detalle, te das cuenta de que muchas de ellas son muy limitadas, otras están mal hechas y otras son directamente irresponsables como la de hidrocarburos  que abre la puerta a una explotación inmoderada en aguas profundas, que no sabemos cómo se va a licitar, cómo se va a controlar, qué participación tendrá el Estado, etc. También el gobierno, en forma muy astuta, le bajó el volumen al tema del narcotráfico que era una obsesión monotemática de Felipe Calderón y al que no hablarlo dejaba de ser importante. Esto lo he platicado con amigos que cubren el tema del narcotráfico y contaban que ahora había menos interés en sus reportajes sobre el Narco, lo cual no quería decir que el tema había dejado de ser importante. Simplemente, ya no tiene tanta resonancia porque el gobierno no habla de él. Nada de esto tiene que ver con la realidad y demasiado pronto la administración de Enrique Peña Nieto festinó las reformas pensando que México llegaba al fin a la modernidad al mismo tiempo cayó radicalmente el precio del petróleo y acontecen escándalos como la casa del Presidente o tragedias como la de Ayotzinapa, cosas que vienen desde hace tiempo y que como una bomba estallaron en el actual inquilino de Los Pinos. Esto lastima por supuesto al Presidente, además de la mala gestión al respecto. Todas las dudas que nos quedan en la investigación… Enrique Peña Nieto festinó las reformas pensando que México llegaba al fin a la modernidad.

 

La reacción tardía.

La reacción tardía, así es. ¿Cómo es posible que el padre Solalinde tuviera más información concreta de los hechos y dijera: Se llevaron a los muchachos, los hicieron caminar, prepararon una hoguera y los quemaron? Eso lo dijo por lo menos 15 días antes de que se diera la información oficial. Entonces ahí, hay unas lagunas, como hay lagunas en torno a donde fue detenido Abarca, si en Veracruz o en México. La reacción del Presidente de trasladarse a Guerrero y decretar tres días de luto nacional fue tardía. Podría haber mostrado un grado de participación mayor suspendiendo por ejemplo su viaje a China, pero no lo hizo, lo que ha contribuido para que la bomba que estalló en sus manos, lo haya quemado más de la cuenta.

 

Ayotzinapa en particular y Guerrero en general plantean una paradoja. Por un lado se tiene la sensación de un narcoestado en toda regla y por el otro Guerreros Unidos parece estar ligado al Ejército más que al crimen organizado…

Guerrero tiene una descomposición social muy grande y lo que me parece lo más grave de todo esto es que eso ha estado muy documentado en libros como México armado, de Laura Castellanos o Hermanos en armas, de Luis Hernández Navarro…todo está allí. Es la historia de los movimientos armados en Guerrero, que tienen que ver con variables que se mantienen. Una de esas variables es la existencia de caciques locales. Es decir, Guerrero es un Estado donde ha habido impunidad absoluta para ejercer el poder en forma vertical y toda protesta contra esos poderes locales ha recibido la represión. Es un conjunto de cacicazgos respaldados por el gobernador. Digamos que es una cofradía la de autoritarismos la que ha mandado en Guerrero. Hay datos desde los ’50 en siglo pasado de campesinos asesinados por haber participado en algún tipo de insurgencia popular. Entonces tenemos esta variable de impunidad, del poder ejercido de manera absolutamente vertical; un Estado rico por lo que representa el turismo en Acapulco, pero muy pobre, que en los ’60 del siglo pasado tenía un 62 % de analfabetismo y era uno de los Estados más importantes en cuanto a población campesina, pero no en producción agrícola. Ahí, el factor de los maestros rurales ha sido neurálgico porque es un Estado básicamente rural en donde la gente no sabe leer y es entonces sometida por esa razón, con maestros que se convierten en la válvula de superación social y por lo tanto también de crítica y de organización política. Una de las grandes paradojas de Guerrero y eso sí es una especificidad respecto a otros lugares del país, es que ha habido de manera simultánea represión por parte de las autoridades locales, una gran organización popular y una resistencia muy fuerte. La mayoría de los movimientos sociales ha surgido después de graves matanzas. La matanza de Atoyac, la de Iguala, la de Aguas Blancas, que producen sucesivamente movimientos revolucionarios como el de Lucio Cabañas, el de Genaro Vázquez, el del EPR.

 

Maestros normalistas…

Sí, hay que tener en cuenta que tanto Lucio Cabañas como Genaro Vázquez fueron maestros normalistas. Vázquez fundó la Asociación Cívica Revolucionaria, un movimiento descartado por ingenuo por el propio gobierno local. Les llamaban “los civilocos” porque creían que iban a cambiar las cosas por la vía legal. Lo que hacen es tratar de cooptar a Genaro Vázquez, le ofrecen unos terrenos, dinero, una diputación y él no acepta, continúa su lucha, la lucha es reprimida de manera muy dura por lo que considera que su única salida es la lucha armada. Pocos años después ocurrió lo mismo con Lucio Cabañas, un maestro rural, líder estudiantil de Ayotzinapa, una historia casi de manual de lo que va a pasar otra vez en el futuro. Él fundó el Partido de los pobres, también una organización legal que trata de encontrar un cauce de renovación pacífica para sus ideas, se estrella con la realidad y se va a las armas. Después de la represión a la rebelión de Lucio Cabañas y de su muerte, desaparecen 173 personas aparentemente vinculadas con su lucha. Tenemos nuevamente esta dinámica de protesta social organizada y la respuesta en forma de represión social. Así se desata la llamada “Guerra sucia” que da lugar a una represión espantosa en el Estado de Guerrero.

 

Una guerra muy sucia…

Sí, documenta Laura Castellanos la base aérea que está fuera de Acapulco, Pie de la Cuesta, desde la que se arrojaba a los disidentes al mar en el mismo momento en que el gobierno de Luis Echeverría le daba asilo a disidentes políticos de Chile y Argentina, donde los disidentes eran a su vez echados al mar. Hablamos entonces del Estado bipolar y esquizofrénico que siempre ha sido México, pero que en Guerrero adquirió un rango mayor.

 

¿El narcotráfico cómo ha operado allí?

No soy especialista en el tema, pero por las diferentes crónicas que he leído siempre ha estado presente, aunque era realmente muy limitado. En tiempos de Lucio Cabañas y de Genaro Vázquez, sólo se plantaba marihuana, se repartían incluso la ruta entre los guerrilleros y los narcotraficantes. Al calor de lo que ha pasado en el México de los últimos años, el narcotráfico se ha convertido en una variable de apoyo a la impunidad local. Históricamente, en el Estado de Guerrero, esa impunidad ha sido ejercida por el ejército y la policía. Es posible que este ejército en nuestros días, además de la impunidad con que siempre ha contado en el Estado de Guerrero, esté infiltrado por el narcotráfico. O digámoslo así, patrocinado por el narcotráfico a nivel de armamentos, de dinero, de algún tipo de prebendas que reciben. El narcotráfico no es la causa de la violencia en el Estado, pero sin duda ha aumentado los efectos de esta violencia. La impunidad en el Estado de Guerrero ha estado siempre en manos de la policía y el ejército. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

 

¿Debemos imaginar un mapa donde aumente la acción del EPR?

Uno de los ejemplos que tenemos a la mano es el de Colombia. Creo que con mucha arrogancia los mexicanos decimos que “nos estamos colombianizando” y cuando oigo esto respondo que ojalá, porque si pensamos en la Colombia actual, se trata de un país que ha hecho mucho para recuperar el tejido social, para entender que no se trata exclusivamente de un problema militar, sino que tiene muchos ángulos y debe ser atacado mediantes claves educativas, políticas, culturales, de transmisión de valores y por toda una comprensión enorme de la situación. Remontándonos en el tiempo, a los peores momentos de Colombia, vemos que hay circunstancias inevitables en el tema del narcotráfico como la aparición de grupos paramilitares; es decir, gente que se siente indefensa o que considera que el Estado no la protege lo suficiente, ante un vacío de poder empieza a organizar grupos armados por su cuenta. Muy pronto, estos cuerpos armados empiezan a recibir entre sus filas a personas que provienen del crimen organizado. Los paramilitares son un ejército particular pero absolutamente corrompido por aquello que tratan de combatir. Esto lo hemos visto en Michoacán…

 

Con las autodefensas…

Donde esas autodefensas responden a muchas variables, que pueden ir desde las más nobles de los vecinos armados para defenderse, hasta los ex miembros de La Familia o de los Caballeros Templarios que se integran a un grupo y en nombre del pueblo empiezan a dominar una región. El caso de los paramilitares ya lo estamos viviendo; nos falta, hasta donde podemos detectar, el expediente de las FARC, que es justo a lo que apuntabas, es decir, la posibilidad de que una guerrilla se plantee el hecho de recibir apoyo de un cartel, dado que el ejército recibe apoyo de otro cartel. Eso está dado para que suceda, porque no hay ningún control al respecto, teniendo en cuenta de que la soberanía del Estado ha sido totalmente vulnerada. Tenemos la zona del Golfo, especialmente en Tamaulipas, donde el fenómeno es distinto pero igualmente pernicioso; hay un cartel básico o preponderante como ahora se dice para los medios de comunicación que es el que sustituye al Estado en el monopolio de la violencia. Los Zetas, más que narcotraficantes son los controladores de la violencia, tienen una estructura tributaria y las bandas de secuestradores, los narcos, los que se dedican a la piratería pagan comisión a los Zetas para que los dejen trabajar, entre comillas. Tenemos entonces ahí una ausencia total del Estado y una sustitución por parte de un grupo que surgió del propio Estado, porque no hay que olvidar que los Zetas eran cuerpos policíacos oficiales que se integraron a un cártel cuyo capo fue aniquilado y decidieron seguir trabajando por su cuenta. En realidad no se trata de personas que pertenezcan a la onda del contrabando o del narcotráfico, sino al ejercicio de la violencia y su control. Todo esto nos da un mapa donde el Estado es totalmente vulnerado y donde los partidos políticos han perdido toda credibilidad y hay un hartazgo ciudadano enorme. La situación que ahora enfrentamos es por un lado esta República emocional, esta nación del sentimiento, de la empatía, que está bastante articulada y por el otro la necesidad de convertir esto en una respuesta y la construcción de una alternativa.

 

¿Cómo se logra eso?

Para lograr eso hay que pasar por la política y creo que hay un descrédito tan grande en todos los frentes políticos que la única salida es construir algo que todavía no existe. O sea, estamos en Polonia antes de Solidarność, en India antes de Gandhi, en Sudáfrica antes de Mandela. Necesitamos un frente cívico, no necesariamente un líder. Necesitamos una organización que ciudadanice la política.

 

¿Puede renunciar Enrique Peña Nieto?

Creo que no va a renunciar Enrique Peña Nieto y tampoco me parece que esa sea la solución inmediata. Entiendo perfectamente el hartazgo que tenemos y la cultura piramidal de los mexicanos, en donde hay caudillos para todo… tenemos caudillo en el cemento, otro en la televisión, otro en las noticias…

 

No parece que en la literatura haya caudillos ahora.

Por el momento no, pero no desestimes a Fabricio Mejía Madrid. Podría llegar, sobre todo si Andrés Manuel es Presidente [risas]…

 

Andrés Manuel es el candidato más votado por los mexicanos en los últimos tiempos, ¿podría hacerse cargo del gobierno en una eventual crisis de mandato?

Insisto en que nada se soluciona con la renuncia de Peña Nieto y en que lo que tenemos que hacer es construir una alternativa. Tenemos ejemplos a la mano como la solidaridad que se generó con el Movimiento Zapatista en el ’94; las prácticas solidarias con caravanas de apoyo al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad; los distintos movimientos estudiantiles que ha habido; la articulación en redes sociales de #yo soy 132, es decir, hay estrategias que se pueden ir combinando, pero necesitamos construir eso, frentes muy importantes de renovación. Por ejemplo, incluso desde la iglesia con figuras como el padre Miguel Concha, el padre Alejandro Solalinde, figuras importantes como Lydia Cacho, que han articulado un discurso de indignación ciudadana…

 

Pero no son políticos.

Los políticos han hecho tan mal su trabajo…la política es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos. El gran problema de Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo, es que ha demostrado a través del tiempo que es un extraordinario luchador social, una persona capaz de soliviantar las conciencias, espléndido en la impugnación y en la movilización; al mismo tiempo, es una persona sin ninguna visión de estadista. Es una persona que ha recibido agravios e injusticias, pero que podría haber revertido esos agravios e injusticias a favor de su propia causa si hubiera actuado con una inteligencia política que no tuvo y si hubiera querido genuinamente alcanzar el poder.

 

¿Cómo es eso?

Me imagino que en el alma de Andrés Manuel López Obrador hay un rechazo enorme a la posibilidad de ser un Presidente real. Entre estar en la calle en huelga de hambre y tener que administrar un país donde a la mañana tiene que saludar a un embajador del Vaticano y a la tarde besar bebés en una guardería, elige lo primero. Para el temperamento de Andrés Manuel, ser un luchador social es algo mucho más vital y gratificante. Creo que él carece de capital político para articular a las mayorías. El plantón fue un gran error. Lo hizo de manera preventiva, antes de que el tribunal electoral analizara y fallara respecto a las elecciones. Utilizó el plantón como método de presión para obtener un resultado y no como protesta contra un resultado ilegítimo. El capital de movilización política que tiene Andrés Manuel López Obrador es enorme. Hay tres millones de personas que lo van a seguir a todas partes, pero su capacidad de aglutinación es muy baja y es alguien que jamás ha ejercido la autocrítica. La alternativa es un frente cívico y tiene que ser uno que en su misma forma de lucha prefigure la sociedad que desea.

 

Pero un frente cívico no puede gobernar México.

Claro que no, pero lo que puede hacer para las siguientes elecciones es plantear una plataforma política que pueda ganar con candidatos concretos.

 

¿Cuál es el político mexicano que respetas?

Sin duda Cuauhtémoc Cárdenas. Lo admiro mucho y creo que es la principal figura de la política mexicana, la única persona de la que podría decir que tiene un rango de dignidad extraordinario, un profundo sentido de lo que es la política, un gran respeto por el prójimo y que ha tratado de ejercer una postura socialdemócrata autocrítica, informada…ha tenido ya sus oportunidades, podría formar parte desde luego de este frente cívico, pero no podría ser el candidato dentro de cuatro años, creo.

 

¿Qué crees que pase por la cabeza de Peña Nieto en estos momentos?

Bueno, la pregunta anterior a esa es saber si tiene cabeza. Es un Presidente carente de toda capacidad de introspección. Lo hemos visto hablar de manera robótica durante mucho tiempo y sin duda alguna es una persona con cierta habilidad para la gestión y alguna que otra toma de decisiones, pero gobierna de una manera muy aislada respecto al país. No es un Presidente que esté cerca de la gente ni uno que tenga una visión de renovación de México. Las reformas son reformas administrativas que permiten allegarse en corto plazo a ciertos recursos. Por ejemplo, se está modificando la Ley de Parques Nacionales. Es una ley que hizo el general Cárdenas con Miguel Ángel de Quevedo desde los ’30 del siglo pasado y que mantenía un equilibrio ecológico importante para apoyar el abastecimiento de agua para las presas, o sea, propiciando el desarrollo económico sin dejar de proteger la naturaleza. Parques nacionales como el del Nevado de Toluca pasaron así a ser áreas totalmente protegidas, donde puedes practicar la explotación de las maderas, la ganadería, el turismo, la hotelería, siempre y cuando eso no vulnere el ecosistema. En la política de corto plazo que caracteriza la gestión de Enrique Peña Nieto esto puede significar asfaltar el paraíso. Quitarle a las futuras generaciones la posibilidad de tener naturaleza. Lo mismo sucede con la reforma energética. No hay ninguna disposición concreta de cómo se va a controlar la explotación en aguas profundas. Hay la idea de que se debe licitar caso por caso. Hay una comisión de hidrocarburos que lo debe supervisar y hay un consejo de Pémex que también debe intervenir. Cómo van a actuar estas personas, es según su criterio. Quiénes son estas personas, bueno, lo que se dijo es que debía ser gente con experiencia en el ramo y de probada integridad. Se trata de valores totalmente subjetivos. Para ser profesor de la UNAM tienes que tener doctorados, antigüedad, publicaciones, participación en revistas con arbitraje, asistencia a congresos, es decir, hay una serie de cosas que te permiten fungir como profesor, lo que tampoco quiere decir que por eso te conviertas inmediatamente en un buen profesor. Aquí, en cambio, no hay el menor candado para que alguien que por ejemplo haya ejercido cargos políticos esté en estas comisiones. Ya hubo un caso de conflictos de intereses en el caso de Luis Téllez, quien tiene intereses en compañías de hidrocarburos y al mismo tiempo iba a asesorar al gobierno en este rubro. Peña Nieto es un Presidente del corto plazo. Ha podido plantear lo que él considera que son resultados significativos de corto alcance, pero que le dan dinero. Lo hemos visto en la reforma de las telecomunicaciones. La original aprobada por el Congreso era extraordinaria, muy democrática al permitir la participación de minorías, la presencia de ombudsman autónomos y que luego fue rediseñada en Televisa y aprobada con modificaciones, pero que no cumplió con lo que se esperaba.

 

¿Qué sigue? La corrupción, como lo muestra la casa de Peña Nieto, parece no tener límites. ¿Cuánto dinero, cuántas cosas materiales, puede necesitar una persona para sentirse poderosa o feliz?

A la impunidad en México le podemos añadir el cinismo. Yo escribí un artículo nada original porque otros compañeros también lo hicieron en el que analizaba la declaración patrimonial del Presidente y su gabinete. Hay varias propiedades que tienen que no responden a ser producto de una compra o de una herencia. En varios casos se decía que eran donaciones, o sea, hay una economía de la dádiva aceptada públicamente que se puede incluso consultar en el IFAI. Varios compañeros periodistas se han tomado el trabajo de ver cuándo han ocurrido estas donaciones. No es casual que dichas donaciones se hayan concretado cuando estas personas han empezado a ocupar cargos de importancia en el Estado de México, en el Estado de Hidalgo, algo que está a la luz de todo el mundo… la casa del Presidente, expuesta en este momento, es realmente una afrenta para todos los mexicanos. Creo que hay de todos modos una sanción social muy grande frente a este hecho y lo que quisiera pensar es que la indignación no se va a apagar distrayéndonos con un partido de futbol o las ofertas del buen fin. Quisiera pensar que esto es duradero y que va a encarnar en formas de participación directa y en una respuesta ciudadana que permita transitar hacia una democracia cada vez más directa. El gran problema que tienen las democracias empantanadas es el carácter representativo y sobre todo en sociedades como la nuestra en donde no hay ninguna correlación entre el voto y lo que luego hacen los que fueron votados. Todo el mundo utiliza los cargos como trampolines para otra cosa. La solución a la larga es crear prácticas de democracia directa con participación ciudadana, con fiscalización de todos nosotros. Estamos prácticamente en pañales al respecto. Hay una palabra, intonso, aplicada a los libros que venían con las hojas pegadas y que hace referencia a cuando la imprenta estaba en pañales. Tenemos un país intonso, pero que puede despertar, como suelen hacer los que usan pañales.

 

¿Eres optimista?

Gramsci ha vuelto a tener razón. Debemos apelar al pesimismo de la inteligencia y al optimismo de la voluntad. Las cosas están de la chingada, pero vamos a seguir soñando. Una tía de Jorge Ibargüengoitia dijo más o menos lo mismo con otras palabras: la vida quiso que fuera desgraciada, pero no me dio la gana.

Un 26 de septiembre, seis asesinatos y 43 desapariciones forzadas de estudiantes de la escuela normal rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, expusieron el horror de México y unificaron en un grito a miles de mexicanos que han salido a las calles desesperados, dolidos, hartos de la violencia y la mafia política-criminal, ¿el inicio de una revolución? ¿es esta la chispa que hacía falta?, ¿cómo redirigirla hacia un cambio?, ¿qué hacer con la rabia, la impotencia y el miedo?

El presidente del Instituto de Acción Ciudadana, Edgardo Buscaglia, asevera que para romper el impasse de violencia y corrupción política que vive México, ahora expuesto mundialmente, se requiere de un movimiento social con propuesta y de la presión internacional.

“La élite cuenta con que el tsunami de dinero va a acallar conciencias colectivas de europeos y norteamericanos ante el tsunami de sangre que vive México… esa presión internacional no llega, se intentan contrarrestar los apoyos internacionales a la sociedad civil y mientras tanto continúa la impunidad”, señala.

Asimismo insiste en la necesidad de crear un movimiento social organizado con propuesta y agenda, que supere las “marchitas espasmódicas” y la inacción.

“Hay que ir con una agenda de medidas, qué quieres que el estado haga; en México hay mucha sociedad civil fragmentada, aterrorizada y amenazada y de vez en cuando, cuando están hasta la madre salen a la calle a gritar, pero después vuelven a su casa y se quedan por uno dos años y no hacen nada, no hay un compromiso y eso tiene que cambiar…en el movimiento por los derechos civiles de Marthin Luther King, tenían todo un conjunto de leyes de acceso al voto que las redes sociales monitoreaban, reportaban y denunciaban cuando se violaban esos derechos”.

El investigador de la universidad de Columbia subrayó que el miedo colectivo ha estado en Italia y Colombia, donde asesinaron a cientos de miles, sin embargo la gente se organizó, paralizó el sistema económico y político y obligó a la élite a tomar medidas, producto de una gran presión internacional y social.

México en el momento más oscuro de su historia

El investigador describe al país sumergido en uno de los periodos más oscuros de su historia, incluida la Independencia, donde se han registrado en los últimos ocho años 145 mil 323 muertes relacionadas con la violencia — 23 mil 640 muertes en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto hasta enero del 2014—, más de 23 mil personas desaparecidas y la aparición habitual de fosas clandestinas que sólo en lo que va del año se han exhumado 192 cadáveres

“México está en un periodo muy oscuro, quizá el más oscuro de su historia, quizá incluida su independencia porque aún cuando hubo mucha violencia, había idearios y hoy, hay una gran mediocridad, una enorme corrupción política”.

Destacó que esta etapa es similar a la vivida por Colombia o Italia donde el punto de quiebre fue la organización social.

“Lo que hay ahora es un retorno de las mafias con la peor de sus caras, ya no están acostumbradas a un estado que las controle, como sucedía anteriormente, esa pax mafiosa, esa regulación colapsó con la transición a una futura democracia que no termina por llegar y esos vacíos de controles hicieron que esos grupos criminales deseen controlar pedazos del estado mexicano, donde estamos ahora”.

Indicó que la falta de sentencias condenatorias aplicadas a delitos complejos y las casi inexistentes extinciones de dominio vía judicial han generado que los grupos criminales aprendan a vivir cada vez más en la impunidad.

“La violencia es un aprendizaje, porque en el fondo la corrupción política que siempre existió en México desde hace muchas décadas, hoy está descontrolada; los grupos criminales compiten cada vez con más violencia. Han decidido capturar a pedazos del estado y a sus políticos y, para mantener ese poder, usan la violencia para destruir a grupos adversarios”.

Explicó que el caso Iguala, donde hay relación entre grupos criminales y gobiernos municipales, es un botón de muestra de la violencia que vendrá.

“Los chicos de la normal de Ayotzinapa ya venían siendo hostigados, asediados y asesinados desde el 2011 cuando mataron a dos de ellos; ese patrón de violencia sigue in crescendo, ahora hay 43 desaparecidos y serán más en el futuro en la medida que esos controles judiciales y patrimoniales no se comiencen a operativizar. Esto es una paradoja porque normalmente comienzan a funcionar cuando los políticos se ponen de acuerdo con que no va más el descontrol porque les costará la vida política a ellos”.

Silencio cómplice internacional

Asesor en lucha contra la delincuencia organizada, así como en reformas judiciales para diversos organismos internacionales y bilaterales en 109 países de África, Asia, Europa, Latinoamérica indica que las masacres y las fosas comunes en México son tan frecuentes como lo eran en Colombia en la década de los 80 y 90.

“En México hay un pacto que ya no es doméstico, es un pacto internacional, porque empresas poderosísimas alemanas, españolas, americanas, asiáticas, conocidas universalmente que forman parte del acuerdo económico que mantiene las reglas de juego donde están y eso hace que las presiones internacionales hoy no existan para México”.

Recordó que una parte fundamental para que Colombia limpiara su casa con la separación de 11 mil cuerpos de policía y su cloaca de corrupción política, al interponer procesos penales a casi el 63% del congreso por vínculos con redes mafiosas, surgió a raíz de la presión internacional y social de la gente en las calles paralizando el sistema económico.

“En México esa presión internacional no llega y mientras tanto continúa la impunidad; se aplican ‘medidas maquillaje’ como crear una gendarmería que no atiende las raíces de la violencia y corrupción política y se siguen tomando medidas para que la comunidad internacional no tenga críticas que de alguna manera impidan la entrada anual de 30 mil millones de dólares de inversión extranjera… cuando en la ONU, los casos se pasan a Nueva York al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General para tomar cartas en el asunto, México comienza a presionar, a repartir dinero y a prometer programas ONU para que ésta acalle su conciencia. Todo eso hace un círculo vicioso de impunidad que no se explica solamente por la élite sino una conspiración por omisión…”

Iguala… gota que podría derramar el vaso

-¿En México con el caso de los 43 estudiantes desaparecidos, hemos llegado a ese punto de inflexión?

-No, cuando lleguen ustedes la gente saldrá a la calle a paralizar el sistema económico o político, están de a poco llegando a la conciencia colectiva de que la situación no va a más, pero aún sigues viendo muchas excusas para no actuar, sigue el síndrome de la “reunionitis” donde la primera reacción de la sociedad civil es escribir un reporte, hacer una manifestación espasmódica y luego reuniones y ésa no es la experiencia que han dado los grandes movimientos pacíficos, olvídate de la revolución. Lo que ha ocasionado cambios y mejoras han sido siempre movimientos caracterizados por una parálisis pacífica del sistema económico y político por parte de un conjunto de ciudadanos que salen en la calle.

Para Edgardo Buscaglia la sociedad llega a su propio momento de conciencia colectiva, “no sé cuándo va a ser o cuando será la última gota, pero en Iguala estos jóvenes en realidad son héroes, sufrieron el embate de la violencia más extrema de políticos mafiosos, un municipio de entre los 63 y el 77 por ciento del país que están controlados e involucrados con las mafias”.

Peña Nieto, un gestor empresarial

-¿Cuál es el papel del presidente, es un observador, lucha contra el narcotráfico o da continuidad al sistema?

-Más que un presidente es un gestor empresarial, un grupo que lo inventó como imagen y políticamente y lo colocó en un país en un estado débil donde el pato Donald puede ganar las elecciones, claro: si el pato tiene dinero. Básicamente tienes a ese hombre en la silla presidencial en un país que alguna vez tuvo su dignidad política. El caso de Ayotzinapa como lo fue Tlatelolco es un punto de inflexión en la historia de México… todo lo que hay ahora, es un retorno de las mafias con la peor de sus caras.

-¿Se ha rebasado al estado?

-Sí, está rebasado; en algunas áreas funciona defectuosamente, pero en el tema de la seguridad, México ha perdido el control de sus fronteras, es un exportador de inseguridad hemisférica y las medidas que propongo en mi libro “Vacíos de Poder en México” son 26 políticas públicas y cada una implica detener a las mafias políticas hoy representadas por alcaldes o gobernadores, pero son ellos quienes se oponen a implementarlas. No lo hacen porque no se conozcan o porque no exista gente inteligente en México, lo hacen porque les quita espacios de discrecionalidad.

Se deben establecer unidades de investigación patrimonial autárquicas que operen en una red integral entre estados que puedan investigar políticos y sus patrones de campañas y eso significaría una pérdida… todas estas medidas limitarían a la delincuencia organizada en su capacidad de generar violencia, pero son difíciles de implementar en condiciones como las actuales.


Sociedad organizada con agenda de cambio

Buscaglia insiste en la sociedad organizada con propuesta y seguimiento como uno de los factores que logre sacar a México del impasse de violencia en que está sumergido.

“Hay que ir con una agenda de medidas, qué quieres que el estado haga, primero rescatar a los partidos a través de una ley electoral, que los candidatos sean realmente elegidos por un voto popular abierto; que los financiamientos de campaña provengan totalmente del estado para evitar que entre dinero privado; recuperar a sus partidos de la corruptela de los caciques, para que éstos no representen una carrera mafiosa, sino un servicio público hacia futuro.

Segundo, frenar la corrupción política, que no es un término jurídico, hay que definir el tráfico de influencias, malversación de fondos y conflicto de intereses, son los tres delitos más comunes entre los políticos que no es el soborno, tercero, asegurarse de que exista una investigación patrimonial que comience a decomisar y a extinguir los dominios.

Buscaglia insiste como lo ha propuesto en otras ocasiones, en crear una ley que permita la reasignación social de bienes decomisados que hace que todos los inmuebles y muebles en manos de la mafia, sean reasignados para atender a las víctimas y a la rehabilitación, una política social que no existe y que no tiene la mayor parte de Latinoamérica.

“Eso forma parte de un tsunami de inversión pública a las áreas deterioradas del tejido social y eso genera un revuelo en la sociedad; ese tipo de leyes hace que inmuebles no queden en manos del estado, sino que vayan a la sociedad civil, vigilados por redes con gente como Solalinde. La ley debe hacerse bien para que estos bienes decomisados se asignen a asociaciones civiles que hagan trabajo operativo de servicio a víctimas, migrantes, niños huérfanos, asesorías jurídicas y ese tipo de infraestructura física que va a organizaciones que rescatan pandillas, con enfermedades de adicción, es una gama enorme de servicios que hoy no se brindan”.

Lucha pacífica pero incesante

Edgardo Buscaglia subraya que el movimiento social en México debe ser generalizado y territorial en su implementación, “todo lo pacífico que logre impacto tiene una agenda de medidas, en Italia y en Colombia lo tuvo, rodearon a los Congresos que se vieron forzados a tomar medidas como introducir tipos penales más abarcativos, unidades de investigación patrimonial, y hasta que no se implementen las leyes la gente no se mueve”.

“En esos movimientos había redes sociales de ciudadanos con propuesta de cambio, eso hace falta mucho en México, tienes mucha sociedad civil fragmentada, aterrorizada y amenazada y de vez en cuando, cuando están hasta la madre salen a la calle a gritar, pero después vuelven a su casa y se quedan por uno dos años y no hacen nada, no hay un compromiso…pero eso tiene que cambiar y se cambia llegando a estos puntos de inflexión…lamentablemente la tragedia de Iguala se pudo haber evitado, en 2011 sucedió y no hubo un movimiento social en su momento para generar ese oprobio popular.

“Esperemos que ahora Ayotzinapa sea la chispa, pero no se debe bajar la guardia porque estas mafias políticas tienen a sus embajadores y diplomáticos tratando de neutralizar la presión internacional, saben quelas masacres y las fosas comunes son el principio del fin de su poder mafioso y por lo tanto, tratan de neutralizarla. Hay que luchar, es una lucha sin cuartel que en caso nuestro debe ser pacífica pero incesante”.



México padece una larga crisis de derechos humanos visible hoy a nivel internacional a causa de la desaparición forzada de 43 estudiantes de una escuela pública de Guerrero. Lo último que sabemos con plena certeza es que estos jóvenes pobres y de izquierda, en su mayoría hijos de campesinos, fueron detenidos por un grupo de policías la noche del 26 de septiembre de 2014 en una ciudad donde opera el esquema oficial Mando Único, bajo el cual ejército, policía federal, estatal y municipal actúan de manera coordinada.

¿Lo que sucedió en Iguala se trata de una excepción en nuestro país? Desgraciadamente la respuesta es no. 

Con mayor énfasis desde 2006 y hasta la fecha, numerosos ciudadanos, así como organizaciones sociales y políticas han sido víctimas de una constante e ilegal represión por parte del Estado mexicano. En aquel año en que gobernaba Vicente Fox Quesada, valdría la pena recordar que tres trabajadores del sindicato minero fueron asesinados por la policía mientras mantenían una huelga; por las mismas fechas, dos jóvenes murieron durante el asalto de la policía al pueblo de San Salvador Atenco, donde un centenar de detenidos fueron torturados brutalmente y una docena de mujeres agredidas sexualmente; en la ciudad de Oaxaca, más de 20 activistas opositores al entonces gobernador, murieron bajo las balas disparadas desde escuadrones ilegales. 

De 2007 a 2012, durante el sexenio de Felipe Calderón, la crisis humanitaria se recrudeció al incorporar el término Guerra del Narco a la narrativa oficial. Miles de asesinatos, desapariciones forzadas, actos de tortura y detenciones ilegales, así como decenas de masacres ocurrieron en completa impunidad. Entre estos caídos, hay otras decenas de estudiantes. Por ejemplo, Jorge Mercado y Javier Francisco Arredondo, quienes fueron asesinados por un comando del Ejército, el cual después de matarlos intentó dejar irreconocibles los restos de estos dos estudiantes ejemplares del Tec de Monterrey, mediante la desfiguración de sus rostros, además de presentarlos ante la prensa como supuestos integrantes de Los Zetas.  

En 2013 y 2014, ya con Enrique Peña Nieto en la presidencia, la masacre de Tlatlaya y de Iguala, son los hechos más visibles, pero la lista es larga y va desde otras masacres que han sido ocultadas, hasta cientos de detenciones ilegales de activistas en diversos puntos del país.

En esta crisis de derechos humanos que ha sido denunciada puntualmente desde hace tiempo por organizaciones no gubernamentales, académicos y periodistas, son responsables prácticamente todos los partidos políticos, contando con la complicidad de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sobre todo bajo la presidencia de Raúl Plascencia, cuya reelección en el cargo sería una broma macabra. 

¿Qué sigue? Es una de las preguntas que ronda el país en estos días. 

Si esta grave crisis de derechos humanos que se padece sigue creciendo, no es difícil llegar a la conclusión de que ésta se transformará, en algún momento, en una crisis social y política en la que miles de mexicanos agraviados entre 2006 y 2014 podrían hacer algo más inteligente y organizado que incendiar la puerta del abandonado Palacio Nacional.

 

 

 

 

NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

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