Como en las películas de asaltos magistrales, el gobierno de Guillermo Padrés quiere terminar robándose a sí mismo en un espectáculo dantesco. En la mañana del 30 de julio, a las 5 de la mañana, el palacio de gobierno fue atacada por un comando armado que inmovilizó a los guardias de seguridad y daño algunas oficinas. Según Navarro Sugich, Procurador de Justicia del Estado, no se sabe si el comando armado robo algo; sin embargo los medios locales sospechan que el evento se quiso ocultar a la opinión pública porque en un principio el ataque de los encapuchados se dio a conocer por redes sociales.
Este sospechoso golpe a las oficinas del gobierno estatal se da en el marco de la entrega-recepción del cambio de gobierno y de las acusaciones, por parte de autoridades mexicanas y norteamericanas, de lavado de dinero por parte de Padrés. De allí que la sospecha de que se cree es un autogolpe del gobierno estatal hecho para desaparecer información que pueda afectar a las esferas más altas del gobierno estatal. Así transcurren los últimos días de un gobierno que únicamente nos oculta información financiera, nunca fue claro cuando hablo de temas de seguridad, salud pública, así como sobre la contaminación del Río Sonora.
Los desplazados
A mediados de julio una nota circulo en varios medios locales, así como en uno que otro nacional, diciendo que elementos de la Policía Estatal ayudaban a alrededor de 40 familias del Ejido El Ejemplo a salir de sus casas. Sin embargo no se preciso que los habitantes de dicha población llevaban años en un proceso para abandonar sus casas porque poco a poco se acababan las actividades económicas que no estuvieran ligadas al crimen organizado. Al final únicamente se habitaban 5 viviendas que eran de dos familias, las cuales pidieron la ayuda policiaca para dejar sus hogares, porque ciertamente ya estaban muy desprotegidos en medio de una zona de trasiego y de mucha violencia en la entidad.
Independientemente de que sean 2 o 40 familias las que pidieron salir del Ejido El Ejemplo, la sensación de inseguridad en el municipio de Caborca, en Altar y en el Sasabe es algo que ha venido en aumento desde mucho tiempo atrás y al mismo tiempo cambiando la vida económica de la región, generando desplazamientos, que aunque directamente no tienen que ver con la violencia, indirectamente sí. Esto se debe a que si tomamos la muestra del Ejido El Ejemplo, el cual se dedicaba a la agricultura básicamente, va dejando esa actividad económica por su posición geográfica en la ruta de trasiego del desierto de Altar, generando así que sus pobladores cambien de actividad económica o se desplacen para conservar su modo de vida sin estar expuestos a una realidad a la cual no quieren pertenecer. A lo anterior se añaden los brotes de violencia que poco a poco van obligando a las personas a dejar sus casas para sentirse más seguras en otra población. De este modo el Ejido El Ejemplo se fue despoblando y ahora es un pueblo fantasma en medio del desierto.
La historia del Ejido El Ejemplo, valga la redundancia, sirve de ejemplo para ver como el narco cambia nuestra geografía directa o indirectamente. Porque ya sea generando cambios en la actividades económicas o aterrorizando a la población, los desplazamientos que provocan son uno de los tantos síntomas que provoca el narco en muchos poblaciones aisladas en la entidad y el país.
Los afectados
Cada vez son más los medios que comienzan a mostrar los daños a la salud que la contaminación en el Río Sonora está dejando en las poblaciones afectadas, ahora principalmente en los pobladores del Molino de Camou que pertenece al municipio de Hermosillo. Por desgracia las autoridades no hacen nada y dejan en el abandono a las personas de toda la cuenca sin siquiera advertirles de la contaminación por los metales pesados y que el agua que beben tarde o temprano les afectara la salud, menos les dicen que estas aguas deben ser tratadas por procesos como la osmosis inversa para separar los metales pesados del agua y que de nada sirve hervir el vital liquido. Lo peor de todo es que en junio las compuertas de la presa del molinito fueron abiertas, llevando así la contaminación hasta Hermosillo. Esto implica que ahora sí, la contaminación que se generó hace un año con el macro derrame de aproximadamente 40 mil metros cúbicos de tóxicos por parte de la mina Buena Vista del Cobre de Grupo México, está afectando a más de un millón de personas.
Las reacciones en Hermosillo sobre la contaminación han sido lentas, a pesar de que en las poblaciones rurales del municipio ya son cientos los que manifiestan malestares en la salud por la exposición a los metales pesados en el agua que usan para consumo diario. En cambio, en los pueblos que llevan ya un año afectados por la contaminación, ya hay una conciencia social del daño que esta contaminación ha hecho y desde hace 5 meses habían mantenido tomada, junto con los mineros de la sección 65, la estación de rebombeo “Los Patos” de la mina de Buena Vista del Cobre. Sin embargo el 24 de julio esta estación fue recuperada por elementos federales, desalojando a los manifestantes del Río Sonora y de la sección 65.
Este 6 de agosto ya se va a cumplir un año del macro derrame y se espera que en Hermosillo por fin se pueda dar una manifestación en la cual se demande el derecho a la verdad, a que se le informe a más de 800 mil hermosillenses que tan contaminada esta el agua que se usa diariamente para consumo humano, así como las medidas que se tomaran para encontrar una verdadera solución al peligro al cual se está expuesto por la contaminación que genera la irresponsabilidad de Grupo México.