NUESTRA APARENTE RENDICION

Como si no faltaran tragedias en los eslabones de malas nuevas, el único detenido por el asesinato de Sandra Luz Hernández, la activista y madre de un joven desaparecido en el 2012, fue liberado por el Juzgado Noveno Penal, con sede en Culiacán. El argumento de las autoridades judiciales fue que la Procuraduría General de Justicia del Estado no aportó pruebas suficientes para sentenciar al presunto homicida.

Sandra Luz fue asesinada de 15 balazos, la mayoría en la cabeza, cuando seguía una supuesta pista sobre el paradero de su hijo, Édgar. Durante varios años se dedicó a visitar casas, preguntar por todos lados, tocar puertas con el pretexto de la venta de productos Avón, para conocer sobre ese joven que trabajó en el despacho del titular de la procuraduría local, Marco Antonio Higuera.

El homicidio fue el 12 de mayo de 2014, en la colonia Mazatlán, luego de haber recibido una llamada de desconocidos, quienes la citaron en este lugar. Fue una emboscada. Ahí, junto a otra activista que no se le despegaba, fue sorprendida por un hombre encapuchado, quien descendió de una camioneta de modelo reciente y le disparó a corta distancia. La mujer que la acompañaba resultó ilesa.

Por este asesinato y luego de investigaciones que la PGJE presumió como ejemplares, fue detenido Jesús Fernando Valenzuela Rodríguez. En muchas ocasiones, Sandra Luz les dijo a las autoridades estatales y federales que detrás de la desaparición de su hijo había dos hombres de apellido Valenzuela –entre ellos uno de nombre Joel-, con domicilio en las cercanías de la comunidad de Mojolo, pero nunca fueron molestados.

Versiones extraoficiales señalan que se trata de sicarios al servicio del Cártel de Sinaloa. Valenzuela señaló, según lo declaró después el procurador, que temía por su vida, ya que Sandra Luz lo había señalado varias veces y de forma insistente, y que por eso la citó con engaños y la asesinó.

En marzo, a mediados y de manera sigilosa, Valenzuela fue dejado en libertad y ahora se desconoce su paradero. Higuera Gómez responsabilizó a un abogado, de nombre Ignacio Acosta Román, a quien calificó como “abogado maravilla”, de practicar tráfico de influencias con el magistrado Manuel Sánchez Osuna. El presidente del Supremo Tribunal de Justicia, José Antonio García Becerra, negó tener elementos para iniciar una investigación y pidió a la procuraduría pruebas y una petición formal para realizar pesquisas internas.

En entrevista realizada por la reportera Miriam Ramírez, de Ríodoce, Cristian, uno de los hijos de Sandra Luz, advirtió que contra la mafia no se puede, y que no solo no cuentan con las autoridades sinaloenses para esclarecer este caso y se aplique la justicia, ya que tampoco confían en quienes están al frente del aparato estatal:

Esa mañana, Cristian responde a una llamada telefónica y acepta la entrevista. Él, su papá y otros familiares cercanos, se fueron de Culiacán casi una semana después del asesinato de su madre, y aun radican fuera de la ciudad.

“Primero nos pisotearon todo lo que pudieron y ahora salen con esto”, recrimina el hermano de Édgar, un joven desaparecido la noche del 12 de febrero de 2012, cuando la tragedia familiar apenas comenzaba.

Tristeza, impotencia, coraje, son los sentimientos que Cristian describe; los cuenta en ese orden y explica los por qué de cada uno.

A su hermano lo desaparecieron, a su mamá la asesinaron, a ambos los juzgaron. Ninguno ha recibido justicia.

Y es que Cristian no olvida que cuando la Procuraduría inició la investigación sobre el asesinato de su madre había elementos suficientes para detener al culpable y a varios implicados que también se relacionaban con la desaparición de Édgar.

Pero de repente, la historia dio un giro y de un día a otro, la familia de Sandra Luz escuchaba sorprendida al Procurador, Marco Antonio Higuera Gómez, declarar ante medios de comunicación nacionales que el presunto asesino había reaccionado casi en defensa propia, por temor a que Sandra Luz lo matara primero.

También le escucharon decir que Édgar había participado en el secuestro, homicidio y robo en contra de Manuel Alonso Ruiz Haro en el 2012, un mes antes de su desaparición.

“En la investigación desde un principio había muchas pruebas, de eso fueron testigos personal de los Derechos Humanos, tenían muchas pruebas para jalar a mucha gente, yo pensaba que iba a ser una investigación real y de un momento a otro, cuando presentan a este tipo como detenido cambió toda la versión que tenía el Procurador”, recuerda Cristian.

—¿Temen represalias a partir de que esta persona queda libre? se le pregunta a Cristian­.

—Desde un principio que nosotros nos dimos cuenta que el Procurador estaba completamente del lado de ellos, que estaba favoreciéndolos en todo lo que pudiera, nosotros mejor nos retiramos porque no tenemos los medios para hacerle frente a la mafia, y en este caso al Procurador tampoco, no es posible.

—¿Ustedes ven al Procurador en su contra?

—Completamente. Cuando presentan a este tipo que salió, cambió toda la versión, ya no fue nada de lo que tenían desde un principio y en ese momento decidimos salirnos de ahí (Culiacán), porque nos dimos cuenta que las cosas estaban mal.

Prohibido disentir, parece ser la lección de este y otros muchos casos. Sandra Luz buscaba justicia en el caso de su hijo Édgar, y claro, dar con él. En esa búsqueda, esa lucha, esa maraña de protestas enrabiadas y gritos en el desierto, encontró la muerte. Ahora, el único detenido por el asesinato de la activista fue libertad. Por eso, como dijo bien Cristian, contra la mafia no se puede. Son lo mismo.

Información adicional

  • Por: : Javier Valdéz Cárdenas
  • Biografía: Escritor, periodista, corresponsal de La Jornada en Culiacán, autor de los libros Malayerba, Miss Narco, Los morros del narco, y Levantones. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. / @ jvrvaldez
  • Fecha: 9 de abril de 2015

NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

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