Los primeros balazos se escucharon alrededor de las 15:30 horas, en esa vivienda que fue usada como casa de seguridad. Para entonces, el inmueble ya estaba rodeado por agentes de todas las corporaciones, en supuesta coordinación con la Unidad Especializada Antisecuestros (UEA), y elementos del Ejército Mexicano y Marina.
Tres presuntos secuestradores habían sido detenidos y ellos habían informado a la policía sobre la ubicación de los otros. En el inmueble mantenían cautivo al empresario Ernesto Valdez Solano, dueño de un restaurante en la capital sinaloense y cuya familia es dueña de una cadena de tiendas de muebles.
Once días estuvo cautivo el plagiado, por el que los secuestradores exigían 70 millones de pesos a cambio de su liberación.
Con derroche de torpezas e imprudencias, los agentes quisieron entrar a la casa de seguridad y liberar al joven empresario. Y fue en ese momento en el que todo se descompuso: la balacera se prolongó por cerca de 40 minutos, los alumnos de al menos dos planteles fueron sacados y llevados a sus casas y la vida en ese sector surponiente de la ciudad, en cerca de cinco colonias, se vio suspendida en medio del terror: paralizada y sus habitantes en el encierro expectante e infernal.
La clave estuvo en que los agentes desconocían las armas y la capacidad de fuego de los delincuentes, quienes recibieron a los uniformados con fusiles de alto poder, desde AK-47, conocido como cuerno de chivo, hasta el barreta calibre .50, con capacidad para atravesar vehículos blindados. Por eso, el vehículo Tiger que usa la policía para este tipo de casos, tuvo que retroceder. Y fue así que todo se descompuso.
Los delincuentes, según las autoridades, mataron a Valdez Solano durante la refriega. Aunque versiones extraoficiales indican que no fue así y que fueron los agentes, en medio de la confusión, quienes lo ultimaron. Para fortalecer esta hipótesis, el procurador General de Justicia del Estado, Marco Antonio Higuera Gómez, afirmó que en los otros secuestros realizados por esta banda –dirigida por un sobrino de Amado Carrillo Fuentes, el extinto capo que fue jefe del Cártel de Juárez-, todos los plagiados habían sido asesinados, a pesar de que se pagó el rescate.
Dijo que fueron ellos, los plagiarios, quienes dieron muerte al empresario, poco más de una hora antes de que llegara la policía. Lo cierto es que los vecinos del sector –que grabaron videos del operativo y tomaron fotos de la policía- aseguraron que antes del enfrentamiento no escucharon detonaciones.
Higuera Gómez aseguró que no fallaron en el rescate del empresario secuestrado Ernesto Valdez Solano, quien, aseguró, fue asesinado hora y media antes de que los policías se enfrentaran a balazos con un grupo armado.
Señaló que el líder de la banda fue identificado como Jaime Eduardo Carrillo Quevedo, hijo del extinto narcotraficante Rodolfo Carrillo –hermano de Amado-, muerto a balazos en Culiacán y quien fue uno de los jefes del Cártel de Juárez.
“No estamos ante un rescate fallido”, sostuvo el titular de la PGJE.
Dijo que el hoy occiso, empresario del sector mueblero y restaurantero, estaba secuestrado desde hace 11 días y por su rescate se pedían 70 millones de pesos, los cuales no fueron pagados..
Valdez tenía dos lesiones de bala en el pecho y fue ultimado, de acuerdo con las pruebas periciales a las que se refirió el procurador, alrededor de una hora y media antes de la balacera.
El enfrentamiento fue en sierra Tarahumaras y Guadalupe Victoria, en una vivienda que era usada como casa de seguridad, cerca de las 15:30 horas, y participaron agentes de las policías Ministerial, Estatal Preventiva y Municipal, además de elementos de la Marina y del Ejército Mexicano; en el lugar fueron recogidos cerca de 680 casquillos de diferente calibre.
En el lugar murieron dos personas y cinco personas fueron detenidas, cuatro de las cuales fueron identificadas como Luis Alberto Pérez Jácome, Jaime Eduardo Carrillo Quevedo, hijo del extinto narcotraficante Rodolfo Carrillo Fuentes –asesinado a balazos en septiembre de 2004 en el centro comercial Cinépolis-, Miguel Ángel Castillo Carrillo y Nelson Quintero González.
Higuera Gómez negó que haya sido un secuestro fallido, ya que el secuestrado ya había sido asesinado cuando llegaron los agentes. Informó que en el enfrentamiento fueron abatidos Jorge Joel Echeverria Portillo, quien era un ex militar que se dedicaba a cuidar a la víctima y comprar el armamento, y Cristian Paúl Benitez, que tenía el encargo de cuidar al empresario secuestrado.
El procurador precisó que Ernesto Valdez fue privado de su libertad el pasado 11 de abril durante la madrugada, cuando arribaba a su hogar. El empresario originario de El Rosario fue privado de su libertad por tres sujetos que se trasladaban a bordo de un vehículo Toyota Corolla.
Ese mismo día, los secuestradores se comunicaron con familiares de Ernesto Valdez para pedir un rescate por 70 millones de pesos.
Pero fue hasta ayer al mediodía, cuando autoridades detuvieron a Luis Alberto Pérez Jácome, quien proporcionó información de los integrantes de la banda.
Momentos más tarde, se logró capturar a quien señalaron como líder, Jaime Eduardo Carrillo Quevedo, hijo de Rodolfo Carrillo Fuentes, junto a dos de sus escoltas Miguel Ángel Castillo Carrillo y Nelson Quintero González, quienes se trasladaban a bordo de un mustang.
A partir de esta captura, las autoridades se dirigieron al domicilio donde se encontraría Ernesto Valdez en el sector Cañadas, pero según las declaraciones de los detenidos, el empresario podría ya estar muerto debido a que la forma de operar de la banda delictiva es pedir rescate y asesinar a sus víctimas, según detalló Higuera Gómez.
No fue un rescate fallido, dice el procurador, pero la máxima de este tipo de operativos es garantizar que el secuestrado salga con vida. Y eso no sucedió. Y con esto se vino abajo el prestigio que la unidad antisecuestros de Sinaloa (UEA) mantenía en el país y en el extranjero, a donde sus integrantes habían acudido a capacitar a policías locales.
