Tú y yo coincidimos en la noche terrible

DOLORES GUADALUPE GARCÍA ESCAMILLA

A Lupita García nunca le tembló la voz

 

Guadalupe García Escamilla peleó 12 días por su vida. El 4 de abril de 2005 recibió nueve impactos de bala cuando llegaba a su trabajo en la emisora XHNOE Stéreo 91 de Nuevo Laredo, Tamaulipas, en la que era conductora del programa Punto Rojo dedicado a temas judiciales.

Con disparos que le afectaron el pecho, el estómago y las extremidades, fue trasladada a un centro asistencial. Su mamá, Beatriz Escamilla, quien la definió como “su razón de ser”, la acompañó hasta su muerte el 16 de abril.

Lupita, como la llamaban su familia y amigos, tenía 39 años, era madre de un adolescente, fue jefe de prensa del Ayuntamiento de Nuevo Laredo entre 1994 y 1997, delegada administrativa de la Policía entre 1998 y 2001 y acababa de comprar una casa que todavía estaba pagando.

Por eso y porque al momento de su muerte solo tenía 2.300 dólares en sus cuentas de banco, sus familiares no están de acuerdo con la versión del Subprocurador de Chihuahua, Rogelio García Fernández, quien indicó que se investigaba una presunta relación de la reportera con los Zetas, brazo armado del Cártel del Golfo. “Determinaba qué información se debía publicar y cuál no”, dijo el Subprocurador a varios medios de comunicación.

Noé Cuellar, dueño de la estación para la que trabajaba, la definió como una mujer trabajadora que se ganó su espacio en la radio a pesar de que al principio algunos la criticaban porque su tono de voz no le agradaba a la gente. Pero su labor investigativa la llevó a convertirse en “la voz de la ciudad”.

Según la Procuraduría General de Justicia del Estado, el que le costó la vida no era el primer atentado contra la periodista. El 5 de enero de 2005 le incineraron su carro, y aunque puso la denuncia la investigación no prosperó. Además, el 18 de marzo fue amenazada a través de una llamada telefónica y por la frecuencia de la Policía también recibió algunos ataques verbales.

Su jefe, Roberto Gálvez Martínez, dijo al diario Hoy Tamaulipas que quienes escuchaban la frecuencia de la Policía podían haber escuchado las amenazas: “Lupita García, eres la siguiente, ¡Viva Sinaloa!”. De ahí que sus compañeros de la emisora también descartaron las acusaciones de corrupción, al asegurar que en muchas ocasiones le pidieron no profundizar en algunos temas porque podría correr peligro. Para ellos, Lupita era una mujer tenaz que siempre le puso amor a su trabajo.

Su última nota tuvo que ver con el homicidio de Fernando Partida Castañeda, ex presidente de la barra de abogados de Tamaulipas que tenía a su cargo la defensa de varios narcotraficantes, y quien fue baleado el 4 de abril: un día antes del ataque a la periodista.

En su programa Punto Rojo, la periodista dio algunos detalles sobre el asesinato que, según las autoridades judiciales, no eran públicos y sólo podían conocer personas cercanas a quiénes ordenaron el homicidio. Mercedes Guillén Vicente, Procuradora General de Justicia del Estado, señaló que ambos homicidios podrían estar relacionados, más si se tiene en cuenta que fueron cometidos de forma similar: un sicario que disparó con un arma 9mm a quemarropa y huyó en medio de la confusión.

La Procuraduría tampoco descartó que estos homicidios estuvieran relacionados con la agresión del abogado Anselmo Guarneros, quien también habría defendido a narcotraficantes.

En 2007, dos años después su muerte, la Sociedad Interamericana de Prensa pidió a “la Procuraduría General de la República que resuelva el homicidio de la reportera Guadalupe García Escamilla, detenga a los responsables y los someta a juicio. Y que presente un informe en el que de forma sólida se sustenten los motivos de su asesinato”.

Tres años después del homicidio, en 2008, un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos señaló que “hasta la fecha en que fue acordada la declinatoria no existían personas identificadas o señaladas como probables responsables del homicidio. El Estado indicó que no se está en posibilidad de afirmar o negar que los hechos tuvieran relación con la actividad periodística de García Escamilla”.

Información adicional

  • Autor/a: Clara Isabel Vélez Rincón
  • Bio autor/a: Periodista del área Actualidad del Periódico El Colombiano, de Medellín, Colombia.

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