A tres años, sin esclarecerse muerte de periodista en Jalisco
El 24 de noviembre de 2009 fue hallado muerto en su departamento de Ciudad Guzmán, al sur de la capital de Jalisco, el periodista José Emilio Galindo Robles, director de Radio Universidad de Guadalajara [UdeG] en esa ciudad.
Según notas periodísticas de esa fecha, Galindo Robles fue encontrado atado de pies y manos a su cama; aparentemente fue asesinado a golpes y su muerte habría sucedido unos dos o tres días antes de encontrarlo, dado el estado de descomposición en el que fue encontrado su cuerpo.
Luz Elena Castillo Díaz, directora de la Red de Radiodifusores de la UdeG, jefa directa del periodista en ese momento, relató que al mes de junio de 2012, casi tres años después del homicidio, no se ha informado sobre la captura del o los asesinos. Dada su cercanía con Galindo Robles, Castillo Díaz fue llamada varias veces a declarar ante las autoridades de la Procuraduría General de Justicia de Jalisco, dependencia que calificó de poco profesional y omisa por la forma en la que se llevó esa primera parte de la investigación.
Del departamento donde ocurrió el asesinato, los presuntos homicidas se llevaron la computadora personal y el teléfono celular del periodista. Ahí se encontró una caja de un celular, que aparentemente había sido comprado recientemente, varios vasos y restos de comida. Se presume que antes de su muerte, habría estado reunido con al menos dos personas dentro del lugar.
Este periodista, que además era poeta y pintor, se había especializado en investigaciones ambientales, logrando varios reconocimientos y premios a nivel nacional por su trabajo. Una de sus investigaciones más importantes fue ‘Pueblos veneno, el peligro que no se ve’, por la que ganó el Premio Nacional de Periodismo Ambiental en el año 2004. En esta pieza periodística documentó, con testimonios de ex empleados de algunas fábricas, que empresas nacionales y transnacionales habían enterrado cianuro en zonas de escurrimiento que desembocaban en el río Santiago, entre los municipios del Salto y Juanacatlán, conurbados a la ciudad de Guadalajara.
Además, se le recuerda como uno de los primeros periodistas que se atrevió a denunciar la depredación del Bosque de la Primavera, al oeste de la ciudad de Guadalajara en el estado de Jalisco, incendiado varias veces, presumiblemente de forma deliberada, por empresarios desarrolladores de vivienda del estado.
Amigos cercanos a Pepe, como cariñosamente le llamaban, platicaron que al momento de ser asesinado Galindo Robles estaba por concluir una tesis de maestría con alrededor de 500 entrevistas a personas relacionadas o afectadas por la contaminación de este río. “Estaba haciendo una maestría en ciencias ambientales y estaba haciendo una especie de estudio de caso con entrevistas a personas por afectaciones de contaminación en el Río Santiago. Lo único que sé es que tuvo que hacer muchísimas entrevistas más de las que ordinariamente te piden para una tesis”, dijo Josefina Real Ramírez, conductora de UdeG noticias y reportera de Proceso Jalisco.
A pesar de esto, tanto Castillo Díaz como Real Ramírez coincidieron en que al menos dentro de Radio UdeG nunca se supo de alguna amenaza o reclamo en contra de Pepe por su trabajo, a pesar de que era considerado un periodista de línea dura que no se dejaba censurar. “Que lo hayamos constatado, visto o que él lo haya externado, tampoco. Él era muy cuidadoso con su vida personal, pero en relación con su trabajo siempre externaba todo y eso nunca se dio”, dijo Real Ramírez. “Y sí lo hubiera dicho, porque él tenía buena relación con todos, era muy querido desde por el vendedor de diarios de aquí afuera [de Radio UdeG] hasta por el rector”, reafirmó Castillo Díaz.
Galindo Robles fue asesinado mientras en la UdeG se vivían días convulsos, luego de que pocos días antes se suicidó el ex rector, Carlos Briseño Torres, quien había sido destituido por el Consejo General de la Universidad. Una de las hermanas del periodista, señalaron fuentes que pidieron omitir datos, relacionó el asesinato con el ambiente político dentro de la institución. Aunque esta acusación, a juicio de Castillo Díaz, no tiene fundamento, dado que el periodista nunca estuvo relacionado con ninguno de los grupos internos que se disputaban el poder en la UdeG y siempre se mantuvo al margen de la política interior de la universidad.
Al momento no hay detenidos ni certezas sobre el asesinato de Galindo Robles.
