NUESTRA APARENTE RENDICION

Marzo en Sonora: Los dos nuevos Sonora

El sábado 2 de abril el rotativo de mayor circulación de la entidad, El Imparcial, amanece con un encabezado que dice: “Tiroteo en Costa deja un muerto; van 15 asesinatos”. En la nota se recuerdan otros acontecimientos violentos en la comisaria del poblado Miguel Alemán durante lo que va del año en curso, así como también se maneja la teoría de que el repunte en la violencia se debe al reacomodo que está haciendo el crimen organizado en el narcomenudeo. Esta teoría se comenzó a manejar desde el acontecimiento del 5 de febrero, cuando fueron asesinadas 8 personas en la comisaría, que hasta la fecha sigue siendo el escenario de los acontecimientos más violentos del municipio de Hermosillo.

De acuerdo al semáforo delictivo, Sonora ahora está en rojo en delitos que en el sexenio pasado si acaso llegaban a estar en amarillo en sus momentos más álgidos. Actualmente los asesinatos, las extorsiones, los robos a casa habitación, las lesiones y las violaciones están en color rojo, mientras que el robo de carros en amarillo. Las justificaciones que se dan para esto muchas veces caen en lo ridículo, porque las autoridades se muestran insensibles y alejadas, como si fueran parte de otra realidad, de una en la cual todo es color de rosa, una realidad prefabricadas y ensañada mil veces como si fueran actos de campaña. Ya desde el sexenio pasado la clase política se había distinguido por esa distancia con la realidad; sin embargo, ahora vemos que cuando los números de la violencia se han disparado de una manera tan alarmante, la clásica política es incapaz de reconocerlo. Por lo contrario, viven como si en las colonias de Hermosillo no hubieran organizaciones vecinales que ajustician a rateros. Tampoco se dan cuenta que en Cajeme los narcos se matan en las plazas públicas, no se dan por aludidos cuando en la televisión nacional salen burreros de Nogales cruzando la frontera con el beneplácito de la Border Patrol mientras son captados por las cámaras.

En fin, existen dos Sonora, así como existen dos Veracruz y dos México; una que pertenece a ellos, la elite hegemónica de la clase política y empresarial, la de los insensibles, los impunes, los que andan tranquilos en la opacidad, y el otro que es donde se dispararon los índices de violencia y debemos sufrir las consecuencias de la impunidad, la corrupción y la ineficiencia de las autoridades que están más entretenidas en sus campañas, en tener sus cambios de imagen gubernamental, sin preocuparse por las cosas básicas que deseamos las personas de este país: paz, justicia y dignidad.

En la cara de la Border

Como buen estado fronterizo, cruzar al otro lado es parte de nuestra cotidianidad y para la clase media y la elite hegemónica, es una costumbre ir hacer varias compras al país vecino cada cierto tiempo. Por eso, para el comercio de Arizona, las compras de los mexicanos, principalmente los sonorenses, representa una de sus principales ganancias. Esta relación tan estrecha con el estado norteamericano con el cual tenemos vecindad ha tenido momentos ríspidos por las políticas antiinmigrantes que caracterizan a personajes como el sheriff Joe Arpaio o la Ley SB1070, mejor conocida como Ley Antiinmigrante de Arizona. En esos momentos la clase hegemónica en el poder político y empresarial de la entidad reaccionó con un mínimo de dignidad y fue capaz de ejercer presión, tanto económica, como política, para poner un alto a las iniciativas racistas que se daban del otro lado de la frontera.

En ese entonces la discusión no cuestionaba el hecho de que la frontera permitiera cada vez más que las mercancías viajaran con mayor facilidad. En cambio, ahora la frontera es más restrictiva con las personas que desean viajar de un país al otro. Me atrevo a decir que tanto del lado mexicano como del estadounidense no estaba en discusión que el tránsito de mercancías debería ser libre y el de las personas siguiera restringido o limitado, porque lo único que quería la elite sonorense era que los policías de Arizona no los confundiera con los indeseables inmigrantes. Hay que dejar claro que el problema de migración en la entidad les es indiferente y que son insensibles a la tragedia humanitaria que representan cada una de las vidas de los migrantes que se pierden en el desierto de Sonora o en la frontera entre los dos estados.

Esta misma insensibilidad de las autoridades mexicanas se presentó en el caso de José Antonio Elena Rodríguez, el adolescente que fue asesinado por un Border Patrol en el lado mexicano de la frontera. Su delito fue tirar piedras al enorme cerco que divide a los dos países. En esa ocasión las autoridades mexicanas no hicieron nada para pedir la identidad del agente que mato a José Antonio y menos hizo algo para pedir justicia a las autoridades norteamericanas, simple y sencillamente se subordino a la impunidad del país vecino.

Hago memoria de todo lo anterior para señalar que ahora —después de que TV Azteca grabó, de manera fortuita, a dos burreros cruzando la frontera frente a dos camionetas de la Border Patrol— ha dejado ver su faceta permisiva y cómplice con el crimen organizado de los dos lados de la frontera. Las autoridades del estado y esa elite hegemónica nuevamente presentan su rostro más indiferente. Esta grabación debió haber sido retomada por las autoridades estatales para exigir al gobierno norteamericano ser más congruente en su compromiso contra el crimen organizado y el narcotráfico. Pero no fue así, a la elite política y empresarial de la hegemonía sonorense le da igual la crisis humanitaria de la frontera, al igual que la violencia en la entidad, porque ellos están en sus eventos perfectamente planeados para evadir que el hecho de que Sonora arde y sangra de norte a sur.

El camino incierto de los migrantes en Sonora

La Red Sonora de casas y albergues migrantes —con ayuda de la Oficina en Washington para Centro para Asuntos Latinoamericanos (WOLA),  FUNDAR Centro de Análisis e Investigación y siete albergues  y organizaciones que defienden los derechos de los migrantes— presentaron en el Colegio Sonora el Informe: “Un Camino Incierto” en el cual dan a conocer como a partir de la entrada del Programa Frontera Sur (PFS) del Instituto Nacional de Migración (INM) han aumentado las detenciones arbitrarias y la violación de los DDHH de los migrantes en tránsito tanto en Sonora como en todo el país.

La participación de la Red Sonora —compuesta por: Iniciativa Kino para la Frontera (Nogales), Centro de Recursos para Migrantes (Agua Prieta), Centro Comunitario de Atención al Migrante y Necesitado (Altar) — da cuenta de que tanto el robo como la extorsión van acompañadas de restricciones al libre tránsito, detenciones arbitrarias, amenazas y tratos crueles por parte de la policía federal, policía preventiva y transito municipales, pero también de policía estatales, seguridad pública y el INM.De acuerdo a los datos que se presentaron en el Informe solo en Sonora, los albergues para migrantes registraron en el 2014: 35 casos de robo, 49 de extorsión, 15 de tortura, 43 de tratos crueles y 11 amenazas, más todas aquellas que pasaron desapercibidas y ni siquiera fueron registradas por los albergues de la Red Sonora.

En ese mismo informe y de acuerdo a los datos que se han podido recoger de enero del 2014 a junio del 2015 por la Red Sonora, se observa que los perpetradores más señalados son autoridades. En primera instancias, la Policía Federal es señalada como responsable en un 29.8% de los casos de violación de DDHH de migrantes en tránsito en la entidad, le siguen las Policías Municipales y de Transito con 22.8%, Policías Estatales de Seguridad con 7%, PGR con 7.4%, policía 7%, Protección Federal 7%, INM 4.6%, crimen organizado 4.2%, seguridad privada 1.9%, PEI 1.9%, Policía Turística 1.9%, Coyotes 0.9%, Marina 0.9%, Patrulla Fronteriza 0.9%, SEDENA 0.5% y algún actor indefinido 0.5%.

La crisis humanitaria que se describe en el informe “Un Camino Incierto” en la parte de Sonora nos indica que para los migrantes lo más peligroso en este territorio no es el crimen organizado, sino las autoridades. Esta situación ha hecho que la ruta migratoria, sacando la vuelta a las autoridades, se desvié a las zonas más inhóspitas, donde las condiciones climáticas son más extremas y los migrantes estén más expuestos a las altas temperaturas de ese asesino silencioso que es el sol del desierto.  Cómo siempre los migrantes son los primeros en sufrir las desgracias que vienen y en esta ocasión vuelven a ser los primeros en ser las víctimas de la insensibilidad y el abandono de las elites hegemónicas de la entidad que ni siquiera los ven pasar en sus viajes a Tucson.

 

 

 

Información adicional

  • Por: : Hermes D. Ceniceros
  • Fecha: 10 de abril de 2016

NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

Top Desktop version