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El Chapo en tiempos electorales y la dignidad mexicana. Conversación de Arturo Hernández con Froylán Enciso

Indignados en Monetrrey, Milenio Indignados en Monetrrey, Milenio milenio.com

Arturo Hernández: Hoy se habla mucho de la internacionalización del cártel de Sinaloa. Se habla de vínculos con muchísimos países. ¿Cuáles serían los aspectos de estos nuevos sucesos internacionales que vinculan a Joaquín Guzmán Loera con el resto del mundo?

Froylán Enciso: La internacionalización del cartel de Sinaloa, como la están planteando personas como Joaquín Villalobos y medios de comunicación como Newsweek y las agencias gubernamentales que mencionaste en Colombia y aquí en la ciudad de México, es simplemente muestra de un pánico moral.

Este pánico moral es empujado desde el Estado para justificar el mantener los recursos públicos en el combate a estas organizaciones criminalizadas, es decir, ellos lo único que están haciendo es servir a la PGR, a los ejércitos tanto de México como de Colombia y Estados Unidos para mantener su presupuesto con la justificación de que ahora hay una nueva amenaza internacional.


La supuesta amenaza internacional no es nueva. Con respecto a Sinaloa, el primer dato que tengo sobre alguien quejándose de la internacionalización de los contrabandistas de drogas sinaloenses es de los años 1930. Es una carta, que me encontré en el archivo de la Secretaría de Salud, el agente de la secretaria decía que Mazatlán ya era un antro de vicio porque llegaban drogas de otras partes del mundo. Evidentemente, desde el principio el asunto de las drogas ilegales en Sinaloa es internacional. El conocimiento por ejemplo del opio, posiblemente lo llevaron los chinos. Los sinaloenses aprendieron muy, muy rápido, entre ellos el abuelito del ex presidente municipal de Culiacán y ahora candidato al Senado por el Partido Nueva Alianza, Melesio Cuén, quien tenía amigos chinos y también empezó a cultivar opio. Eso está documentado en el Archivo General de la Nación.

Esos son los primeros datos de internacionalización de contrabandistas sinaloenses que tengo: por un lado, la influencia de los chinos y, por otro, las quejas de los médicos por la llegada de sustancias extrañas a Mazatlán.

El siguiente dato fundamental de internacionalización es de 1947. Aquel es el momento en que Harry Anslinger, quien era el encargado del Buró de Drogas Narcóticas de Estados Unidos, empezaba a quejarse porque en Sinaloa se producía mucho opio y mucha marihuana. En 1947 durante la segunda sesión de la Comisión sobre Drogas Narcóticas de las Naciones Unidas, lanzó una queja amarguísima en contra de los traficantes sinaloenses. A partir de ahí se armó una discusión tremenda tanto en el Congreso mexicano como en el gobierno de Sinaloa, como en los gobiernos municipales alrededor de Badiraguato, porque los sinaloenses estaban siendo una vergüenza nacional e internacional. En medio de esa discusión hubo por ejemplo, un diputado, que propuso que hicieran más carreteras para llegar a los pueblos donde se producían drogas; hubieron quejas por la corrupción de las autoridades; el embajador de Estados Unidos fue a hablar con el secretario de Relaciones Exteriores de aquel momento, Torres Bodet, para pedirle que la PGR continuara en el combate contra los traficantes de drogas enervantes sinaloenses. No era un tema simplemente nacional, sino que se trataba en el concierto de las naciones.

El otro gran episodio de internacionalización de los traficantes sinaloenses es la década de los 70’s. Yo creo que con intermediación de un cubano que se llamaba Alberto Sicilia Falcón y un hondureño que se llamaba Juan Ramón Matta Ballesteros, los traficantes sinaloenses empezaron a darse cuenta de que había un gran negocio con una droga que ellos no movían. Ellos, hasta ese momento, movían heroína y marihuana, y se dieron cuenta que había esa sustancia, que le encantaba a los gringos. Se llamaba cocaína. Empezaron a conectarse con los colombianos y empezaron a traficar cocaína en pequeñas cantidades, porque la gran cocaína la manejaban los chilenos, argentinos, cubano-americanos y los colombianos por la ruta del Caribe. Entonces, cuando cerraron la ruta del Caribe, creció muchísimo la ruta mexicana, aunque no tanto el mercado interno, aquí no se consume mucho. El mercado es el gringo y lo es hasta nuestros días.

Entonces en este episodio de internacionalización, los sinaloenses logran crear una nueva ruta y engancharse en esta nueva tendencia global de querer chuparse los Andes por la nariz. Así entraron en el furor por la cocaína.

Eso es básicamente lo que creo: la internacionalización es un fenómeno que lleva muchos años, que de vez en vez, por el último siglo lo usan las oficinas de gobierno y sus intelectuales orgánicos para pedir presupuesto, invertir más en armas, invertir más, en el mejor de los casos, en aparatos de inteligencia, invertir en aumentar sus burocracias, pero definitivamente no es una cosa nueva, a mí no me suena nueva.

El fenómeno de las drogas es internacional en sí. La cocaína solo se produce en los Andes, cualquier consumo en cualquier otra parte del mundo es evindentemente internacional: que estas organizaciones tengan operaciones en diferentes países… pues sí, evidentemente, es una obviedad.


En el caso de Europa se habla de habla de nexos con lo que es Inglaterra y España, además de que la ruta hacia el viejo continente abarca lo que es África específicamente por el Sahel africano y África occidental. ¿Crees que estos vínculos son ciertos o son simples rumores?

Hay un gran mercado de narcóticos sobre todo para cocaína y para las nuevas drogas sintéticas en Europa e incluso en ciertas regiones de África. Que se van a buscar oportunidades de negocio allá, pues sí, pero cualquier otra empresa lo haría. Cemex o Telmex tienen filiales en todo el mundo y nadie se sorprende de eso. También tienen aparatos de inteligencia en muchas partes del mundo y nadie se sorprende. Evidentemente los empresarios legales o ilegales van a buscar negocios donde se pueda y van a encontrar socios en muchísimas partes del mundo, no me sorprende. Yo no sé porque esto tendría que sorprendernos o escandalizarnos.

Las drogas son una mercancía que se mueve, a pesar de las barreras que impongan los Estados, hacia donde haya consumidores. Si los sinaloenses, que son muy hábiles en términos empresariales, están encontrando mercados allá, no me sorprende, pero yo no tengo ninguna evidencia, yo no hago trabajo de inteligencia.

Europa en el pasado era punto de tránsito para traer heroína y opio desde Asia. Exportar de aquí hacia Europa pues si puede ser una novedad. La cocaína, por ejemplo, se inventó en Alemania e importamos la tecnología para procesarla apartir de la hoja de coca hacia América en el siglo XIX. Mucha de la tecnología para extraer alcaloides de las plantas, que son la base para las drogas sintéticas, la importamos de Europa. Ahora estamos regresando los productos terminados me parece lógico y conveniente.


En un escenario hipotético, ¿crees que la captura del Chapo, beneficiaría a alguno de los candidatos a la presidencia?

La mitología alrededor del Chapo es un fenómeno genial. Ahorita corre ese rumor, el mito de que si capturan al Chapo pues obviamente se va a beneficiar a Josefina Vázquez Mota. Probablemente tenga lógica, porque los periodistas, intelectuales, escritores, todos de mentes “limpias” y libertarias, tenemos nuestras criticas frente a la estrategia de calderón. Sin embargo, la verdad de las cosas es que mucha gente alrededor del país comparte la estrategia de militarización del presidente. Eso me hace pensar que aunque vaya a recibir críticas del llamado círculo rojo, en el resto de la población crearía popularidad hacia el presidente y hacia la  candidata de su partido. No me sorprende que este mito esté circulando. Ahora de que sea posible eso es diferente. Creo que es muy complicada la captura del Chapo


¿Sería por falta de inteligencia o por un pacto por debajo del agua?

El gobierno mexicano es un Estado fuerte y México es un país de leyes, que tiene las posibilidades de tomar preso al Chapo, pero eso implica el desmembrar una serie de pactos y alianzas en las que no solo México o las autoridades mexicanas están involucradas. Imagina, el gobierno mexicano decide capturar al Chapo caiga quien caiga y cueste lo que cueste. Me pregunto ¿qué pasaría en ese escenario con el juicio del hijo de Ismael Zambada en Chicago? Ismael Zambada tiene un supuesto pacto articulado por medio de un abogado de apellido Loya con agentes de la DEA y toda esa historia que a se ha ventilado mucho en los medios últimamente.

Hay un pacto de la DEA con el cártel de Sinaloa desde finales de los 90, principios de los 2000. No sabemos bien los términos de ese pacto y no sabemos bien que tanta información tengan los actores criminalizados relacionados, no solo con el Chapo, también con el Mayo, por ahí debe andar el Azul Esparragoza, por ahí también hay una serie de capos viejos que siguen siendo la conciencia del mundo criminalizado sinaloense, que también tienen juicios pendientes. Hoy, por ejemplo, se dice que Caro Quintero está apretando para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación revise su caso por el asesinato de Camarena en 1985, ¡27 años después! Entonces ellos tienen mucha información de  los gobiernos tanto de México como de Estados Unidos.

Las consecuencias de esa captura podrían ser muy desestabilizadoras, no sólo para el sistema político mexicano, sino también para el sistema político estadounidense. Además desestabilizaría los argumentos jurídicos a partir de los cuales está instrumentada la guerra contra el narco tanto en Estados Unidos como en México.

Entonces como estrategia de corto plazo, estrategia electoral para los próximos tres meses, me parece muy arriesgado, tendrían que hacer unas negociaciones muy finas, si no quieren poner en peligro el sistema jurídico y político en el que está instrumentada la guerra contra las drogas y el mismo sistema político. Se pondrían en peligro los mismos políticos que de alguna manera u otra han tenido contacto con este negocio. En concreto, está muy difícil, necesitarían a un genio de las negociaciones y de la inteligencia, y hay muy pocos en México.


En una entrevista el diputado Manuel Cloutier dijo que el Chapo es un capo sexenal, ¿Crees que terminado el sexenio Guzmán Loera pase a la historia?

El Chapo es un capo transexenal. Él no salió de la cárcel en este sexenio. El Chapo tiene su papel en la historia, un papel considerable. Es un personaje muy importante para la articulación del negocio cuando menos en los últimos 15, 17 años. La figura del Chapo te explica un sinnúmero de redes de corrupción y de cambios en el modelo empresarial en el mercado de drogas en México. Es una gran figura. Es un tipo simpático, dicharachero, jovial, chistoso, tiene su carisma.

Tiene también su importancia para cosas fundamentales. Ya te mencione los pactos con la DEA. También el papel de los sinaloenses en la transición a esta maltrecha democracia, el cambio del PRI hacia el PAN y de regreso. En esta transición, Sinaloa permitiría, en principio, el flujo de drogas con la promesa de mantener una manera elegante de hacer negocios, una manera civilizada.

Mi hipótesis es esa: El Chapo ofreció un pacto de civilidad, durante un cambio de régimen complicado: el PRI se quedaba en muchos estados; el PAN se quedaba en el ámbito federal; los municipios estaban controlados por un gobierno u otro. Entonces el mantener pactos, rutas de trasiego sin tanta violencia, estaba complicadísimo para Fox y para Calderón.

El Chapo es un personaje que va a explicar cambios y continuidades en el modelo de la criminalidad que instrumentó el PRI y reprodujo en algunos aspecto de manera potenciada el PAN. El Chapo es una de las herencias priistas más geniales y más nítidas. No es el capo de Calderón, es un capo que aprendió y creció con el PRI, entre gente que aprendió y creció con el PRI.


Newsweek lo nombra el capo número uno del mundo. Forbes calcula su fortuna en mil millones de dólares y lo posicionan entre las personas más ricas del mundo. ¿Crees que hacen bien en publicar todos estos datos?, porque existe un sector de la población que opina que al ser dinero sucio, no debe ser publicado.

Me estas preguntando sobre el papel ideológico de la información que inventan ellos. No creo que este bien o mal, uno como investigador se crea datos, igual lo hace Newsweek, igual lo hace Forbes. No es tanto en ver si está bien o mal que está el fondo de la cuestión, sino como ciudadanos tenemos que educarnos a ver para quién está bien o mal esta información. ¿A quién están beneficiando Forbes y Newsweek posicionándolo de esa manera simbólicamente? El Chapo evidentemente no es una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, pero podría construirse como tal.

En este sistema de intercambio de significados alrededor de un negocio que es el trafico de drogas ilegales e ilícitas, ellos están cumpliendo la función de crear una amenaza de seguridad nacional a Estados Unidos y de paso justificar esta guerra absurda de parte del gobierno mexicano, con la que, dicho sea de paso, cierta parte de la élite de Estados Unidos no está de acuerdo. La Casa Blanca no concuerda en muchas cosas con la DEA o con la CIA, se contradicen muchas veces; hay diferencias ideológicas entre ellos. Entonces estas publicaciones están creando datos que probablemente estén beneficiando a los aparatos de seguridad de Estados Unidos, que quieren crear nuevas amenazas para su seguridad nacional, que les permitan continuar con sus  presupuestos y su estructura burocrática.

La narcocultura es un sistema de significados complicado: atrapar al Chapo, no es un acto aislado, es un acto que traería consecuencias a los mercados de droga, tanto para el sistema político mexicano como para el sistema político gringo, como para la percepción que los medios crean acerca de este problema.


El gobierno estadounidense decía que había vínculos del cártel de Sinaloa con Al Qaeda, ¿considerarías que forma parte de estas significaciones?

Decir esto tendría muchos efectos. Específicamente un aumento en los presupuestos en los aparatos de seguridad. Mayor presupuesto para armamento, se traduce en mayor violencia, que se traduce en reclamos de los Estados Unidos al gobierno mexicano porque un supuesto derrame de la violencia mexicana, un spillover como le dicen los gringos, lo que a su vez traería como consecuencia que el gobierno mexicano justificaría el aumento  del presupuesto de seguridad en México en lugar del presupuesto en desarrollo social; eso generaría más violencia del lado mexicano y a la vez generaría que las personas dedicadas al negocio de las drogas tuvieran que invertir más dinero para armarse mejor y para pagar sobornos más caros; y esto conlleva al encarecimiento de las drogas tanto en México como en Estados Unidos; esto también tendría la consecuencia de que los agentes criminalizados más propensos a la violencia serían los beneficiados, los amantes de la violencia, por decirles de alguna manera, obtendrían más ganacias, porque los más débiles saldrían del mercado; el precio de las drogas se vería inflado por el riesgo que los gobiernos están creando: se generarían espirales de violencia.

En este sistema de cosas, una acción, una nota en un periódico, crea reacciones en cadena que afectan incluso el precio que un hippie de Coyoacán paga por un churro de mota. Esto es lo que llamo el sistema narcocultural.


En Estados Unidos se habla de 25 millones de consumidores de droga; Heladio Verver habla de 150 mil en México. Realmente crees, ¿qué la cifra es tan baja en México?

Sí. México tradicionalmente no ha sido un gran consumidor de esas drogas. Desde la Colonia los mexicanos tenemos miles de sustancias para doparnos. El peyote, el pipitzili, el toloache… tenemos un montón. Entonces la cocaína y las drogas sintéticas nunca han pegado tanto.

Las drogas ilegales procesadas se consumen más en centros urbanos grandes. En la Ciudad de México tenemos cierto problema, también en ciudades fronterizas, Guadalajara, Monterrey, pero ese consumo no es tan grande como en Estados Unidos. Hay un estilo de vida donde la gente se vuelve más propensa a las sustancias para alterar la mente: Tiene que ver con el desarrollo del capitalismo.

Mientras más acelerada es la vida; mientras más difícil es mantenerse a flote; mientras los trabajos se vuelven más cerebrales y menos físicos, en las ciudades de servicios, es decir mientras más dependa la economía de los servicios de la mente, mucho mayor va a ser la necesidad de sustancias para alterar la mente y la conciencia. En México el desarrollo del capitalismo todavía no llega a ese grado. El asunto del consumo está relacionado con eso: En México a la mayoría todavía nos alcanza con el café, con el alcohol y con el tabaco para vivir.


Entonces vemos el problema del uso de drogas como el suicidio. Durkheim establece que entre mayor el estado social de un individuo, es más propenso a cometer suicidio; ¿se puede pensar lo mismo con las drogas?

Esto es diferente a los postulados de Durkheim. Hablamos de tiempos diferentes en la sociología y las formas en que se estudia. Con Durkheim todavía se hablaba de la diferencia entre  sociedad y comunidad. La comunidad era el espacio para las relaciones cercanas: la familia, el vecindario. La comunidad era una protección. La vida social, es decir la vida de las polis, era la más estresante y la que podía llevar a desechar su propio yo. Pero no, este es un caso diferente, en este caso no te estoy hablando de la solidez de los lazos familiares o comunitarios y la frialdad de la vida social. De lo que yo te estoy hablando es del desarrollo del capitalismo, tal cual.

Te voy a poner un ejemplo. El azúcar es uno de las grandes sustancias estimulantes de la psique y del cuerpo. Sidney Mintz, un antropólogo, hizo un estudio histórico sobre el azúcar. En una parte de su estudio habla del boom de la producción de azúcar, de esta “droga-comida”. De repente en Inglaterra, se suscita la Revolución Industrial, había gente que tenía que mantenerse despierta durante muchas horas, tenían que trabajar como bestias, necesitaban calorías extras y digamos que hasta estar de buen humor. Entonces les hicieron accesible el azúcar, que era una mercancía normalmente consumida por las clases altas, porque se producía muy lejos –en África, en el Caribe-. Comienza la industrialización del azúcar para que las clases altas, los mercaderes, se la llevaran a sus proletarios, a sus trabajadores, con el propósito de que estuvieran productivos y alertas durante largas jornadas con calorías baratas. Para abaratarla, usaron esclavos de África como mano de obra en el Caribe, mano de obra casi gratis, de hecho. Así continuaron explotando tanto a los proletarios como a los esclavos.

Otro ejemplo: a finales del siglo XIX en Estados Unidos hubo un boom de la industria textil en Nueva York. Hubo grandes cantidades de gente, cosiendo, hilando horas y horas y horas. Entre otras cosas en ese periodo, se inventó el chicle de sabor. Cuando inventaron el chicle de sabor, los proletarios podían masticar el sabor no sólo del azúcar, sino de la canela, que era un sabor exótico, mientras seguían trabajando. El chicle era una manera de satisfacerse sin interrumpir la producción, un recreo durante las largas jornadas de trabajo. Esa es la invención del chicle como ahora lo conocemos, pero había chicle en México desde mucho antes.

Otro ejemplo más: la cocaína durante el boom de Wall Street. Durante los 1970 y los 1980 Wall Street se sorbió los Andes por la nariz. Cuando todos estos agentes de bolsa necesitaban estar concentrados durante muchísimas horas para mover capitales alrededor del mundo, se metían cocaína a lo bestia.

Entonces el sistema capitalista implica ciertos grados de estimulación del cuerpo y la mente, que no son naturales, que nosotros hemos inventado, que cada vez van cambiando, se van adaptando a veces a necesidades económicas, a veces a diferentes percepciones de lo que entendemos como gozar y sufrir. También con el gusto de la gente, los consumos de sustancia cambian según los ambientes en un tiempo. Ahorita estamos en un periodo donde los grandes centros de acumulación de capital necesitan gente con un cerebro alerta. Yo creo que los patrones de consumo de los que me hablas tienen que ver con eso. Ese tipo de comercios legales e ilegales  han ocurrido desde hace siglos: los seres humanos buscamos esas novedades, que nos ayudan a moldear la naturaleza humana.


Ya se dio la censura de los narcocorridos, en las películas con éste tipo de contenido les otorgan clasificaciones altas y la nota roja también ha sufrido una censura, ¿Crees que esta censura llegue a la Literatura?

Una frase: No lo dudaría: la inteligencia tiene límites, la estupidez no.

Hay quejas por la censura a los narcocorridos y las películas ya, y por supuesto que habría más quejas si se sigue con estas censuras. Debemos defender la libertad de expresión. Es un absurdo censurarlos. La censura es una tontería. La información y la creación debe circular libremente.

Ahora si lo que les preocupa a los gobiernos es la popularidad de los narcocorridos, las películas de Mario Almada y la nota roja, eso es otro tema, y uno complicado. Tengo la impresión de que no es la nota roja en sí lo que les ha de preocupar, aunque lo digan de esa manera simple. Les preocupa que el mundo criminalizado tenga canales de comunicación con el gran público.

Uno puede hacer todo tipo de críticas a todos estos medios tanto de los poderes lícitos como ilícitos. Usar un marco de referencia con fines políticos o con fines ideológicos lo hacemos todos. Todos somos parte de este sistema narcocultural. La censura no va a lograr nada, solamente incentivar la creatividad del gran público que está buscando consumir este tipo de información. Y la va a consumir de alguna manera. Las nuevas tecnologías ayudan a la divulgación de estos productos culturales. La narcocultura popular va a continuar.

Analizar en serio a todos éstos medios, de una manera crítica y constructiva eso es lo que nos hace falta, no censurarlos, porque la censura no nos va a llevar a nada. Se crea una polémica artificial.


Roger Bartra habla en una edición de Newsweek en español, sobre los Indignados. Dice que los mexicanos no tenemos indignación. Además de que habla sobre el movimiento de Sicilia y dice que no va a llegar a nada, porque es un movimiento fundado en el miedo, que el temor solamente los llevará a crear una pantalla de humo sobre el problema del narcotráfico y a decir no pasa nada, ¿Qué opinas sobre lo que dice Roger Bartra y sobre el movimiento de Sicilia?

Hace un par de años me toco convivir un poquito con Jürgen Habermas y ahora lo que está trabajando precisamente es el tema de la dignidad. Su gran preocupación es el agotamiento del discurso de los Derechos Humanos. Él lo ve desde el punto de vista europeo, aunque también está pensando en el tema de las drogas en parte. El gran problema filosófico que él ha localizado es la falta de sustanciación, más allá del Estado, del discurso de los derechos humanos. Es decir, los derechos humanos o la violación de los derechos. Los derechos en sí se definen en términos legislativos, en términos simbólicos o sustantivos, cuando hay un Estado y un ejército que van a velar por eso. Normalmente son invocados cuando se violan, entonces incentivan siempre una lucha reactiva. Cuando invocas los Derechos Humanos, siempre reaccionas a la violación de algo, al Estado que penetra en el ser humano. Entonces todos los demás seres humanos que están supuestamente organizados, reaccionan y defienden el ser, pero esto  solamente ocurre cuando el derecho humano es violado. El profesor Habermas decía, ¿qué es la sustancia en sí del ser? Estudió la declaración de los derechos del hombre, todo el asunto normativo de los derechos humanos y se dio cuenta que en el fondo la sustancia de los derechos humanos y su valor último, el que podemos sustanciar apartir de este discurso que ahora se nota muy agotado, es la dignidad, como una sustancia inmanente.

Entonces el hecho de que alguien diga que por tener una nacionalidad o cierto tipo de pertenencia a un territorio o cierto tipo de relación ciudadana o clientelar con el Estado anula la dignidad del hombre, se me hace una barbaridad racista y, sino racista, por lo menos culera. No creo que los mexicanos no tengamos dignidad o no tengamos conciencia de nuestra dignidad. En términos políticos y operativos, con la discusión de la falta de indignados mexicanos se he caido en una grave injusticia porque hay muchos indignados mexicanos. Hay gente que participó siguiento el modelo gringo y se manifestó enfrente de la bolsa mexicana de valores, fueron poquitos pero hicieron algo sustantivo y valioso.

Ahora regresando a los términos históricos, creo que el movimiento de los indignados llego un poquito tarde a México. Hubo un proceso de sacudida emocional de todos los mexicanos durante los primeros años de nuestra maltrecha transición democrática. Después de la elección en el estado de México en el 2003, el resto del sexenio de Fox, fueron 3 años de total y absoluta indignación, en el país nos dividimos en términos políticos. Pasaban muchas cosas en la vida interna de las personas debido a las discusiones públicas antes del traumático 2006. Se discutió con pasión si valía la pena la defensa de la dignidad de los más pobres y los que menos tienen contra la insistencia de otra parte de la población que quería defender el desarrollo económico desde arriba y la seguridad pública casi como fetiche. Se discutió de manera no violenta, no hubo una revolución, no hubo líderes políticos pidiendo matanzas. El movimiento en Wall Street llegó tarde, nosotros ya habíamos tenido nuestro movimiento de indignación y habíamos tenido un movimiento dentro de las instituciones, e incluso más todavía, dentro de los partidos políticos, que es algo que los gringos y los europeos, no sueñan con tener aún. Por eso sin partidos políticos se van a las calles. Estoy en absoluto desacuerdo con lo que dice Bartra sobre el movimiento de los Indignados.

El movimiento de Sicilia no está basado en el miedo. Está basado más bien, en lo contrario, en la necesidad de reaccionar al miedo. Está basado en la dignidad humana, en la fe en que la inteligencia llana puede cambiar el mundo y es algo que Sicilia aprendió, me da la impresión, de Iván Ilich. Ahora, si hay algo que puede complicar el avance del movimiento de Sicilia, es que está fundado en un dolor muy profundo. El movimiento de Sicilia es un duelo muy largo, en el que no se vislumbra la posibilidad de reconciliación y en el que todavía no se han definido mecanismos constructivos. Y creo que esta falta tiene que ver con la insuficiencia del discurso de los derechos humanos, por ejemplo, para reparar el dolor que ahora sentimos en México.

Ahorita estamos en un momento muy especial de la guerra contra las drogas de todo el siglo XX, que inició el gobierno de Estados Unidos en los años 1910 y que siguieron los regímenes priistas de la manera más corrupta  posible. La guerra contra las drogas que ahorita revivió el presidente Calderón  es una guerra heredada, y ha abierto los ojos de muchos acerca de esta insuficiencia de los derechos humanos, para reparar el dolor y las pérdidas que éste implica. Esta larga guerra de más de un siglo, no solamente ha creado violaciones por parte del Estado frente a civiles, sino que ahora está invitando a que nos matemos unos a otros, a fenómenos como los Zetas y sus similares.

De repente una familia compra un arma y decide que puede lucrar con el ejercicio de la violencia y con la amenaza de ejercerla: pueden lucrar secuestrado migrantes indefensos, por ejemplo. He visto historias de familias en Tapachula, que se arman y se dicen Zetas y eso me aterroriza. Cuando tienes esos fenómenos, tú dices ¿qué derechos humanos van a venir a reparar el dolor de este inmigrante centroamericano? Pues sí hay omisión de la autoridad, sí, siempre podemos gritar eso y protestar eso, pero la degradación de la dignidad humana a la que nos ha llevado no solamente este sistema jurídico-político, sino también este sistema económico en el cual una familia decide que es mejor autonombrarte zeta que producir maíz, lo cual es evidentemente cierto, parece irreparable. O sea suena irreparable con las nociones de justicia que tenemos ahorita. Entonces mientras el movimiento de Sicilia y todas las personas que hemos sentido dolor en esta guerra no seamos capaces de articular nuevas nociones de reparación de los daños que nos hacemos unos a otros y nuevas nociones de justicia, pues, va a sonar a que es un movimiento inacabado, jamás indigno, pero sí inacabado. No quiero decir que debamos desechar los derechos humanos, sino reinventarlos o inventar algo nuevo. Este es un reto intelectual, nacional y global, que no sólo tenemos los mexicanos en la guerra contra las drogas.


(Plaza Río de Janeiro de la Ciudad de México, marzo de 2012)

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