La violencia está inscrita en la historia como una de sus formas, como historia misma. La historia de la violencia es el relato mismo de la historia, su detallado transcurso. Más allá de los esfuerzos contemporáneos para controlarla (leyes internacionales, asociación de derechos humanos, comités por la paz, Naciones Unidas, entre otras instancias) o, tal vez, esos mismo esfuerzos para controlar la violencia muestran que es, precisamente, incontrolable. Desde la guerra hasta el narcotráfico pasando por cada una de las irregularidades muestran que ninguna de las grandes articulaciones sociales que podrían aminorarla funcionan: ni la religión, ni la democracia.Sin embargo, día a día, la violencia es combatida. Al menos la impunidad y, en algunos casos, la inmunidad ha estrechado su…
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