NUESTRA APARENTE RENDICION

No te saques de onda, compa.  Estoy aquí para jalar.  Parte de mi investigación.  ¿Sabes? Un estudio sociológico.  Estudios sobre la Línea.  Simón, la neta.  Hago un estudio de campo.  Hostilidad de la línea.  Así que no te preocupes compita.  Que ya te veo vigilando la línea detrás de esos lentes de sol que no dejan ver tus ojos.  Seguro que son azules.  Tus ojos.

Ya te conozco, carnal.  Con esa mirada azul.

A mi jefa le encantaba esa canción.  Azul.  La cantaba cada mañana mientras limpiaba la cocina.  Azul.  Azul como el cielo de allá en el norte de California en el invierno.  Azul allá.  Azul aquí.  Al lado de la línea.  Me acuerdo estar tumbado de espaldas allí de ese lado, con la mirada hacia arriba y el cielo azul.  No dolía tanto, pensé.  No tanto. No con ese cielo azul arriba y la línea a mi lado.

¿Ves la línea?  Nos odia.

Pensarás que vengo aquí nomás para vaguear.  Pensarás que me paso el tiempo buscando la manera para cruzar al otro lado.  Pero no.  ¿Ya pa’ qué?  ‘Ta redura la cruzada.  Sobre todo por esta zona donde las ciudades gemelas se tocan.  Uno es capaz de morir de un balazo que luego se justificaría como self defense.  Neta.  Los verdes siempre buscan las suyas.  No fui yo, fue aquel que me venía aventando piedras desde el otro lado.  Tuve que disparar para protegerme.  No había de otra, jefe.  Tu jefe te comprenderá y te mandará a casa.  Al cabo ustedes son los defensores, los guardianes de la línea.  Habrá un informe.  Te presentarás frente a un tribunal donde repetirás la historia.  Y saldrás libre.  Self defense.  Luego por la noche en tu casa, estarás allí, verde Harris, con tu arma en la mano, limpiándola y pensando en tu regreso a la línea.

No. Por aquí no cruzo.  Y luego si voy al este, están las dunas y el desierto.  Hacia el oeste, más desierto y luego la sierra.  No. Mejor me quedo aquí, juntito a la línea y estas barras color cobre.  Y si me pongo juntito juntito, ni las veo.  Las barras.  Veo el otro lado.

Se parece mucho a este.

Carros.  Edificios.  Casas.  Campos.  Gente: esperando cruzar para allá, en camino de allá para acá con sus compras, parada en la línea mirando la gente ir y venir.  Y luego están los demás.  Los que siempre están.  El señor con la pierna quemada que pasa por entre la fila de carros. La niña con los ojos llorosos que busca a sus padres. La señora cansada que se siente al lado del muro.  Gente como ellos, gente que nadie ya ni ve.

Cómo tú, señor Harris.  Mr. verde Harris.  Allí parado de tu lado de la línea.  Y ni eres de aquí.  Eres de Montezuma.  Montezuma, Iowa.  Un pueblito de menos de dos mil personas en el llano de Iowa, rodeado estabas de campos de maíz y de soja.  ¿Qué sabías tú de la línea?  ¿Te podrías imaginar vivir en una zona metropolitana fronteriza de mas de millón y medio de personas?  Claro, hay más aquí de este lado.  Casi el triple.

¿Ves la línea? Nos odia.

Neta.

Así es.  Esa es mi conclusión.  Nos odia.  A todos igual. A ti y a mí.  A ti de tu lado. Y a mí de este.  No pidió estar aquí.  No pidió la forma en que está ahora: este muro formado por barras de cobre de unos 5 metros de altura, vigilado por los verdes y su tecnología militar avanzada.

No pidió esto.

La línea. Nunca la cruzas.  No como tu colega el verde Garza.  Ese bato es de por aquí, de Chula Vista.  A veces me lo encuentro acá de este lado.  Le gusta venir a las taquerías de esta gran ciudad fronteriza.  Por ejemplo los Tacos Ocotlán, El Nuevo Ciclón, o Tacos Meño.  También le gusta ir a la comida China, el Lucky 7, Misión Dragón, o algún café en La Chinesca aquí en el centro.

No le gusta decir cuál es su jale.  Obvio.  Ser verde y cruzar la línea para acá podría causar un incidente internacional.  No le importa tanto.  Le gusta cruzar.  También siempre está con sus camaradas que seguro le protegen.  Y lo mejor de todo, es que casi nunca le toca vigilar la línea por aquí.  Su zona es la sierra.  Así puede pasar casi desapercibido por aquí.

Aunque no le gusta anunciarse, le he oído hablar de lo que ha visto allá de noche en su zona.  Gente que al no poder cruzar por aquí se ha tenido que afrentarse a la sierra o al desierto.  Gente que caminaba perdida.  Gente abandonada por algún coyote.  Una mujer violada y tirada al pie de un cañon.  Un señor mayor enloquecido que juraba haber visto la muerte en una carroza recogiendo a migrantes que salían de entre los matorrales como si esperaban un camión.  Gente que salía directamente a él para ser salvada de la noche y el frío de la sierra.

La línea está llena de muertos.  Neta.  Gente que intentó cruzar y no pudo hacerlo.  Gente que se ahogó en un río. Gente que murió de sed en el desierto.  Gente que al poder saltar la línea y cruzar la sierra quedó atropellada.  Esa gente se queda en la línea.  Se vuelve parte de ella.

¿Ves la línea?  Nos odia.

Pero yo no.  ¿Cómo?  Es mi constante.  Es mi compañera.  Mi campo de estudio.  Mi modelo del año.  Sé que hay otras líneas.  Podría estar en la playa en Tijuana, con la brisa y las olas chocando contra el muro que se adentra al mar.  Podría estar al lado del Río Bravo.  Pero no.  Aquí me tocó quedarme.  Vengo aquí cada tardecita para caminar a su lado.  Hablarle de cualquier cosa.  Hablar con los demás que andan por aquí.  Esta es mi línea y no la abandono aunque una vez lo intenté.

No llegué lejos.  Pero eso ya lo sabes, verde Harris.

Mira, míster dizque guardián de la línea.  Mira.  Hay mucha gente aquí, amontonada juntito a la línea.  Aunque no nos ves, estamos aquí.  Mirándote a ti.

¿Ves la línea?

Información adicional

  • Publicado originalmente en:: Santiago Vaquera Vásquez
  • Biografía:

    Hijo de migrantes, nació en 1966 en el norte de California.  Ahora es profesor de literatura latinoamericana y escritura creativa en la Universidad de Iowa.  También ha sido profesor y visitante en universidades en Estados Unidos y España, entre ellas Penn State, Dartmouth, La Universidad de Salamanca y la Universidad de Alcalá de Henares.  Ha publicado cuentos en revistas  y antologías en España, Estados Unidos y América Latina, entre ellas Paralelo Sur, Etiqueta Negra, Número 0, Pequeñas resistencias y Se habla español: voces latinas en USA.

NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

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