Apuntes sobre la violencia en- mí I Como una planta maldita, la violencia se reproduce entre nosotros. En nosotros. Nos alimentamos con sus frutos y, sin percatarnos apenas, la multiplicamos y reproducimos cada día. Somos hijos de la violencia tanto o más que del amor; la violencia nos constituye, nos atraviesa, nos informa y modela, nos posee. ¿Cómo librarnos? ¿Cómo purificarnos y no ser más su semilla? Solo el arrepentimiento y el perdón nos libran. En ambos casos el movimiento es similar: se trata de ponernos en el lugar del otro; formas de lo que hoy llamamos empatía. Colocarnos en el lugar de aquellos a quienes violentamos nos conduce al arrepentimiento; hacerlo en el sitio de aquellos que nos violentaron, nos…
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