Al Comandante Pedro, militante del ERP que iba a estar al mando durante el asalto a Monte Chingolo, lo atraparon poco antes de la fecha prevista para la operación. En Campo de Mayo, donde lo torturaron, uno de los tormentos fue el de abrirle el vientre y hacer que una rata le caminara por las tripas. Globos de sangre del tamaño de piñatas se inflaban a la altura de su estómago y explotaban una y otra vez bajo las patas del animal. Pedro no habló. Lo mataron. Dicen que si él hubiera estado al mando las cosas habrían salido mejor. Mi mamá, por ejemplo, una vez adentro del regimiento, no habría muerto ametrallada.Me acuerdo de esto porque hace poco, con…
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