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Los niños del país de Cherán, Morelia. Destacado

Cherán, Michoacán. Algún día los niños de Cherán serán abuelos y contarán la historia de su tierra. Contarán como “los malos”, mejor conocidos como los talamontes llegaron a cortar sus árboles porque querían “mucho dinero”.
Juan, un niño de 12 años se preocupa, “Si se acaban todos los árboles ¿qué vamos a respirar?” Esos niños han presenciado el conflicto de su tierra y forman parte de su lucha.
La primer barricada de Cherán recibía a los integrantes de la ‘Caravana por la Paz’ el domingo 26 de junio, con cinco niños arriba de costales llenos de arena. Todo el camino hasta la plaza principal del pueblo estaba lleno de infantes que se manifestaban con pancartas, a veces con los rostros cubiertos, a veces simplemente con su joven presencia.
En Cherán, los niños no son ajenos al conflicto. Conocen la riqueza de sus bosques y la situación actual que los acosa en la zona purépecha de Michoacán. Su último día de clases fue el 15 de abril, el viernes previo a las vacaciones de Semana Santa, pero recuerdan que un día después del día del niño se enteraron que no volverían a la escuela. “Dijeron que se iban a suspender las clases, porque los de Capácuaro iban a venir a las escuelas y que iban a matar a todos los niños”, narra Juan que no pierde la espontaneidad infantil y aún así puede hablar de cosas tan serias.

El conflicto en Cherán se desató el 15 de abril de 2011 cuando los comuneros detuvieron los camiones cargados de madera que bajaban de sus bosques. Desde aquél día, los 15 mil habitantes de Cherán se organizaron con barricadas en las entradas del pueblo y montaron en sus cuatro barrios 170 fogatas para mantener la vigilancia día y noche contra los talamontes y el crimen organizado, dedicados a saquear la madera de sus bosques, asesinar y extorsionar a los habitantes de Cherán.
Los niños tienen conciencia de la señal de alarma cuando empiezan a sonar los cuetes y las campanas, “ya no dejan salir a ningún niño que porque cuando suenan las campanas ya van a venir los de Capácuaro” explica Juan y Janeth una niña de ocho años se apresura a decir: “decían que iban a quemar todo el pueblo”.
Los resguardan en las casas y a su cuidado queda algún familiar. “Mi prima nos está cuidando en el cuarto para que no nos pase nada” enuncia Cinthya de siete años y continúa Janeth, “nos dice que todos los días tenemos que rezar que para que no nos pase nada”.
Algunos de los niños y las niñas permanecen en las fogatas hasta las dos de la mañana y luego se retiran a sus casas. Todo ese tiempo la pasan haciendo guardia y jugando entre ellos. Lo que ellos quieren es que Cherán vuelva a ser como era antes.
Janeth quiere que Cherán vuelva a ser bonito, cuando no secuestraban personas, ni las mataban. Juan quiere vuelva su pueblo pacífico. Cinthya quiere volver a la escuela.
Desde que no van a la escuela, sólo acuden a ella por tareas y sus madres se encargan de explicarles los deberes escolares y les resuelven sus dudas. Algunos maestros que viven en Cherán han optado por darles clases y concentran a los niños que van desde el kinder hasta sexto de primaria.
Ellos piden lo mismo que sus padres: que dejen de cortar los árboles, que se detengan las matanzas y los secuestros.
A todos ellos les ha tocado ver los escenarios del conflicto y les es fácil narrarlo desde la exposición fotográfica Mi Cherán K`erhi que registra los acontecimientos que suceden en Cherán. Ubican los camiones quemados, la realidad de sus bosques talados y luego quemados donde el suelo aún se siente caliente, recuerdan a Don Armando Estrada y a Don Pedro Juárez, dos personajes de Cherán asesinados en la lucha.
Yolita una mujer que integra las guardias de la Fogata No.6, se nota cansada pero firme ante las guardias, “primero sí estábamos todos, nos quedábamos, casi uno que se iba a dormir y venía otro, se iba otro y venía otro, ahorita ya estamos tres grupos en esta fogata, para poder descansar así, un día sale un grupo, un día otro grupo y otro día otro grupo y volvemos a salir”, piden ayuda al Ejército, pero en su petición son muy claros: “nosotros nos podemos cuidar, donde debería cuidar es allá (en los bosques)” y se preocupa por la parte del monte que ellos no pueden ver porque les dicen que por allá están sacando la madera.
Para ellos, los adultos, es importante el bosque, porque ahí tienen a sus animales, porque algunos de Cheran viven de las resinas que dan los árboles, los hongos, las “hierbitas” y todo lo que les da el bosque.
“Gente de fuera vino a hacernos ese perjuicio aquí, ¿dónde no nos vamos a levantar poquito nosotros para hablar algo? Nosotros también estábamos con miedito, ¿qué les vamos a decir a la gente de fuera? Y dicen que andaban armados… ¿Nosotros qué hacíamos a las últimas? Se levantó toda la gente, todo Cherán y así estamos”, argumenta Yolita sin bajar los ánimos en una guardia que les ha tomado casi tres meses entre cansancio, estrés y desesperación después de ver 20 mil hectáreas de bosque devastadas.
A los adultos de Cherán les preocupan sus niños porque están todos alterados. “La otra vez me sorprendió de que todos los niños están captando todo eso, vi que unos niños estaban ahí jugando con unos palitos… ‘que ya nos vamos a entrar porque ahí vienen los malos, ya nos vamos a entrar…’ y así jugando eso, ya tenían  eso en la cabeza, ahora imagínese qué les puede resultar después”, cuenta Yolita preocupada de la conciencia con la que los niños experimentan la situación y preocupada también porque la economía está prácticamente parada en Cherán, sobretodo con el comercio y que viven con el consuelo de las remesas con las que cuentan algunos habitantes que tienen familiares en Estados Unidos.
El pueblo de Cherán espera respuesta y la resolución a algunas propuestas como la de reforestar sus bosques para que a su vez les proporcione empleo a sus habitantes.
Desde algunas calles cercanas a la plaza principal del pueblo, los infantes pueden señalar la parte del bosque que se ve toda “pelada” y entre ellos declaran: “Los niños quieren un planeta verde” dice Cinthya, “los niños de aquí, de todo el país de Cherán”, concluye Janeth.

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  • Publicado originalmente en:: Alejandra Del Castillo
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Nuestra Aparente Rendición

Gestión del Portal Nuestra Aparente Rendición.

Nació en Barcelona en 1970, pero ha vivido en Albons (Baix Empordà), Estados Unidos, la India y durante diez años en Ciudad de México. Es licenciada en filosofía por la Universidad de Barcelona, tiene un diplomado en escritura creativa de la Sociedad General de Escritores Mexicanos (SOGEM) y un posgrado en letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Escribe, a la vez, en catalán y castellano. Y su obra ha sido traducida al polaco, al alemán, al inglés, al gallego, al valenciano y al euskera. También ha publicado literatura infantil y juvenil, géneros con los que ha cosechado diferentes premios.

En 2004 ganó el Òmnium Cultural de Experimentación Literaria, en 2006 fue elegida Nuevo Talento FNAC y en 2009 fue finalista del Premi Salambó, el Amat-Piniella y el Premio Fundación Lara de Novela. En 2007, además, recibió el reconocimiento de los lectores y la crítica con los premios de literatura juvenil Protagonista Jove y Serra d’Or. Y en 2010 Edicions 62 le concedió el Premi Octavi Pallissa de creación para terminar una novela sobre la historia del narcotráfico mexicano en la que lleva seis años trabajando: Camps de caputxins abans de tot això / Campos de amapola antes de esto.

En 2007 dirigió en Barcelona el festival literario Fet a Mèxic. Y tras crear el Colectivo Fu de Literatura, dirigió un nuevo festival: Fet a Amèrica – Festival internacional de novela contemporánea en lengua castellana / Barcelona, otoño 2010. Además coordina, en colaboración con otros miembros del colectivo, otros proyectos literarios como la biblioteca para los presos de la prisión de Valledupar (Colombia) que apadrina Juan Marsé, o la biblioteca infantil para la Fundación Lydia Cacho.

En 2010 la adaptación de su novela Elisa Kiseljak ganó el Premio Especial del Jurado del 58 Festival de Cine de San Sebastián y fue seleccionada para el Festival de Londres BFI, el Festival de Estocolmo, el Festival de Toulouse, el Festival de Montreal Nouveau Cinema, el Festival de Marsella y el Festival de las Bahamas, entre otros.

Anteriormente, en el año 2000, había fundado con el escritor peruano-mexicano Mario Bellatin la Escuela Dinámica de Escritores en la Casa Refugio Citlaltépetl de la Ciudad de México, y antes fue maestra de literatura y filosofía de la Universidad del Claustro de Sor Juana, también en la Ciudad de México, y dio clases en la UNAM y en el Orfeó Català de Mèxic. Hoy da, en distintos lugares, cursos de pensamiento y creación de novela contemporánea con un método propio.

Colabora o ha colaborado en diversos medios de comunicación, como los suplementos Babelia o Cultura/s; los periódicos El País, La Vanguàrdia o El Periódico y Público; o los medios mexicanos Letras Libres y El Universal. También ha participado en programas culturales para la televisión como Saló de lectura, l’Hora del lector y Ànima, donde ha hecho crítica de literatura y teatro; y para la radio, como Els Matins de Catalunya Ràdio o El Secret, donde en la actualidad hace crítica teatral. Actualmente, además, escribe columnas de opinión en Públic y crítica literaria para algunos medios catalanes y mexicanos.

En los últimos años ha publicado: Això que veus és un rostre (CCG Edicions, 2005 / Sexto Piso, 2009), Elisa Kiseljak, (La Campana, 2005), Tres historias europeas (Caballo de Troya, Debolsillo, 2006 / LaButxaca, 2010), La persona que fuimos (Mondadori, 2006 / Empúries, 2006), su antología personal de literatura mexicana Hecho en México (Mondadori, 2007), Insólita ilusión, insólita certeza (Mondadori, 2007 / Empúries, 2007), Una: la historia de Piiter y Py (Almadía, 2008), La familia de mi padre (Mondadori, 2008 / Empúries, 2008), Japón escrito (autoedición, Barcelona, 2009) y una antología personal de literatura catalana contemporánea (Voces de la literatura catalana - Empúries / Anagrama, 2010.) Próximamente aparecerá su primer ensayo narrativo sobre la escritura (Ahora, escribo, - Empúries / Periférica, 2010.) Publica su obra literaria en catalán en Empúries y en castellano en Literatura Mondadori, pero edita también en otras editoriales independientes como las españolas Anagrama y Periférica, las mexicanas Almadía y Sexto Piso, o la peruana Borrador Editores.

Gestiona el blog Nuestra Aparente Rendición sobre la violencia en México. E incursiona, además y siempre, en el teatro y la fotografía: géneros que le son íntimos, necesarios y cercanos para pensar la escritura.

Sitio Web: www.lolitabosch.com

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