Era una mañana helada… Esta sería la manera en la cual debería empezar esta historia, y no por donde voy a empezarla. Las historias no deberían estar precedidas de una aclaración. Al menos eso es lo que yo pienso, lo que digo siempre. Pero esa regla no me importa demasiado ahora, y menos tratándose de una historia verdadera, de algo que me pasó tal y cual voy a contarlo, y que me dejó el recuerdo imborrable y fugaz de la chica del pelo verde.Yo tenía menos de veintiún años y por ese entonces, en Argentina, eso significaba ser menor. Yo no era nada menor, hacía mucho tiempo ya que había entendido que la juventud es una palabra que quiere decir…
Leer más ...