Tú y yo coincidimos en la noche terrible

JUAN CARLOS HERNÁNDEZ MUNDO

Taxco: Plata y plomo

 

El 7 de junio de 2010 desde Taxco, una población 174 kilómetros al sur de la capital mexicana y famosa internacionalmente por su plata, surgían las noticias de la muerte. En la mina La Concha habían sido encontrados un total de 55 cadáveres, uno de los hallazgos más dramáticos en un país que en los últimos años se ha acostumbrado a la repetición de las masacres y a la acumulación de asesinatos individuales. Esta costumbre mal sana, esta convivencia con los crímenes de los narcotraficantes y extorsionadores, no podría ocurrir sin la impunidad. Se sabe que los matan, pero pocas veces se sabe que se les haga justicia. Como en el caso de Juan Carlos Hernández Mundo, periodista entre otras cosas, asesinado de tres tiros el 27 de febrero de 2009 en una población de Taxco.

Juan Carlos Hernández Mundo iba a cumplir 40 años cuando murió. Comenzó su vida laboral en un taller eléctrico. Luego fue policía ministerial. Más tarde, taxista. Cuando cruzó los 35 años de edad, y tras haber incursionado esporádicamente en el periodismo, recibió una invitación de Adalberto Catalán para relanzar una publicación que llevaba por nombre El Quijote. El recuento lo hace su viuda, Martha Mata, quien estuvo casada con Juan Carlos casi veinte años, luego de tres años de noviazgo.

“Cuando a él le gustaba algo no paraba hasta que lo conseguía”, dice Martha vía telefónica. Y lo que a Juan Carlos le había gustado, aunque fuera de manera tardía, fue el periodismo. “Nunca pensamos que fuera una cosa riesgosa. Sí tuvo amenazas. Me decía ‘ya se enojaron por la columna’, pero hasta ahí. Nunca me dijo nada, a mí me protegió. Lo que veía él lo expresaba, no se callaba. Le decían que ‘Que le bajara de blanquillos’. Que se callara o lo iban a callar. Él era una persona muy valiente, y no le importaba, no era fácil amedrentarlo”.

José Arciniega conocía a Juan Carlos Hernández Mundo desde que eran niños. De adultos, se volvieron compadres y colegas en el periodismo. “Era un hombre muy terco. Creía que a través de escribir lo que le estaba sucediendo al pueblo, podrían obtenerse bondades, cuando sale la verdad las cosas se mejoran, eso creía. Que había que investigarlas, escribirlas y decirlas como son”, dice vía telefónica el también director del Ultimátum de Taxco.

Ni su mujer ni su compadre saben quién mató o por qué a Juan Carlos, nacido en 1968. “No nos queda muy claro, él inclusive andaba con una mujer que seguía casada, se enamoró mucho de ella, andaba muy clavado. Recibía amenazas del marido. La mujer le estaba aniquilando su economía, porque le pedía dinero. Él estaba medio separado de Martha”, narra Arciniega, quien explica que temeroso de que fueran a atentar en su contra su amigo portaba un arma .38 súper.

“No tengo idea de quién lo mató. Yo no sabía nada”, agrega Martha. “No quise abrir investigaciones porque yo dije: yo voy a proteger lo único que él me dejó, mi hijo, e incluso ahora no quiero investigar”.

Ni la viuda ni Arciniega fueron llamados a declarar por la policía sobre el asesinato. “Es como todo en el estado de Guerrero: matan a alguien y la misma policía cierra el expediente al decir, ‘no, este andaba con la mafia’, y ya, se cierra el expediente, no se investiga más. Incluso llegaron a decir que vendía cocaína”.

Desde 2003, en Guerrero han sido asesinados 8 periodistas, según la lista documentada por el capítulo México de la ong Artículo 19, entre ellos no aparece Juan Carlos. A petición mía, la organización explica por qué dejó fuera este homicidio: “Al revisar los casos enlistados de los últimos once años, puede concluirse que la metodología con la que la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha integrado sus registros (de periodistas asesinados) es poco clara, pues no se advierte la aplicación de criterios consistentes en su construcción o en el seguimiento de los casos.

“Entre los casos que presentan discrepancias graves se encuentra el de Juan Carlos Hernández Mundo, asesinado el 27 de febrero de 2009 e identificado como director del periódico El Quijote de Taxco, Guerrero, de quien se confirmó que no era periodista.
Artículo 19 pudo establecer que El Quijote era una publicación de aparición esporádica. Hernández Mundo era a su vez un taxista, ex agente ministerial, que fungía como prestanombres del verdadero director y propietario: Adalberto Catalán. Según, José Antonio Mundo Estrada, director del diario Siglo XXI en la ciudad de Taxco y familiar del fallecido, éste no tenía relación con la actividad periodística”.

Tanto Arciniega como el propio Adalberto Catalán, entrevistados por separado, niegan que Hernández Mundo fuera prestanombres, y lo reivindican como periodista.

“Hay cosas que duelen todavía”, dice Marta al recordar que a su marido le gustaba la música de Rocío Dúrcal, Joan Sebastian y Juan Gabriel. Muerto a plena luz del día, periodista o no, las autoridades no buscaron el testimonio ni de su compadre ni de su viuda. Si no iniciaron por ahí, el final de las pesquisas llegó muy pronto: terminó en la nada.

            

 

Información adicional

  • Autor/a: Salvador Camarena
  • Bio autor/a: Periodista y locutor de radio.

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