Mientras conduzco por la Avenida Gómez Morín, una arteria principal dentro del llamado Corredor Seguro de Ciudad Juárez, veo cómo la tormenta viaja rumbo a mí. El cielo está partido por la mitad: una parte es azul, limpio, sin una sola nube; la otra es oscura, con relámpagos en las entrañas. Puedo verlo con detalle porque hay un embotellamiento, algo raro para esta amplia avenida. Conforme avanzo mis sospechas se aclaran: estacionada en un cajón frente a una tienda de abarrotes está una camioneta perforada por el lado del piloto y el parabrisas. En el área hay policías municipales, estatales y federales. Algunos colocan la cinta amarilla, otros van colocando los triangulitos amarillos que marcan las evidencias. En la parte…
Leer más ...