NUESTRA APARENTE RENDICION

Bordar por la paz Destacado

Dice Teresa Sordo que "bordar un pañuelo es un acto de amor y reconocimiento".  De esta manera, bordar en un pañuelo el nombre de alguna de las más de 60,000 personas que han muerto en el contexto de "la guerra contra el narco" es una forma amorosa y simbolica de demostrar que no estamos dispuestos a olvidar la violencia en la que está sumido México y que le ha arrebatado la vida a mujeres, niños y hombres de diversas edades y profesiones. Les presentamos el reconfortante texto de Teresa Sordo y la promesa desde Japón para replicar esta iniciativa.

 

 

 



Bordar por la paz

Hace meses supe que un grupo de mujeres se organizaron para bordar pañuelos a los muertos, los domingos en Coyoacán. No es cualquier cosa, porque, aún cuando ahora no sea común, hace años mi madre bordó mi nombre en una sábana y probablemente bordaba las iniciales de mi padre en sus pañuelos. Bordar un pañuelo es un acto de amor, de reconocimiento.

Y fue así que comenzamos a hacerlo en Guadalajara. Comprar pañuelos, aros, agujas, hilos. Llegar a "Menos Días Aquí" e imprimir una lista de 3 días solamente. Comenzar a transcribir la información a los pañuelos. ¿Cuántas formas de morir? ¿Cuántas manos criminales? ¿Por qué lo hacen? ¿Cómo es posible que no se investigue tamaña carnicería? Compramos 60 pañuelos en los que relatamos la violencia de solamente 2 y medio días. Nos lleva 3 horas bordar un pañuelo. En México cada 40 minutos ocurre un crimen violento.

Dos mujeres de 19 años fueron acribilladas cuando iban camino a la Universidad. ¿Cómo se llama esta puntada? No lo recuerdo, solamente se que la aprendí en el colegio. ¿Desde cuándo peligra la vida de dos mujeres que se dirigen a la Universidad? Nadie vió a los asesinos, nadie vió el crímen, nadie escuchó las balas, nadie asomó a las ventas para averiguar lo que ocurría. Las encontraron por la mañana. Hace mucho que no bordo, creo que algo anda mal, veo que está quedando chueco. No importa, me dicen. Si importa, me digo. Porque en algún rincón de mi mente vive escondida una idea que me dice que tal vez, si lo hago derechito como las monjas me lo decían, esto se arregle. Probablemente si no dejo muchos hilos o nudos en el reverso, sus familias encuentren la tranquilidad.

Bordamos al aire libre, bajo las sombras de los árboles. Se acerca una persona con su bordado en la mano. Comentamos. Vengo de otro estado, supe que estarían aquí. Tres sobrinos míos están desaparecidos. Jóvenes, muy jóvenes, guapos también. Iban con uno de sus hijos, de 2 años. Al niño lo encontraron en una Casa Hogar. No se llevan a los niños. Esta última frase queda en mi mente. ¿Tienen principios? Como si una pequeñísima luz iluminara una cueva oscura.

Bordamos tal vez porque queremos crear algo bello de los pedazos que recogemos del infierno. Porque unas manos pueden transformar las cosas y necesitamos transformarlas en cosas bellas porque ya muchas manos trabajan en hacer lo detestable, lo innombrable, lo incomprensible. Bordamos por la esperanza de que vuelva la Paz y porque quisieramos hacerlo en sabanitas para las cunas de los bebés o en pañuelos que los amados atesorarán en los bolsillos de sus pantalones.

Desde Japón

El proyecto "Bordar por la paz" me interesa adoptarlo para Japón porque bordar es como hacer grullas: un trabajo manual en el que cualquiera puede participar. Un trabajo que además no se puede hacer sin concentración y sin ponerle el corazón. Un trabajo que pone de relieve la iniciativa de NAR y el esfuerzo constante de los ciudadanos por llevar un record de los asesinatos inhumanos en nuestro país.

Por el momento mi primer dilema es técnico: no sé bordar. Pero bueno, espero que sea superable. Cuando tenga mi primera obra maestra le tomaré una foto y la pasaré. Los japoneses no necesariamente saben español por lo que pienso pedirle que borden diseños con los que están familiarizados en un cuadro y yo, después, pondré el nombre de las víctimas alrededor del cuadro.

Ellos verán su bordado en foto (en alguna página de la web) y les pondremos ahí en japonés un texto donde verán la historia de las víctimas a quien dedicaron el bordado.Por supuesto que sabrán de antemano sobre el propósito del bordado. La idea es que a través de este acto simbólico vayan captando poco a poco la realidad de México (que, dicho sea de paso, no es nada fácil de aprehender.

Al año del MPJD empezamos con este proyecto que durará y durará. Les deseamos suerte a los amigos de NAR con el proyecto Menos Días Aquí y esperamos en un futuro no muy lejano poder mandarles alguna foto.

Red Global por la Paz en México (Tokio)

Modificado por última vez en
Valora este artículo
(0 votos)

NUESTRA APARENTE RENDICION | 2010

Top Desktop version